Dos Ferrari en carrera: León y su padre, Augusto, debutan en el Bellas Artes
Una muestra homenaje al ganador del León de Oro en la Bienal de Venecia, demorada por la pandemia, coincide con la celebración de los cuarenta años del retorno de la democracia y con otra que rescata el talento creativo de su progenitor italiano
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Llegó a la Argentina desde Italia, donde había nacido 43 años antes, mientras comenzaba la Primera Guerra Mundial. Arquitecto, pintor y fotógrafo, Augusto Ferrari apeló a su experiencia para decorar en Buenos Aires la Capilla del Divino Rostro y reformar la Iglesia de San Miguel Arcángel, donde pintó además 120 cuadros. En las décadas siguientes construiría varias iglesias en Córdoba, como la del Sagrado Corazón de los Padres Capuchinos.
“En mi casa se hablaba mucho de arte”, recuerda León, uno de los cinco hijos de Augusto, en un video que Canal Encuentro estrenó en 2020. Se cumplía entonces un siglo de su nacimiento y el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) también tenía previsto homenajear con una muestra antológica al ganador del León de Oro en la Bienal de Venecia, fallecido hace una década. Pero la pandemia postergó esos planes y el destino quiso que Recurrencias, su primera individual en esa institución que se inaugurará el martes próximo, coincida con la celebración de los cuarenta años del retorno de la democracia.
Pocas cosas hubieran alegrado más que esta coincidencia a un hombre que expresó de forma contundente su rechazo a la violencia y el autoritarismo. Su hijo Ariel desapareció en 1977, durante la dictadura, un año después de que León y el resto de su familia se exiliaran en San Pablo. Liliana, la novia de Ariel, volvió del exilio para buscarlo y también fue secuestrada por las Fuerzas Armadas. Durante décadas, el ingeniero y artista fue guardando en una caja los trámites, denuncias y consultas sobre la búsqueda infructuosa de ambos.
Pero hay algo más que hace especial esta muestra que toma la posta de La bondadosa crueldad, exposición que itineró entre 2020 y 2022 por el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de España, el Centro Pompidou de Francia y el museo Van Abbe de Holanda, también gracias a un acuerdo con la Fundación Augusto y León Ferrari Arte y Acervo. Ahora, unas 250 obras de León se exhiben bajo el mismo techo con pinturas y fotografías de su padre –exhibidas por primera vez en el MNBA– en el segundo piso del museo. Estas últimas inspiraron el programa iconográfico de Augusto en la Iglesia de San Miguel Arcángel, y fueron donadas al Bellas Artes por sus hijos hace casi dos décadas.
Merecida reivindicación en la Argentina, después del escándalo que provocó la retrospectiva de León en el Recoleta, tres años antes de que ganara el premio máximo a la trayectoria en Venecia. La muestra curada por Andrea Giunta, que combinaba símbolos religiosos y objetos eróticos, fue declarada “blasfema” por Jorge Bergoglio, entonces arzobispo de Buenos Aires y actual Papa Francisco, y suspendida luego por orden de una jueza.
“Espero que como sociedad hayamos evolucionado y ahora seamos más tolerantes”, dijo a LA NACION Andrés Duprat, director del MNBA y cocurador de la exposición junto a Cecilia Rabossi, que de todos modos tomará sus precauciones. En la entrada a la sala, un cartel advertirá que la muestra “contiene imágenes que podrían herir la sensibilidad religiosa de algunas personas” y recomendará que los niños ingresen acompañados por un adulto. Además, recuerda Duprat, “en 2004 León no era tan conocido para el público general, ahora es indiscutible su relevancia en la historia del arte argentino”.
No era la primera vez que sus obras sufrían la censura. En 1965, León había sido invitado por Jorge Romero Brest a participar en el Premio del Instituto Torcuato Di Tella. Conmovido por lo que estaba sucediendo en la guerra de Vietnam, decidió alejarse de sus obras abstractas y presentó cuatro obras. Una de ellas era La civilización occidental y cristiana, instalación que representa a un Cristo de santería crucificado sobre un avión de guerra norteamericano, incluida en la muestra actual. Entonces, Romero Brest pidió que la retirara porque resultaba “ofensiva para parte del personal” del instituto.
“Lo único que le pido al arte es que me ayude a decir lo que pienso con la mayor claridad posible, a inventar los signos plásticos y críticos que me permitan con la mayor eficiencia condenar la barbarie de Occidente –escribió poco después el artista en la revista Propósitos–; es posible que alguien me demuestre que esto no es arte; no tendría ningún problema, no cambiaría de camino, me limitaría a cambiarle de nombre: tacharía arte y lo llamaría política, crítica corrosiva, cualquier cosa”.
Esa instalación, que se volvería emblemática y que ocupará un lugar central en esta muestra, confirmó su vigencia al formar parte de la exposición inaugural del Malba el 21 de septiembre de 2001, diez días después de los atentados contra las Torres Gemelas. Y en 2007 fue una de las más fotografiadas en Venecia.
También formó parte de otra obra clave: ilustró la tapa del libro Palabras ajenas, un collage literario concebido para ser representado teatralmente, en el que 120 personajes -entre los que se cuentan Adolf Hitler, Joseph Goebbels, Lyndon B. Johnson, Cristo y el papa Pablo VI- establecen un diálogo que condensa la historia de la violencia en Occidente. Un sector especial está dedicado a algunas de las puestas en escena que se hicieron en base a ese texto desde 1968, cuando Leopoldo Maler presentó en el Arts Laboratory de Londres una interpretación a cargo de cuatro locutores de la BBC.
La exposición se complementa con visitas guiadas a la casa-taller de León en San Cristóbal, los sábados desde el 20 de este mes. Allí se podrán encontrar santos, figuras diabólicas, representaciones de Cristo, de esqueletos y de órganos sexuales, cucarachas de plástico y ojos falsos. Algunos de los objetos que acumulaba para crear gran parte de las diez mil obras que legó.
Para agendar
León Ferrari. Recurrencias, desde el 17 de mayo hasta el 13 de agosto, y Fotografías de Augusto Ferrari en la colección del Bellas Artes hasta el 21 de mayo en el Museo Nacional de Bellas Artes, con entrada gratis. Visitas guiadas a la casa taller, los sábados desde el 20 de mayo (www.bit.ly/TallerFerrari).
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