Dominio público: el paso del tiempo diseña su propio catálogo
Con cada inicio de año, entre lectores y editores surge la expectativa por conocer la lista de autores que pasarán a ser de dominio público, y cuyas obras podrán ser compartidas de manera libre y sin pagar derechos de autor. En nuestro país, la ley que rige la propiedad intelectual es la 11.723 y establece que el plazo de duración del derecho patrimonial se extiende durante la vida del autor y 70 años más a partir de su muerte. "Vencido dicho plazo, la obra entra en lo que se denomina dominio público, es decir, se puede reproducir libremente", confirma Magdalena Iraizoz, directora ejecutiva del Centro de Administración de Derechos Reprográfcos de la Argentina (Cadra).
Por ese motivo, no sería noticia en la Argentina que la obra del poeta Antonio Machado haya entrado en dominio público este año en España, cuya legislación es diferente: como el poeta murió en 1939, su obra estaba disponible entre nosotros desde 2010. En Estados Unidos, cuya legislación también es diferente de la argentina, este año se liberan obras de 1924 hechas por creadores como el compositor George Gershwin o la pintora Georgia O'Keeffe.
Para simplificar las cuentas, en 2020 entran en dominio público en la Argentina obras de los escritores fallecidos en 1949. Algunos nombres son bien conocidos por los lectores. La estadounidense Margaret Mitchell, el alemán Klaus Mann, la santafesina Emilia Bertolé y el belga Maurice Maeterlinck, entre muchos otros, figuran en el listado del dominio público. Los admiradores de George Orwell, en cambio, deberán esperar hasta 2021 para celebrar.
Libre pero no gratuito
Sin embargo, en la Argentina el dominio público tiene la característica de ser pagante. Si bien las obras se pueden utilizar sin pedir autorización, los editores deben hacer un pago de derechos de autor no mayor al 1% sobre la tirada, sumas que se recibirán no en el más allá ni en las cuentas de los herederos sino en el Fondo Nacional de las Artes (FNA). Se puede decir que el Estado, gracias al cobro del dominio público pagante (DPP), actúa como un mecenas de las artes. Primero recauda y luego distribuye entre artistas jóvenes o inéditos. "Esta política pública se considera única y da origen a un ciclo virtuoso que permite que las obras de los artistas de ayer financien a los de hoy", se lee en la página web del FNA.
"Cada vez más las legislaciones tienden a proteger el derecho de autor de los creadores por más años -agrega la directora ejecutiva de Cadra–. En todo el mundo, las legislaciones están ampliando los plazos. Sin ir más lejos, la semana pasada hubo una ampliación en la ley uruguaya, que establecía un plazo menor al nuestro y se extendió a 70 años". En el país vecino, por ejemplo, El principito había entrado en dominio público mucho antes que en la Argentina. Si se hubieran importado tiradas de libros desde Uruguay, también hubiera correspondido el abono del DPP, porque hubiera sido explotación comercial.
¿Podría haber conflictos si las legislaciones de uno y otro país colisionan? "Sería en los casos en que alguna legislación nacional vaya en contra o tensione con lo establecido por algún convenio internacional –responde Iraizoz–. Por ejemplo, qué sucedería si una legislación contraría lo establecido por el Convenio de Berna. En ese caso se aplicarían, para dirimirlo, herramientas del derecho internacional". En opinión de varios especialistas en derechos de autor o "autorialistas", la ley actual es objeto de debate. "Todos sabemos que es una ley de la década de 1930 que, aun con todas sus falencias y teniendo en cuenta las transformaciones que tuvieron lugar en las distintas dimensiones de lo humano, proporciona herramientas para la defensa del trabajo de los creadores".
Algunos libros para releer y reeditar en 2020
Entre otros títulos que ingresaron al dominio público este año según la ley local, aparecen novelas voluminosas, obras poéticas y destacados ensayos. De cada autor, elegimos una obra significativa, pero cabe recordar que es la obra completa la que entra en dominio público en la Argentina.
Lo que el viento se llevó, de Margaret Mitchell
La novela de Mitchell, que dio origen al famoso film dirigido por Victor Fleming, es uno de los libros más vendidos en la historia de Estados Unidos. Protagonizada por la temeraria Scarlett O'Hara (hija de un latifundista del sur de Estados Unidos), refleja el punto de vista de los blancos esclavistas que perdieron en la Guerra de Secesión, a la vez que narra los infortunios sentimentales de la joven con Ashley Wilkes y Rhett Butler. Entre el drama épico y el folletín, la novela supera las mil páginas.
Mefisto, de Klaus Mann
Se trata de la sexta novela de Mann, de 1936, que fue llevada al cine, en 1981, por István Szabó. Hendrik Höfgen, el protagonista, es un actor que presencia y usufructúa el ascenso del nazismo en Alemania. Si bien la historia de la degradación del oportunista que es Höfgen estuvo inspirada en un personaje real (el actor Gustaf Gründgens, que llegó a ser director general de Teatro en el Tercer Reich y que era amigo y amante del escritor), la novela simboliza el comportamiento de la sociedad alemana en ese entonces y las relaciones entre arte y poder. Otra extraordinaria novela del escritor, hijo de Thomas Mann, es El volcán.
La inteligencia de las flores, de Maurice Maeterlinck
Este hermoso conjunto de ensayos fue elegido por Jorge Luis Borges para su colección Biblioteca Personal. Mediante la atención que el autor belga presta a flores e insectos, a sus capacidades de supervivencia y evolución, y en especial de belleza, el lector percibe que se desarrollan argumentos que se podrían extrapolar al género humano. En tiempos de Greta Thunberg y de un ecologismo de redes sociales, el descubrimiento de esta obra puede despertar sorpresas. "Una cosa bella no muere sin haber purificado algo. No hay belleza que se pierda", escribió este dramaturgo y ensayista, Premio Nobel de Literatura 1911, autor de célebres obras teatrales como El pájaro azul, que fue llevada al cine por George Cukor.
Poesía, de Emilia Bertolé
Pintora y poeta santafesina, Bertolé fue una artista precoz. A los doce años, un jurado presidido por Lola Mora le concedió un premio por el retrato de un compañero de clase. Eso lo marcó para siempre: su obra se caracteriza por un elenco de retratados en atmósferas de ensueño. Durante años, fue una pintora de moda, incluso Hipólito Yrigoyen y Regina Pacini de Alvaear le encargaron obras. Amiga de Alfonsina Storni y de Horacio Quiroga, acompañó su obra artística con la escritura de poemas. En 2006, la Editorial Municipal de Rosario rescató su trabajo en el volumen Emilia Bertolé. Obra poética y pictórica, en una edición para atesorar.
El hombre visible, o la cultura del cine, de Béla Balázs
Clásico de la teoría del cine, este ensayo de Balázs permitió sentar las bases de un arte independiente gracias a las formulaciones, a medias poéticas, a medias técnicas, sobre lo que implica ver films. "Sé que la teoría no es algo gris, sino que representa las amplias perspectivas de libertad para cada arte. La teoría es el mapa del caminante de las artes que muestra todos los caminos y posibilidades, y que revela como un sendero casual entre cientos aquello que parecía ser una necesidad obligada. Es la teoría quien da coraje para los grandes viajes y la que transforma cada paso en un acto del libre albedrío", escribió el autor húngaro a mediados de la década de 1920.
Encuentros con hombres notables, de George Gurdjieff
Esta suerte de autobiografía del místico, maestro de danzas y escritor armenio fue llevada al cine por Peter Brook en 1979. El libro, que tuvo su momento de gloria en la década de 1980 en la Argentina, presenta a algunos de los "buscadores de la verdad", maestros orientales y compañeros de juventud de Gurdjieff, y da detalles sobre sus aventuras y viajes. Al autor, que estuvo en contacto con escritores como René Daumal y Luc Dietrich, se lo conoce también por haber protagonizado un episodio vinculado con el triste final de Katherine Mansfield.
La historia de San Michele, de Axel Munthe
Munthe fue un médico, psiquiatra y escritor sueco que se estableció en Capri en su juventud. Allí se estableció en su villa, "San Michele", en la que vivió gran parte de su vida. Amigo de los hermanos James (William y Henry), de Guy de Maupassant y de Eleonora Duse, Munthe fue un humanista que intentó unir pasado y presente en su cosmovisión multidisciplinaria. El suyo es uno de los libros de memorias más notables publicado durante el siglo pasado.
Universalismo constructivo: contribución a la unificación del arte y la cultura de América, de Joaquín Torres García
En este extenso libro, el artista uruguayo desarrolla los fundamentos de una corriente estética americana nacida en los márgenes del Río de la Plata. En su edición original, el autor acompañó los textos con más de 250 dibujos de su creación. El libro recopila un centenar de conferencias y lecciones que Torres García escribió desde su retorno a Montevideo en la década de 1930, ocasión en que fundó la Asociación de Arte Constructivo.
Por él, de Inés Echeverría Bello
Escritora chilena casi desconocida en el país, Echeverría Bello fue novelista, ensayista y periodista, y una de las principales feministas en su época. Bisnieta de Andrés Bello, firmaba el seudónimo "Iris" sus obras: cuentos, crónicas, perfiles y memorias de infancia y juventud en una Santiago de Chile tan aristocrática como arbitraria. En esta obra testimonial, la única que publicó con su nombre, narra la tragedia de su hija, Rebeca, asesinada por su marido. El libro operó como un alegato para conseguir justicia: Roberto Barceló Lira fue fusilado un año después de la publicación de este texto de 1935.
Historia y dogma, de Maurice Blondel
Si bien la obra filosófica de Blondel no fundó una escuela, pensadores católicos como Paul Ricoeur, Jean Guitton y Jean Lacroix recogieron algunos de sus conceptos vinculados con la inmanencia de lo sobrenatural (es decir, de lo divino) y el valor positivo del conocimiento como un modo de acercamiento a Dios. Historia y dogma recoge artículos breves, escritos del autor para la prensa y reflexiones sobre el lazo entre los hechos históricos, el dogma cristiano y la fe.