Dos nuevos capítulos para la interminable obsesión por la vida y la obra de Proust
El año que viene estarán online muchas de sus cartas, y el ejemplar de un libro subastado en Sotheby's lo revela como un publicista de sí mismo
NUEVA YORK.- Legiones de fanáticos de Marcel Proust estuvieron desde siempre obsesionadas por el sentido de su prosa a veces impenetrable, cultivaron el fetichismo de su cama y de su abrigo de piel raído y, con justicia o no, alabaron En busca del tiempo perdido como la mayor obra literaria del siglo XX. Ahora, los proustianos de todo el mundo esperan con ansiedad dos acontecimientos que podrían echar luz el excéntrico escritor y maestro en el arte de exhumar la memoria.
Alrededor de 6000 cartas escritas de Proust, muchas de las cuales habían sido compiladas por el experto Philip Kolb de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, serán puesta online y está disponibles gratis para académicos y lectores comunes por igual.
Se espera que el primer grupo de cartas, varios cientos de ellas con alusiones a la Primera Guerra, estén disponibles online el 11 de noviembre de 2018, en coincidencia con el centenario del final de la contienda. Proust escribió miles de cartas, pero el proyecto se concentra en alrededor de 200 correspondientes a los años de guerra, que incluyen algunas destinadas a su hermano menor, Robert, un cirujano que fue movilizado durante el conflicto (Proust, débil y en cama, no estuvo en el campo de batalla).
La otra noticia es que Sotheby's de París subastó la semana pasada por 1,7 millones de dólares la quinta copia de una primera edición especial de cinco copias de Por el camino de Swann, el primer volumen de En busca del tiempo perdido. La copia está dedicada a Louis Brun, director de Éditions Grasset, editor francés de la obra.
"El culto a Proust se mantiene tan fuerte como siempre, y cualquier documento que arroje luz sobre el escritor atrae invariablemente a sus ardientes seguidores", explica Benôit Puttemans, especialista en libros y manuscritos de Sotheby's de París.
Esta quinta copia suscitó particular atención debido a seis cartas que Brun anexó en la contratapa del libro en las que Proust revela la estrategia para publicitar Por el camino de Swann. Esas cartas muestran que Proust se dedicaba a escribir y reunir reseñas favorables y adulatorias de su obra, y que luego pagaba para que fueran publicadas en diarios como Le Figaro.
Las cartas revelan también que el escritor tenía una aptitud para la autopromoción y las relaciones públicas dignas de la era digital. Lo más sorprendente es que él orquestaba estas operaciones desde su lecho de enfermo. Dando muestras de un amor propio que no parecía tener límites, Proust citaba una reseña de su amigo, el pintor Jacques Émile-Blanche, que saludaba Por el camino de Swann como una "pequeña obra maestra".
Proust escribía de puño y letras sus cartas de adulación y eran después mecanografiadas por su editor en un intento aparente de ocultar su origen. Al invocar una reseña que lo había comparado con Dickens, Proust citaba también un juicio de Émile-Blanche, para quien el libro sugería "la cuarta dimensión de los cubistas". "Lo que Proust ve y siente es completamente original", escribe Proust citando a Émile-Blanche, y hace notar enseguida que su escritura había sido elogiada por "ser casi enceguecedora para los ojos".
El libro había sido rechazado ya por otros editores y Proust estaba decidido a demostrar sus méritos literarios.
"Yo no diría que Proust era narcisista, dado que no era en esa época tan inusual que los escritores hicieran reseñas favorables de sus propias obras", dice Puttemans. "En todo caso, era una manera muy astuta de publicidad, pero Proust tenía una red enorme de contactos y se sirvió de ella de una manera muy moderna. Se adelantó a su época".