Después del éxito del Mundial de Escritura, llega la primera edición del Mundial de Traducción
A dos años del lanzamiento del campeonato literario ideado por Santiago Llach, se presenta una nueva propuesta, en la que cualquiera podrá traducir y versionar poemas libremente
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Dos años después del inicio de una de las “cuarentenas más extensas del mundo” y, casi en simultáneo, del lanzamiento del Mundial de Escritura, se presenta la primera edición del Mundial de Traducción. Después de seis campeonatos ininterrumpidos desde abril de 2020 y en los que participaron más de 50.000 jugadores de todo el mundo, el escritor, traductor y editor Santiago Llach y su equipo idearon una nueva propuesta para 2022.
Esta vez los jugadores deberán centrarse en un factor central de la actividad literaria: la traducción. Ya lo dijo el Nobel de Literatura Octavio Paz: “Ningún texto es enteramente original porque el lenguaje mismo, en su esencia, es ya una traducción”. Y el lingüista ruso Roman Jakobson fue tan lejos como el escritor mexicano: “Todo sería traducción en los actos del lenguaje”.
Para los organizadores del primer Mundial de Traducción, cualquiera puede traducir. “Sin duda que no con el rigor de un traductor literario profesional, pero en este Mundial invitamos a todas las personas interesadas en la literatura, aun si no conocen un idioma extranjero, a arriesgarse a traducir un texto, a jugar con él, a apropiárselo y a producir una versión o un cover totalmente libres”, dice Llach, para quien el ejercicio de la traducción es “básico en el hecho literario y puede incentivar la escritura”. Los interesados tienen que inscribirse en en este enlace entre el 21 de marzo y el 1 de abril; el 4 de abril se da la señal de largada en todos los idiomas.
Podrán competir niños, adolescentes y adultos. “Queremos poner a jugar a la gente con un poema en otro idioma y ver qué les sale”, agrega en diálogo con LA NACION. La propuesta es tan sencilla que no necesita traducción. En esta ocasión no habrá equipos, sino que los interesados deberán inscribirse y elegir un solo poema del corpus seleccionado por los organizadores para traducir o reversionar. Los participantes tendrán una semana para llevar a cabo el ejercicio. El poema elegido puede estar en su propio idioma, en un idioma que conozcan o en uno que no conozcan.
Una vez finalizada la semana de traducción, los participantes deberán enviar su versión del poema elegido a través de un formulario, junto con un texto de quinientos caracteres en donde reflexionen acerca de la experiencia de la traducción o el poema versionado. Habrá un menú de poemas disponibles de Dante Alighieri, William Shakespeare, Pier Paolo Pasolini, Nicanor Parra, Allen Ginsberg, Raymond Carver, Sylvia Plath e incluso Britney Spears. Los textos pasarán por dos instancias de jurados, que definirán quiénes son los ganadores de cada una de las categorías. Los chicos, en lugar de traducir, deberán escribir un cuento breve de no más de 1500 caracteres a partir de canciones o poemas infantiles.
En el marco del Mundial de Traducción habrá talleres abiertos y gratuitos para que niños, adolescentes y adultos puedan ejercitar la consigna de esta nueva edición. Estarán a cargo de Marina Mariasch, Olivia Gallo, la flamante directora editorial del Grupo Planeta en el país, Adriana Fernández, y Llach. También continuará el ciclo de entrevistas, cuyo primer invitado será el poeta y traductor Ezequiel Zaidenwerg.
Reconocidos traductores compartieron reflexiones sobre la traducción que serán difundidas en videos a través de las redes sociales del Mundial (@mundialdeescritura en Instagram y @MundialEscritur en Twitter). Para Marcelo Zabaloy (traductor de Ulises, de James Joyce), “traducir es un excelente taller de lectura y de escritura”, y para Jorge Aulicino (traductor de La Divina Comedia, de Dante Alighieri), “un ejercicio poético en el que se trata de trasladar el mundo, el artificio, de un autor no solo a mi propio idioma, sino además a mi propio mundo”. Por su parte, la escritora mexicana Jazmina Barrera indicó que “la traducción ideal sería la lectura más cercana, más afectuosa”. Edgardo Scott (traductor de Dublineses, de Joyce) señala que “la traducción es un acto de lectura y que nunca se puede leer un texto de manera tan intensa como cuando se lo traduce”. Julieta Benedetto (traductora de Macunaíma, de Mário de Andrade) sostiene que “traducir es tanto una pérdida como una ganancia; una pérdida porque nunca puede ser dicho todo en otro lenguaje distinto del que está siendo expresado, y una ganancia porque uno trae en ese movimiento oleajes y nuevos recortes de la realidad que nos amplían las posibilidades del pensamiento y de la percepción del mundo que habitamos”.
En 2022 habrá nuevas ediciones del Mundial de Escritura y, tanto los ganadores de estas como del Mundial de Traducción en la categoría de adultos, diez en total, tendrán como premio una residencia de escritura creativa de una semana en la ciudad de Chascomús, coordinada por Santiago Llach y otros escritores.
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