Eduardo Sacheri: “Querer que nos amen con exclusividad es un dilema que va más allá del género”
Fue con La noche de la Usina que Eduardo Sacheri se alzó con el Premio Alfaguara en 2016, la novela que hoy vuelve a ponerse alto en la lista de los libros más vendidos gracias al suceso en los cines de La odisea de los giles, la adaptación con guión propio que transformó el libro en la película que buscará un lugar en los Oscar. Mientras tanto esta semana llegó a las librerías Lo mucho que te amé, una historia de amor narrada en primera persona por una joven que pone al descubierto dilemas morales y éticos de la Argentina de los años 50 y 60, una época teñida por la división entre peronistas y antiperonistas. Y, además de la grieta, la nueva novela de Sacheri da pie para hablar sobre varios temas que atraviesan a la coyuntura.
EMPODERAMIENTO
Soy Ofelia desde que nací, y Ofelia es así como es, así como soy, porque viví lo que viví el día de mi nacimiento y de allí en adelante, escribe el autor en el libro que acaba de lanzar, en el que da voz a una mujer. "Lo había hecho en algunos cuentos, pero en una novela lo más cerca que estuve fue en Ser feliz era esto, a través de Sofía, el personaje adolescente de la historia", dice el autor.
–¿Por qué decidió darle voz a Ofelia? ¿Está relacionado con el feminismo?
–No fue por una cuestión de corrección política, el mayor desafío que encaré fue el de habilitar el juego literario. No quiero limitar mi libertad por lo que pueden llegar a decir. La pasé bomba escribiéndola. El foco tenía que estar puesto en ella y no en Manuel, a pesar de que dilema moral y ético de la historia los atraviesa a ambos. La amenaza moral que se presenta es una amenaza para ambos protagonistas, pero claramente sobre ella es mayor. La posibilidad de sanción que recae sobre Ofelia, es infinitamente más grande que la que puede pesar sobre él.
DILEMA AMOROSO
Si hablás, sufren Delfina y Juan Carlos. Si no hablás, sufren Manuel y vos. Te das cuenta, le dice Mabel a Ofelia, la tercera de las cuatro hermanas Fernández Mollé, que sin sospecharlo se enamoró del novio de su hermana menor y que no duda del cariño que siente por su futuro marido. "Quería moverme entre el equilibrio de la libertad y la culpa, entre la libertad y la responsabilidad; en fin, estamos ante un dilema humano. Ese que dice que tengo derecho de ejercer mi deseo, pero que te lleva a preguntarte hasta qué punto ejercer ese deseo es válido si podés perjudicar y lastimar a quienes amas".
–La historia deja en claro que Ofelia quiere a su prometido, pero a la vez se enamora del novio de su hermana. Habla de infidelidades, de la capacidad de amar y sobre todo de la exclusividad que exigimos en la vida en pareja.
–Muchos temas que se consideraban tabúes se oxigenaron y tuvieron su aceptación social, en cambio, el tema de la exclusividad en el amor erótico, en las parejas sigue siendo una cuestión muy discutida. Queremos, y me incluyo, que nos amen en exclusividad, deseamos y necesitamos esa exclusividad, es un dilema que va más allá de nuestros géneros, es un dilema humano, con enorme contradicciones.
LAS MUJERES
Dedico esta novela a mi mamá, Nilda, a mi hermana Alejandra, a mi abuela Nelly, a mi tía Pirucha y a mis primas Virginia y Mariana. Porque sus voces son la música de mi niñez. El texto sirve de antesala al relato de estas mujeres cuyas vidas transcurren en el barrio de Palermo, cerca de Gorriti y Bonpland, donde vivía Nelly, la "abuelita" que ya fue protagonista de una sentida dedicatoria en La pregunta de sus ojos. "Mi papá murió cuando tenía diez años y mi casa se convirtió en el lugar donde las mujeres se juntaban para acompañar la viudez de mi vieja. Allí estaban mi abuela, mis tías, mis primas, mi hermana. A medida que fui creciendo me di cuenta que mi sensibilidad en relación con el mundo se formó en esa época, mucho más que en cualquier otra.
–¿Situar la acción en los años 50 y 60 está relacionado con estas mujeres que tan fuerte le marcaron?
–Para la historia era lo más verosímil, porque es lo que escuché, lo que vi, está relacionada con la generación de mi vieja, de mi tía, ellas eran las jóvenes; del otro lado estaba mi abuela. Pero el núcleo central era la viudez de mi mamá y el difícil matrimonio de mi tía. No podía hacerlo en otra época. En un momento pensé en los 20, donde podías encontrar algunas feministas de vanguardia o en los 60, 70, donde coparon más la escena. Claramente Ofelia pertenece a la generación de mi vieja, donde ya se habían cosechado ciertos avances, pero que todavía faltaban otros.
LA GRIETA POLÍTICA
¿Con la política Manuel es un loco desatado como Pedro o como Ernesto, dispuesto a arruinar cualquier encuentro familiar discutiendo hasta que los ojos se les salgan de la órbitas?, plantea Sacheri el escenario de peronistas y antiperonistas que sirve como telón de fondo a Lo mucho que te amé y que traza una radiografía de los históricos opuestos en Argentina. "Me críe en esa discusión familiar, recuerdo esas disputas que presenciaba en mi niñez. Pero entonces se detenían en un momento, había ciertos conceptos básicos en los que estaban todos de acuerdo, tenía que ver con la convivencia que querían tener, había cierta zona de amabilidad. Hoy, siento que no están esas pautas, que se han legitimado ciertas conductas que no permiten la convivencia".
–Ser profesor de historia juega a favor a la hora de darle un contexto al relato y de poner foco en un período específico.
–Me permití explorar los años que van del 55 al 66 que, por lo general no suelen ser frecuentes en la literatura, y se trata de una época en la que en nuestro país ocurrieron muchas cosas.
ARGENTINIDAD
Hay que voltearlo. No queda otra que echarlo a patadas del gobierno, pone Sacheri en voz de Juan Carlos el pensamiento de la época. En la mesa de novedades de las librerías puede verse exhibido Lo mucho que te amé y La noche de la Usina, que ahora lleva una faja para aclarar que es la ficción que se convirtió en La odisea de los giles, la película con Ricardo Darín y que busca un lugar en la carrera por los premios Oscar. No es la primera vez que el nombre de Sacheri está involucrado con la estatuilla dorada: en 2010, El secreto de sus ojos, de Juan José Campanella basada en una de sus novelas, fue reconocida como Mejor película extranjera.
–¿Te amigaste finalmente con "los giles" del título?
–Todavía me cuesta, pero me fui familiarizando. Debo reconocer que es una cuestión de lecturas. La noche de la Usina habla del hecho, de la memoria colectiva de lo ocurrido. Para a Sebastián (Borensztein, el director) y Ricardo (Darín, actor y productor del film) lo que más los conmovió del relato fue la odisea que viven los personajes, ese viaje de esas personas corrientes, honradas, de esos "giles" que confiaron en el sistema, en las reglas que los vulneraron de un modo insalvable. Es la odisea de los…¿incautos? Respeto que sea de los giles, porque no tengo una alternativa mejor.
Como un músico de rock, a Sacheri lo espera una gira de presentación de Lo mucho que te amé que se extenderá hasta abril de 2020. "Tengo ganas de que funcione en España –confiesa–. Mi abuelo materno era de allí, me refiero al marido de Nelly. Me gustaría mucho, sería algo así como un giro familiar, un círculo que se cierra. Es que a su manera, los libros te van ligando con tu propia historia".