Diana Gabaldon, autora del fenómeno “Outlander”: “Hoy no siento más presión que al principio, pero sí sé que es imposible satisfacer a todos”
Presentó la novela entrega de la exitosa saga que Netflix convirtió en serie; la presión de la fama y los fans y qué opina de la adaptación de sus novelas
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MADRID.– A menudo, después de la medianoche, ella deja junto a la mesa donde ambos desayunan, en horarios diferentes, las páginas que acaba de escribir. Ella, noctámbula; él, diurno. “¿Otra vez pezones?”, bromea Diana Gabaldon que su marido, su primer lector y también el crítico más implacable, le reprocha. Él integra un enjambre de 50 millones de viajeros que emprenden las aventuras de la saga Outlander, traducida a 38 idiomas, desde hace tres décadas, en 114 países. Después de siete años de ansiedad esta colmena internacional podrá acceder a la última entrega, la novena, de Claire y Jamie. Cuenta a las abejas que me fui (Salamandra) acaba de publicarse en la Argentina.
A pocos metros del Parque del Retiro, en la capital española, Gabaldon (Arizona, 1952) presentó su nueva novela ante la prensa hispanoamericana. Cuenta a las abejas que me fui transcurre en el continente americano, en Carolina del Norte, en plena Revolución, en 1779.
La autora publicó en 1991 Forastera, la primera entrega de una saga que alcanzaría dimensiones impensadas. Claire, una enfermera británica que brindó sus servicios en la Segunda Guerra Mundial, se reencuentra con su marido, profesor de historia, y en un viaje a Escocia, para estupor de los lectores, atraviesa el umbral del tiempo y aparece en 1743. En este año conocerá a Jamie Fraser, su verdadero amor, y comenzará una vida de pasión y de guerra.
Gabaldon estuvo en Escocia hace unos días. Allí fue distinguida en la Universidad de Glasgow con un doctorado honoris causa en reconocimiento a su trayectoria, en particular por sus novelas que transcurren, en mayor medida, en Escocia. Además, contaba en la rueda de prensa que hace tres años recibió un galardón que otorga el sector de Turismo de aquel país porque, a partir de sus ficciones, esta actividad se incrementó un 72%.
Tras Forastera llegó el turno de Atrapada en el tiempo, Viajera, Tambores de otoño, La cruz ardiente, Viento y ceniza, Ecos del pasado y, hace siete años, Escrito con la sangre de mi corazón. En este lapso entre la octava y la novena novela protagonizada por Claire Beauchamp (también conocida como Claire Randall y Claire Fraser), Gabaldon publicó otras cuatro novelas.
¿Habrá una décima entrega? “Cada libro acaba en sí mismo, pero quizá este podría dar pie a una continuación. No sé si será el último libro. Puede ser”, dijo escuetamente esta autora sinónimo de bestseller que también admite que su fama tiene algunas desventajas: “El hecho de ser popular te obliga a participar en eventos, y me encanta, pero esto impacta mucho en la productividad. Tu rutina no es tan clara. Todas las noches, aunque sea una hora, escribo, incluso aunque esté fuera de casa”.
El fenómeno de Gabaldon está también impulsado por la serie de TV Outlander protagonizada por Caitriona Balfe y Sam Heughan que ha concluido seis exitosas temporadas y cuya precuela es prácticamente un hecho. Balfe se ha convertido además en una estrella mundial y fue nominada en la última entrega de los Globo de Oro por su papel en Belfast, de Kenneth Branagh. “Me encanta la adaptación que han hecho de la serie. Es imposible llevar todo el material del libro, pero me gustan los guiones, cómo trabajan los actores, la producción –realmente sentís que estás en Escocia –. Al mismo tiempo hay algunos problemas porque cada vez que surge un nuevo personaje y un nuevo actor se incorpora, los comentarios suelen ser: “«No me lo imaginaba así»”, admite.
Madre de tres hijos, Gabaldon está casada hace 50 años con su marido. La escritora no tiene community manager; es ella misma quien maneja sus redes sociales. En la última página de su libro se dirige a su fandom: “[Gracias] a las numerosas y diversas almas bondadosas de las redes sociales que han aportado observaciones geográficas o históricas sobre los distintos sitios, consejos sobre la ortografía y la pronunciación de palabras en idiomas que no domino y útiles anécdotas, así como cientos de fabulosas fotografías de abejas”.
Los animales y los libros son la gran pasión de Gabaldon. Estudió Zoología, Biología Marina y se doctoró en Ecología con una tesis sobre una especie de pájaro de los Estados Unidos llamado gymnorhinus cyanocephalus [en español se la conoce como la urraca piñonera]. Se desempeñaba como profesora en la Universidad de Arizona, criaba a tres pequeños hijos, pero cuando todos dormían, escribía. Así, en secreto, escribió Forastera. “Como nadie sabía que lo hacía, escribí con mucha libertad, sin estar pendiente de lo que la gente opinara. Hoy no creo que sienta más presión que al principio, pero sí sé que es imposible satisfacer a todos”.
“Sabes que algo se acerca. Algo especifico, inquietante y espantoso va a ocurrir. Lo presientes, lo apartas, pero lenta e inexorablemente vuelve a colarse en tu mente. Te preparas como puedes. O piensas que lo haces, pero tus huesos saben la verdad: no hay forma de esquivar, aceptar o reducir el impacto. Llegará, y estarás indefenso. Esas cosas se saben. Y, sin embargo, por algún motivo, nunca piensas que vaya a ocurrir hoy”, reza el prólogo de esta última novela donde Claire, Jamie, Brianna y Roger se reúnen en el Cerro de Fraser, en Carolina del Norte.
“No planeo en absoluto mis libros. No trabajo con esquema previo ni los escribo en un orden cronológico, sino que son como semillas o pequeñas pepitas que me van surgiendo y sobre esa base construyo lo que parece ser una frase, con pequeños elementos que van encajándose poco a poco”, destacó.
Gabaldon es hija de Tony Gabaldon, quien fuera senador por Arizona por el partido Demócrata. La escritora eludió responder preguntas sobre política, los Estados Unidos y sobre la guerra en Ucrania. “Seguramente en la época de la Revolución pasaban cosas terribles como hoy y uno no se enteraba. Hoy lo hacemos con premura por la tecnología. Yo amanecí con la noticia del asesinato del ex primer ministro japonés en mi teléfono”, dijo a la prensa. Gabaldon destaca que una de sus fortalezas como autora es que es ella misma quien realiza las investigaciones para sus novelas y que en este caso, para abordar la Revolución americana, se ciñó “a la parte histórica, a los hechos, sin entrar en el tema política”.
La escritora no se siente parte de ningún círculo de autores: “Me encanta hablar con otros autores, pero formalmente no pertenezco a ningún grupo porque no me gusta que nadie opine cuando estoy escribiendo ni que me den consejos, salvo mi marido”, confiesa. Las grandes influencias de Gabaldon son Charles Dickens, Robert Louis Stevenson, Dorothy Leigh Sayers, John D. MacDonald y P.G. Wodehouse y en la actualidad devora los libros de Jo Nesbø.
“Siento una sensación de logro al ver todos los libros que he escrito”, dice Gabaldon. “A veces veo los libros en las librerías de los aeropuertos, dispuestos sin el orden de la serie, y pienso: «Si alguien está por hacer un viaje largo, a Australia, por ejemplo, me gustaría que pudiera entender ese libro sin haber leído los anteriores. Conseguir eso implica una labor de ingeniería que requiere ir con cuidado y bastante tiempo”.
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