Día de los Muertos: una tradición ancestral mexicana impulsada por la globalización
Declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, la celebración se realiza el 2 de noviembre con actividades y altares de alimentos, flores y velas en la embajada de México, la librería del Fondo de Cultura y el Museo José Hernández
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Para los antiguos mexicanos, la muerte era un complemento de la vida. Partiendo de esta concepción, desde hace siglos cada 2 de noviembre preparan altares con ofrendas de alimentos, flores, velas y bebidas para recibir la visita de sus seres queridos desde el más allá. En el rito, la muerte representa una presencia viva que privilegia el recuerdo sobre el olvido. La tradicional celebración del Día de los Muertos se consolidó a tal punto que fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
“La celebración del Día de los Muertos es una de las prácticas culturales con mayor fuerza socialmente cohesionante y religiosamente identitaria de México”, dice a LA NACION el agregado cultural de México en Argentina, Héctor Orestes. “La película Coco popularizó la tradición, pero la que tuvo mayor impacto comercial fue Spectre, la última de James Bond. En la primera escena, la cámara planea mostrando las calles mexicanas llenas de disfraces coloridos, máscaras y flores en el ‘Desfile del Día de los Muertos´. Es un invento, una apropiación. La tradición nunca consistió en una marcha ni nada similar. Lo que me desconcierta es que a raíz del éxito de la película, ahora algunas localidades mexicanas organizan desfiles”.
En sus comienzos, se trataba de un rito íntimo, lejos de lo espectacular. “La matriz original de esta fiesta popular quedó establecida poco después de la colonia, a principio del siglo XVII en los sectores rurales”, cuenta Orestes. “Al principio era un rito doméstico que consistía en colocar un altar para los familiares fallecidos el año inmediatamente anterior con objetos de la persona fallecida. Por ejemplo, cigarrillos si fumaba”.
Con el tiempo, la celebración salió al espacio público. Empezaron a colocar flores de Zempasúchil en la puerta de las casas y a reunirse en los cementerios. “Se lleva comida y se come en la lápida del ser querido; a veces participan músicos. Pero cada localidad tiene su costumbre. En México hay 62 lenguas y a cada lengua se le adscribe un grupo étnico. Con lo cual, más allá de estos rasgos generales, hay particularidades de cada lugar”.
Orestes explica que la calavera, el elemento más identificatorio de la celebración, fue popularizada por el ilustrador José Guadalupe Posada. “Hizo más de 10.000 ilustraciones en toda su vida, pero su sello distintivo fueron las famosas calaveras, que hoy son un ícono del dibujo mexicano en el mundo entero. Tal como explica Sánchez González, “Don Lupe” solo las dibujaba el día de los Santos Difuntos y no las hacía para plasmar la solemnidad de la muerte, sino que eran figuras llenas de vitalidad, que bailaban, jugaban, andaban en bicicleta, montaban a caballo y se reunían en fiestas”, escribe Carlos Manzoni en LA NACION.
“En la mayor parte de las fiestas populares mexicanas hay muy evidentes elementos de sincretismo cultural entre la religión católica y las prácticas religiosas prehispánicas”, dice el agregado cultural. Este año, el altar de la Embajada de México conmemorará, entre otros, a María Kodama y Milan Kundera, fallecidos en el transcurso del último año.
Otra de las instituciones con sangre mexicana en Argentina que celebra el Día de los Muertos es la Librería del Fondo y Centro Cultural Arnaldo Orfila Reynal. “El Fondo de cultura es una editorial de México que tiene un rol muy importante en la cultura”, dice Lola Rubio, la editora de infantiles y juveniles. “Cuando se inauguró esta librería, hace siete años, se concibió también como un espacio de cultura mexicana en Argentina. Siempre montamos el altar. La aparición de Coco le dio la posibilidad a mucha gente de entender que esto es un ritual de memoria. Se recuerda que los ausentes son una presencia viva”.
Los elementos del altar no son decorativos, sino simbólicos, explica Rubio. “Los esenciales son las flores de Zempasúchil, el pan de muertos, incienso, agua, sal y velas”. Este año el altar de la Librería del Fondo homenajea a Emilia Ferreiro, Christian Kupchik y Manuel Pampín.
Por su parte, la artista Ariadna Pastorini vuelve con su intervención por el Día de los Muertos. “Empecé en 1993″, cuenta a LA NACION. “A mí ya de niña me interesó el duelo. Tiene que ver con mi obra: siempre propongo cosas efímeras. Creo que la celebración nos permite recordar cariñosamente a nuestros muertos”. En esta edición invita a hacer una caminata desde avenida Corrientes y Paseo Colón hasta el Abasto. “Al caminar uno piensa y entra en un estado particular. A mí me ordena los pensamientos”, dice.
Mientras tanto, en el Museo José Hernández Rosario de Zuviría abordará la persistencia del universo devocional popular desde una perspectiva textil y audiovisual, con una acción titulada En vos/z confío: “Una experiencia de la fe y del recogimiento, un movimiento demorado, un instante de eternidad para nuestros tiempos desasosegados”, define la convocatoria para este jueves.
Halloween ganó la pulseada
El Día de los Muertos suele confundirse -o quedar eclipsado- por Halloween, que se celebra cada 31 de octubre. Halloween proviene del escocés “All Hallows Eve”, que en español significa “Víspera de Todos los Muertos”. De origen europeo, la festividad fue adoptada por Estados Unidos en el siglo XIX y con el tiempo se convirtió en un hito en el calendario anual, inspirando películas, fiestas, disfraces y personajes.
“No tenemos ni idea de por qué se festeja Halloween (y menos en Buenos Aires), pero no nos importa porque cualquier excusa es buena para salir a bailar”, dice la invitación a una fiesta. La popularidad de Halloween por encima de la tradición mexicana es arrolladora. Los eventos se multiplican; en los barrios cerrados los niños se disfrazan y tocan las puertas de los vecinos pidiendo golosinas, como en las películas norteamericanas.
“El Día de los Muertos es una contrapropuesta de la cultural pop, al imperialismo cultural estadounidense”, concluye Orestes que ve la “fridakalización” de las calaveras como “la síntesis de la comercialización de símbolos mexicanos”.
Para agendar
- Embajada de México: el sábado 4 y el domingo 5, de 19 a 22, se puede visitar el altar en Arcos 1650, Belgrano. Entrada libre y gratuita.
- Librería del Fondo de Cultura Económica: mañana, de 17 a 21, en Costa Rica 4568, Palermo, se puede contemplar el altar, participar de un taller, un espectáculo musical y un conversatorio. Más información en este enlace. El altar seguirá instalado hasta el viernes. Además ofrecen otras actividades culturales, como un conversatorio sobre el trabajo de Leonora Carrington.
- Caminata colectiva de ofrendas: la artista Ariadna Pastorini invita a caminar desde Paseo Colón y avenida Corrientes hasta el Abasto. La cita es mañana, a las 20.
- Museo de Arte Popular José Hernández: mañana, a las 18.30. en Libertador 2373 Rosario de Zuviría presenta En vos/z confío, una acción que aborda la persistencia del universo devocional popular desde una perspectiva textil y audiovisual.
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