¿Dónde está el lugar del arte? Las preguntas de Graciela Sacco vuelven a abrirse en el Hotel de Inmigrantes
¿Quién fue?, se titulaba una de las obras con las que Graciela Sacco participó el año pasado de Bienalsur, en cuatro ciudades de la Argentina, Brasil y Ecuador. Consistía en un dedo que apuntaba a quien lo mirara desde proyecciones lumínicas móviles, cortinas atravesables, backlights publicitarios y miles de calcomanías pegadas en puertas, ventanas y vidrieras.
"Un dedo que nos señala, nos intimida, nos acusa, nos intraquiliza. Culpar, condenar, señalar un acto masivo que atormenta a nuestra sociedad y perturba. ¿Quien puede tirar la primera piedra?", escribía la artista desde Rosario en un mail enviado a LA NACION a fines de junio de 2017. Apenas un mes después se denunciaba la desaparición de Santiago Maldonado, y ese dedo adquiriría nuevas connotaciones.
"Su trabajo se expresa en un presente continuo. No tiene una forma cerrada, no se materializa de una única manera, y siempre se está redefiniendo, reescribiendo, reexponiendo", dice Diana Wechsler al señalar una de las principales características del legado de Sacco, fallecida el 5 de noviembre a los 61 años, víctima del cáncer. "La siento una artista presente, cuestionadora, que siempre reflexionó críticamente sobre todo. Su obra aborda problemas que trascienden el tiempo", coincide Fernando Farina, quien estudió y trabajó con ella en el museo Castagnino+macro.
Ambos curadores asumieron el desafío de montar Preguntas, la muestra homenaje a su gran amiga inaugurada ayer en el Centro de Arte Contemporáneo del Museo de la Universidad Nacional Tres de Febrero (Muntref), alojado en el antiguo Hotel de Inmigrantes.
¿Cuáles son esos interrogantes que abre su obra? "Me gusta formular preguntas sobre situaciones conflictivas como son los límites, las fronteras. ¿Cuál es mi lugar? ¿Cuál es el del otro? ¿Dónde me paro?", dijo la artista cuando se exhibió en 2014, en el mismo espacio del Muntref, su muestra antológica Nada está donde se cree... "¿Quién mira a quién? ¿Quién es el observado?", agregó sobre la videoinstalación T4, filmada en la estación madrileña del mismo nombre, en la que se ven las sombras de gente que transita en un loop infinito.
Esas mismas preguntas se había planteado cuando instaló 10.000 pares de ojos en la Bienal de Venecia, donde representó al país en 2001 junto a Leandro Erlich. La obra Entre nosotros incluía impresiones de miradas sobre piezas de acrílico y calcomanías que pegó en distintos puntos de la ciudad, lo que generaba el inquietante efecto de estar siendo observados desde cualquier lugar. Se imprimieron también en cartas postales que fueron puestas a disposición del público, invitado a su vez a compartir en una página web el retrato de los propios ojos y el testimonio de lo que vio con ellos.
"Esta obra trata sobre los límites –dijo Sacco entonces, en una entrevista con Anne Wilkes Tucker que se puede ver en gracielasacco.com–. ¿Dónde está el lugar del arte contemporáneo? Creo que está en todas partes. En el museo, en la calle, en tu casa."
Las "interferencias urbanas", como ella las llamó, fueron una constante en la obra de Sacco, que dedicó la tesis de su carrera a rescatar la relevancia de Tucumán Arde. Desde las alas de ángel que pegó junto a las puertas de escuelas en la década de 1990, para señalar el peligro de extinción de la educación pública, hasta las bocas abiertas en forma de afiches con las que empapeló muros en varias ciudades del mundo.
Las mismas bocas hambrientas o desesperadas que tomaron la forma de sellos postales en la instalación que presentó en la Bienal de San Pablo, en 1996, y que convertiría en un reflejo sobre cucharas (¿quién come a quién) gracias a la heliografía, su ténica preferida.
Este método le permitió también imprimir fotografías de manifestaciones sobre tablas o acrílicos. Así, la violenta imagen de un joven lanzando piedras en un espacio público puede volverse íntima y poética cuando la luz atraviesa el acrílico y es proyectada sobre una pared.
"Generalmente trabajo la tensión del espacio interno y el externo; lo público y lo privado son parte de una misma cosa. ¿Dónde se aloja lo artístico? Me interesa ver por dónde es más efectiva la pregunta, el pensamiento del artista. Qué es lo que hace que alguien pase y también se formule preguntas" señala Sacco en un video producido por el Museo de Arte del Banco de la República cuando la muestra Nadie está donde se cree... se exhibió en Bogotá, en 2015. "Un artista tiene obsesiones, y siempre son las mismas –agregó–. Lo único que va cambiando es la forma de materializarlas."
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