Dos mil flores y un “gusano”: qué es el jardín flotante que crece en Fundación Santander
Enormes ramos cuelgan desde hoy en el hall de entrada del moderno edificio del Distrito de las Artes, gracias a una intervención de Nicola Costantino que irá mutando en los próximos meses
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La cuarentena, con su encierro, le enseñó el arte de trabajar a ciegas. Nicola Costantino había imaginado una técnica de creación en cerámica, y cuando se puso a investigar descubrió que ya existía: la milenaria nerikomi se usa en Japón, aunque tiene su origen en las antiguas culturas de Egipto y China. Sin poder salir de su casa, se concentró en practicar: siguió el método infalible de la prueba y el error, tomó algunas clases online y comenzó a sembrar durante la pandemia las semillas que acaban de convertirse en un inmenso jardín “vivo” y flotante.
“Crear belleza es mi antídoto para el terror del fin de la humanidad. Quisiera que me vean como un gusano del compost que transforma la podredumbre en poesía”, dijo hoy la artista rosarina al presentar más de 2000 flores agrupadas en doce ramos colgantes, en el hall de entrada de la Fundación Santander. Apenas el comienzo de una intervención site-specific que continuará creciendo en los próximos meses, que se activará con performances y talleres, y se apropiará en forma orgánica de otras partes del moderno edificio de San Telmo.
Un nuevo giro en la carrera de Costantino, que hace una década representó a la Argentina en la Bienal de Venecia con una obra inspirada en la vida de Eva Perón. Antes había logrado reconocimiento internacional con series como Peletería humana, una colección de ropa y objetos confeccionados con calcos de cuerpos en silicona –con la que representó al país en la Bienal de San Pablo, en 1998-; sus famosos Chanchobolas, esculturas realizadas con calcos de animales nonatos; Savon de Corps, una marca de jabones creados con su propia grasa corporal, y Trailer, un video en el que se la ve asesinar a su propio doble.
Esta producción reciente está más en sintonía con sus performances gastronómicas y con El verdadero jardín nunca es verde, instalación inspirada en El jardín de las delicias, exhibida en 2016 en la galería Barro. Las primeras flores fueron un éxito cuando se ofrecieron por 50 dólares cada una en un kiosco montado en la entrada de Arenas Studios, durante la primera edición postcuarentena de arteba.
Esa serie gana ahora una nueva dimensión, ya que la muestra actual demandó ocho meses de labor junto a integrantes de la fundación Todavía es Tiempo, como una forma de “restarle valor a la pieza única y rescatar el trabajo en equipo y en colaboración”. Les enseñó lo que ella había aprendido: a crear bloques de pastas de colores, que luego se cortan con un sistema de hilos de alambre. Recién entonces, cuando surgen las piezas de tres milímetros de ancho, se revela el resultado.
“Con la cerámica compongo la obra a ciegas. Trabajo con bloques de pastas coloreadas en forma vertical, pero el dibujo tengo que imaginarlo en un corte transversal. Hago una escultura para hacer un dibujo, y no puedo ver cómo va a quedar hasta que no corto el bloque y lo abro. Es puro instinto”, explicó la artista en un diálogo con el curador de la exposición, Alfredo Aracil, disponible en la página de Fundación Santander.
Acompaña la entrevista un video que registra el proceso creativo en imágenes. Allí explica, también, el significado del título de la muestra. “PaRDeS es una palabra del hebreo antiguo, que significa paraíso -señala-. El paraíso para ellos era algo que estaba dado para que todos tomen de él. En el momento en que alguien tomaba más de lo que necesitaba para ‘acaparar’, quedaba expulsado del paraíso. Me parece la síntesis del gran problema de la humanidad”.
Una de las consecuencias de ese problema es la sobreexplotación del planeta, que generó daños irreversibles en el medioambiente. “Los artistas tenemos que hablar y comprometernos y generar conciencia. Desde la cultura, podemos empujar un giro ecológico”, opina Costantino, que decidió recuperar el clásico tema de las flores en el arte para representar “la finitud y la fragilidad de la vida y la belleza”.
Para agendar
PaRDeS: el jardín del tiempo suspendido, intervención site-specific de Nicola Costantino, hasta noviembre en Fundación Santander Av. Paseo Colón 1380. Entrada gratis. El sábado 18 a partir de las 15, el público podrá participar de la construcción de un mural con técnicas de mosaiquismo.
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