Disparos fotográficos: retratos de autores de policiales en la Biblioteca Nacional
“Rostros del crimen” reúne el trabajo que Alejandro Meter realizó con unos setenta escritores
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Se hizo realidad un proyecto del editor y gestor cultural Damián Blas Vives, que falleció en mayo a los 43 años. En tres espacios de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno (BNMM) -las salas María Elena Walsh y Leopoldo Lugones y la Plaza del Lector Rayuela- se exhibe un “identikit” del género policial en la Argentina, con decenas de retratos de autores contemporáneos. En la muestra Rostros del crimen, la pesquisa fue realizada por un fotógrafo y docente, Alejandro Meter, que entre 2017 y 2022 (pandemia mediante) aprovechó sus viajes a Buenos Aires para realizar setenta retratos de escritores de todas las generaciones. Meter es profesor de estudios literarios y culturales de América Latina en el Departamento de Lenguas, Culturas y Literaturas de la Universidad de San Diego, en California.
Autores de ficción y de no ficción como Juan Sasturain, Claudia Piñeiro, Enrique Medina, Pablo De Santis, Gabriela Cabezón Cámara, Leonardo Oyola, Ricardo Romero, Martín Kohan, Guillermo Orsi, Alicia Plante, María Inés Krimer, Juan Carrá, Valentina Vidal, Pablo Forcinito, Tatiana Goransky, Mempo Giardinelli, Miguel Gaya (flamante Premio Clarín de Novela por El desierto invisible), Rubén Tizziani, Mercedes Giuffré, Florencia Etcheves, Miriam Molero, Germán Maggiori, José María Gatti y Javier Sinay, entre otros, posaron para Meter en una atípica escena del crimen: la Biblioteca Nacional.
“Se pensó como un proyecto inclusivo de diversos autores en diversas etapas de su carrera”, apunta el fotógrafo. Hasta marzo de 2023, se exhiben quince fotos en el Paseo del Lector y otras veinticinco en las dos salas de la planta baja.
También se hizo un catálogo que contiene los setenta retratos y con prólogos de Meter, Guillermo David y Nicolás Ferraro, y textos originales de varios de los autores, que se pueden ver y leer en este enlace. “El poder está en otra parte -afirma Cabezón Cámara-. ¿En dónde? En el crimen, parece. ¿Cómo no va a estar en su apogeo el género literario que se dedica a ficcionarlo?”. Para Álvaro Abós, a la hora de escribir “las páginas policiales de un diario pueden ser tan reveladoras como un manual”. “El género negro nos permite entrar a esos mundos sórdidos y salir ilesos pero comprometidos y conscientes”, postula Liliana Escliar.
“La mayoría de las fotos se concretaron durante los meses de verano, cuando la Biblioteca adquiere una apariencia un poco extraña, con las sillas colocadas arriba de las mesas para realizar trabajos de limpieza y de mantenimiento -cuenta Meter-. Además, como en enero está cerrada al público, la ausencia de gente es muy llamativa. También hice fotos en julio y en agosto cuando hacía mucho frío, pero la Biblioteca estaba colmada de gente y había que buscar locaciones en espacios menos transitados”.
A los retratados se los invitó a ir a la BNMM. “Lo más importante era la dialéctica entre el retratado y el espacio en el que se hacía la foto, lugares como la terraza, las salas de motores, los descansos de las escaleras, ascensores y todo tipo de recovecos, tanto dentro como fuera del edificio”.
Meter estudió Letras antes de dedicarse a la fotografía. “La fotografía apareció después -reconoce-. Aunque nunca me propuse hacer retratos de autores y fue algo que se fue dando con el tiempo, digamos, orgánicamente, se ha convertido en una manera de aunar mis dos pasiones: la literatura y la fotografía”. Durante la pandemia, hizo retratos de escritores latinoamericanos por medios digitales para su proyecto Postales del confinamiento.
“Soy lector de policiales -dice-. De hecho, estamos llevando a cabo un documental sobre el género policial en la frontera México-Estados Unidos que es un campo fértil para el tratamiento de esta temática y para el cual ya he entrevistado a varios autores sobre sus obras. Pero, debo decir, que mi interés por el género negro viene del cine noir. Y lo que traté de hacer en este proyecto fotográfico fue representar el noir de una manera actualizada; una suerte ‘neonoir’ en el que prevalecen los colores saturados, los claroscuros y una iluminación dura y una ambientación densa y sombría”.
Con Vives, cocreador junto con Ferraro del Centro de Narrativa Policial de la BNMM, se conocieron en su primera muestra fotográfica en Buenos Aires, en 2017. “Damián me invitó a conversar sobre un posible proyecto en la Biblioteca -recuerda-. Me citó un lunes de enero y, mientras tomábamos un café por avenida Las Heras, me propuso llevar a cabo una serie fotográfica sobre autores argentinos de género negro. Ese mismo día, hicimos un recorrido por ese espacio tan singular creado por Clorindo Testa. Revisamos sus interiores y exteriores, y hablamos acerca del género negro, tanto en la literatura como en el cine, y pensamos cómo representarlo desde lo fotográfico”.
Unos días después, citaron a los primeros escritores en la BNMM. “Así llegaron Martín Sancia Kawamichi, Alicia Plante, Tato Tabernise y Raúl Argemí, por mencionar solo a algunos. ¡El proyecto ya estaba en marcha! Haría los retratos durante mis viajes a Buenos Aires: siempre en enero y en agosto, siempre con calor o con frío”. También pudo hacer un retrato de Vives, para quien el género negro contemporáneo interpela la ética del statu quo.
Para agendar
Rostros del crimen se puede visitar en las salas María Elena Walsh y Leopoldo Lugones y en la Plaza del Lector Rayuela de la BNMM (Agüero 2502) del 18 de noviembre al 31 de marzo de 2023, de lunes a viernes, de 9 a 21, y sábados y domingos, de 12 a 19. Entrada libre y gratuita.
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