Después de Babel: el conflicto de las diferencias
Desde mañana, podrá visitarse en Muntref, que reabre, esta muestra que despliega el problema de traducción rioplatense en los planos de la lengua, el arte y la historia
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Indio, bárbaro, extranjero, apátrida, subversivo, terrorista. La artista Cristina Piffer expone, escritos en polvo de sangre, seis términos extraídos de textos legales del Estado argentino, todas leyes que han habilitado, en distintas épocas, la violencia política en nuestro país. Esta obra contemporánea forma parte de los más de 500 documentos, pinturas, grabados, manuscritos e instalaciones que dialogan en la magnífica exposición Después de Babel. Traducciones rioplatenses. Producto de las investigaciones y curaduría de Barbara Cassin, filóloga y filósofa francesa de la Académie Française/CNRS, en colaboración con los investigadores del IIAC-Untref, Marina Aguerre y Leandro Martínez Depietri, luego de una extensa investigación conjunta y con dos antecedentes en Marsella y Ginebra, el Muntref Centro de Arte Contemporáneo reabre sus puertas al público con esta versión inédita de la exhibición que problematiza la traducción y hace foco en la región del Río de la Plata.
Según Cassin, la traducción es un saber lidiar con las diferencias, “es un acto inevitablemente político, por lo tanto la sede Hotel de Inmigrantes del museo era el lugar perfecto donde hacer la exposición”. Desde París, atravesando el tercer confinamiento, la autora que busca complicar el universal en su libro Elogio de la traducción lamenta no poder estar presente el próximo viernes en la inauguración. “Aprendí muchísimo trabajando con Marina y Leandro y he descubierto a los artistas argentinos contemporáneos que son admirables. Lo más nuevo, que no existía en absoluto en las exposiciones que habíamos hecho, fue precisamente la relación con las lenguas indígenas, porque eso no existía en Francia y en el Mediterráneo. Hubo una fusión de lenguas, había idiomas comunes, idiomas dominantes, sucesivos, uno tras otro, griego, latín, etc. Pero no hubo superposición, básicamente todos fueron audibles”, explica.
La sala está dividida en tres estructuras circulares: un tríptico, en el centro una peana gigante y luego un segundo tríptico, que se corresponden con las tres grandes áreas de la muestra: “¿Por qué Babel?”, “Políticas de la traducción” y “Traducibles/Intraducibles”.
“A Barbara le interesa mucho la dicotomía civilización y barbarie, ella analiza cómo bárbaro comparte la misma raíz que Babel, que balbuceo y bereber, y todas vienen de la onomatopeya griega bla bla bla, algo que no se entiende”, explica Leandro Martínez Depietri. En griego, el logos no solo era la palabra, sino también la razón. “Los bárbaros eran aquellos que no hablaban, y por consiguiente, tampoco pensaban. El problema de pensar una lengua única aplana a las demás y funciona como relato y visión hegemónica del mundo. Por contrapartida, la traducción permite valorar las diferencias y entender que no todas las lenguas tienen una misma matriz y se piensan por equivalencias, quizás decir algo en una lengua es tener que buscar una forma distinta de entender un concepto o una palabra. Trabajamos siempre con un remanente intraducible, muchas lenguas son muchas visiones del mundo”.
El mito de Babel, aquel en el que Dios castigaba a los hombres haciéndoles hablar diferentes lenguas por querer construir una torre que llegara al cielo, es el punto de partida. El espectador puede leer una traducción del episodio de la Biblia Vulgata latina en una pantalla, mientras escucha otras tres versiones distintas recitadas para contrastar. Los curadores proponen entender esa confusión de lenguas como una oportunidad a través de la traducción, es en esa diversidad que nace un territorio nuevo. Con el fin de demostrar la pregnancia del símbolo a lo largo de la historia, una torre de Babel distópica del artista chino Yang Yongliang dialoga con una edición de “La biblioteca de Babel” de Jorge Luis Borges y los intentos de grabadores y dibujantes por reproducir esa biblioteca, entre otras diversas representaciones del mito. Las búsquedas por una lengua universal desde proyectos políticos, lingüísticos, científicos o estéticos aparecen en la exposición problematizados según quién o quiénes lo conciben. Xul Solar y su Panlengua y Neocriollo, traducciones de Edgar Allan Poe al esperanto y también la búsqueda de un lenguaje universal en las artes visuales mediante exponentes del Arte Concreto Invención. Hasta un facsímil de la placa de la sonda Pioneer que la NASA envió al espacio en 1972 con un mensaje visual acerca de nuestro sistema solar y el género humano (donde el hombre es dibujado con sus genitales y la mujer sin órgano sexual), para que si un extraterrestre la encontrara pudiera saber de dónde venía.
“Las prácticas traductivas ponen en diálogo el lugar del español como lengua de colonización, dominación e incluso aculturación que, a su vez, gozó de un desarrollo en América que modificó para siempre la lengua de los conquistadores”, explica el texto curatorial. En la sección “Políticas de la traducción” se exponen representaciones de las poblaciones originarias por pintores europeos. “Trabajaban con una visión europea donde se asocia a los pobladores originarios a la tradición orientalista, al norte de África, al medio oriente”, explica Martínez Depietri mientras señala un cuadro de Juan León Pallière donde indios del Gran Chaco parecen navegar el Nilo y las vestimentas y la fauna están muy fuera de tono. “Por una cuestión de rasgos y de una visión racializada del otro, se construye esa mirada exotizante sobre la alteridad. Hay una discriminación de un nosotros y los otros que siempre depende de la perspectiva”, agrega Marina Aguerre. Otro ejemplo de este borramiento de identidades es la obra de Cristina Piffer, 300 actas, que recupera las actas de bautismo de 300 individuos hacinados en la Isla Martín García, entre 1870 y 1890, donde funcionaba un campo de concentración indígena. Láminas plateadas replican las actas donde les forzaban su identidad a través de la traducción de un nombre indígena a uno cristiano y los racializaban: “Raimundo Espinoza, indio de 15 años de edad”.
El inmenso trabajo de archivo e investigación histórica de los curadores hace de “Traducibles/Intraducibles” y “Equívocos y Homonimia” las secciones más sorprendentes y divertidas de la exposición que, a pesar de su extensión y espesor, logra hacer encajar cada pieza de manera precisa y atractiva tanto para un público amplio como también para uno especializado. Jacques Lacan decía que una lengua es el conjunto de los equívocos de su historia. Cassin parte de esta idea y analiza cómo esos equívocos en la traducción son fuente creativa y de discusión; todos tienen una carga de sentido porque ninguna traducción es ingenua. ¿Cómo se traduce el episodio del nacimiento de Eva? La mayoría de los textos y representaciones indican su nacimiento a partir de la costilla de Adán, pero también existe la versión de que fue creada a su lado, al costado. “Para ello presentamos La mano de dios de Rodin, donde se los ve a Adán y Eva entrelazados en la mano de dios. ¿Qué traducciones eligen perpetuar y crear los artistas? muy diferente podría haber sido el lugar de la mujer en el mundo occidental. Porque nos guste o no, los textos sagrados han determinado un modo de pensar el mundo”, explica Aguerre.
Para agendar
Después de Babel, que surgió como propuesta del Instituto Francés y la Embajada de Francia, y cuenta con obras de Antonio Berni, Leandro Katz, Hugo Vidal, entre muchos otros; traducciones de Sarmiento, Homero, Victoria Ocampo y Sigmund Freud, y joyas como el acta de la independencia en español y aymara o las proclamas de Belgrano en guaraní, puede visitarse desde el sábado escribiendo a visitasmuntref@untref.edu.ar.
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