Dimensiones en tránsito: dos días para profundizar en la obra de Sergio Chejfec
Creador de una obra incomparable, falleció en 2022 a los 65 años; el Instituto de Literatura Hispanoamericana de la UBA le rinde homenaje en el Malba y una editorial recupera sus últimos textos
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A poco más de dos años de la muerte del escritor y profesor Sergio Chejfec (1956-2022), la 12ª edición de las Jornadas de Escritores del Instituto de Literatura Hispanoamericana (ILH) de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, que se realiza hoy y mañana, a partir de las 14, con entrada libre y gratuita, en la biblioteca del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba, Figueroa Alcorta 3415), está dedicada por entero al autor de Mis dos mundos y Baroni: un viaje.
Participan la flamante directora del ILH, la profesora Andrea Ostrov; el poeta y ensayista venezolano Igor Barreto, la escritora colombiana Fátima Vélez Giraldo, los escritores Silvina López Medin y Marcos Crotto, la escritora y traductora estadounidense Rebekah Smith y el escritor cubano Osdany Morales, y los investigadores y críticos Edgardo H. Berg, Isabel Quintana, Mariana Catalin, Lorena Rojas, Juan José Mendoza, Luz Horne, Juan Pablo Luppi, Virginia Castro, Alejandra Laera, Rafael Arce, Sandra Contreras, Marcos Seifert, Mónica Szurmuk y Patricio Fontana.
Jornadas Sergio Chejfec
— MALBA (@museomalba) October 21, 2024
Esta semana tendrán lugar las jornadas en homenaje al escritor Sergio Chejfec realizadas con el apoyo del Instituto de Literatura Hispanoamericana (ILH-UBA).
📌Miércoles 23 y jueves 24 de octubre
Actividad libre gratuita.https://t.co/TM0Ti52wi3 pic.twitter.com/Y1seUZK2Cf
Las profesoras e investigadoras Silvana López y Denise Pascuzzo, con el apoyo del IHL y el Malba organizan las “Jornadas de Escritores” desde 2012. En muchas ediciones, junto con los profesores Noé Jitrik y Roberto Ferro, que fallecieron en 2022 y en 2032, respectivamente.
“La escritura de Sergio Chejfec despliega un modo de hacer literatura que exige otras operaciones de lectura porque nos coloca ante otros ritmos, otras velocidades, otras superficies y, por lo tanto, articula espacios, tiempos y temporalidades que literaturizan otros objetos y elementos del mundo; por ejemplo, ‘el aire’ que rodea la silla de la cocina de Barroso, en la novela El aire -dice López a este diario-. Por eso sostenemos en estas jornadas que la obra de Chejfec configura tanto un proceso como un resultado en el que se intersecan el leer y el escribir como dimensiones en tránsito, con zonas de pasaje y de demora; como experiencias y viajes que se abren a una multiplicidad de posibles narrativos. El viaje como experiencia se inicia con una caminata por el parque de una ciudad de Brasil, por el solar de una artista plástica de Venezuela o la caminata que se realiza con un amigo por un barrio porteño, una ciudad argentina o una ciudad extranjera”.
Para López, la literatura de Chejfec -que solo se parece a sí misma- “apela a la condición flotante de la escritura que reniega de las jerarquías y de la grandilocuencia, de la amenaza de someterse a lo trascendental, que elige literaturizar la inesencialidad de la palabra y por eso se muestra en forma de apostillas, de apuntes, de lenta biografía, de modos linterna”.
“A través de múltiples operaciones que leemos en Chejfec podemos observar cómo se produce un reenvío de la literatura a la política -señala Pascuzzo-. A partir del trabajo en la intimidad y lo cotidiano, se puede leer la cuestión de la identidad, el dolor de la ausencia por la desaparición de un ser querido en dictadura. De ese modo se va urdiendo un trabajo que pone de relieve la idea de la memoria, el olvido, la identidad y el dolor por la ausencia de quien fue víctima de la violencia política impartida desde el Estado. También los reenvíos a la tradición literaria argentina, lecturas de la tradición que se traman en la escritura de sus textos aparecen condensados de significantes que reenvían a tópicos como la pampa, el vacío, la idea de intemperie”.
Chejfec y su pareja, la profesora y ensayista Graciela Montaldo, residieron muchos años en Caracas. “Hablar, leerlo, o escribirse con él, fue casi siempre una experiencia marcada por el desconcierto -dice Igor Barreto a LA NACION-. Los mails suyos que recibía ocasionalmente terminaban con la palabra ‘Seguimos’. Es decir que sus pensamientos o referencias narrativas no tenían un final definitivo, ni un centro puntual. Lo que me quería decir quedaba la mayoría de las veces en el envión de un enunciado inconcluso. Su escritura no pretendía ser rotunda en sus afirmaciones. Al igual que las relaciones de causalidad entre una acción, o un suceso, que formaran parte de un mismo relato. Lo que sí constituía una certeza era este ánimo de ‘seguir’. ‘Seguimos’, me repetía Sergio con insistencia. Y este impulso me fue marcando como su lector: Escuchar la música de sus pensamientos y situaciones que se relacionaban indetenibles”. Barreto estará en la mesa de apertura este miércoles a las 14.
La profesora y ensayista Alejandra Laera, que dirige el Instituto de Literatura Argentina de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, propone leer la obra de Chejfec a la luz de “la noción de lo inconcluso”. “Como si el final inesperado de su trayectoria me hubiera iluminado otras zonas de su poética que también pueden pensarse en esa dirección: lo inconcluso es a la vez lo inacabado y lo abierto, lo indeterminado y lo continuo; está ya en sus primeras novelas así como en los volúmenes que reúnen sus escritos inéditos y en el retorno en los últimos años a personajes o historias que parecían haber concluido mucho antes. Es algo que siempre estuvo ahí pero solo ahora es posible advertir. Esa relación entre escritura y vida en Chejfec constituye lo que llamo obra inconclusa”, dice Laera.
Osdany Morales participará el jueves a las 14 de las jornadas. “Entre las muchas virtudes de la obra de Chejfec es notable su habilidad para afinar el tono de la escritura con variaciones leves pero suficientes para conseguir múltiples géneros: novela, cuento, ensayo, sin necesidad de forzar la forma hasta modelos más reconocibles -sostiene el autor de Lengua materna-. Su proyecto se sitúa en esos bordes con la convicción, por el tiempo que dura la lectura, de que esa región expansiva e ilimitada es la literatura. Mi intervención, ‘El destino legible’, aprovecha una escena donde coinciden una de sus novelas y un cuento para releer estas maniobras e intentar definir sus estrategias”.
El docente e investigador Eduardo H. Berg es autor del ensayo Memoria, paseo y experiencia narrativa en Sergio Chejfec. “Como el discreto y cambiante sonido que producen las gotas de lluvia al chocar sobre el vidrio de una ventana, con sus diferentes tamaños e intensidades, Chejfec eligió un camino por fuera del lugar común y los estereotipos literarios -dice Berg-. Y en esa escena, tan nimia como extraordinaria de las gotas deslizándose con sus diferentes texturas y tonalidades sobre una ventana, quizás se condense el único e irrepetible fraseo que Chejfec inscribe en sus textos. Su apuesta narrativa siempre abierta a la prueba y a la exploración, al decantarse sobre lo discontinuo e inestable, encuentra su tiempo y su acorde singular. Si se quiere, una forma de pensar y describir el mundo sobre las huellas invisibles de lo que es”.
Por último, para el escritor y editor argentino Marcos Crotto, que también formará parte de la mesa de apertura con los amigos de Chejfec, el autor de Lenta biografía tenía “un cerebro único e irrepetible para analizar sucesos cotidianos”. “Era un gran observador -agrega-. Veía donde nadie veía. Lograba metafísicas de la nada. Era como Borges, como Seinfeld y Constanza, un acontecimiento oral fascinante. Luego, después, llegaba su escritura. Por esas cosas de la vida, ahora me toca ser su editor de lo último que él escribió, o mejor dicho, de lo que él estaba revisando cuando supo de su diagnóstico. En ese escrito habla de su experiencia en Kochi, la India, donde había sido invitado a una Bienal de Arte y donde una novela de él se escribió, traducida, en murales de la ciudad. Chejfec en estado puro, incómodo entre artistas visuales, en una ciudad hiperbólica”.
El sábado 26 de octubre, a las 11, se presenta, entonces, Tres piezas de Sergio Chejfec y Graciela Montaldo (con imagen de portada de Guillermo Kuitca), publicado por Ninguna Orilla (el sello que dirige Crotto), en la imprenta tipográfica recuperada de Menegazzo & Cañadell (Pedro de Luján 2211, en Barracas). Una de las tres piezas del volumen fue escrita por ambos, en 2014.
La programación de las Jornadas Chejfec se puede consultar en este enlace.
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