"Desde que llegué me sentí vigilado"
Fernando Ruiz Parra contó la experiencia de su viaje a la isla, donde le retuvieron el material reunido
Dice que desde que llegó a Cuba siempre se supo "vigilado", porque después de entrevistar a 30 periodistas disidentes de La Habana, Camagüey, Santa Clara, Esperanza y Ciego de Avila se enteró de que existe control sobre todos los sitios donde éstos viven y trabajan.
Fernando Ruiz Parra llegó ayer, vía Panamá y Chile, deportado de Cuba, luego de haber sido detenido por la policía de la isla en su hotel de La Habana, con visa de turista, y con abundante material periodístico acumulado para una investigación sobre el crecimiento del periodismo independiente en la isla.
La policía le decomisó todo el material, que consistía en dos cuadernos de notas, varios cassettes con entrevistas y un video. En el único cuaderno vacío que le quedó ya escribió más de 50 páginas en forma manuscrita y apresurada con los recuerdos que conserva de todo lo que vio y oyó.
Sin aviso previo
El martes último a las 7 Ruiz Parra oyó golpear a la puerta de su habitación de hotel en La Habana, tras haber desistido la noche anterior de permanecer en Matanzas, donde tenía una entrevista pactada con el periodista opositor Hugo Araña. "Los caminos estaban en muy mal estado y decidí volver a la capital para comenzar con la tercera etapa de mi investigación, que era entrevistar a periodistas afines al régimen de Fidel Castro", comentó ayer durante una charla con LA NACION en los estudios del canal América TV.
Ruiz Parra había estado en Cuba hace 11 años. En esa oportunidad también ingresó con visa de turista, pero sólo entrevistó a periodistas "oficialistas", como los llama.
Dos uniformados, uno de Migraciones y otro de Seguridad, lo llevaron detenido por contravenir el código migratorio cubano. Cuenta el profesor de la Universidad Austral que le negaron el derecho a comunicarse con la embajada argentina en la isla y solicitar un abogado. Tras pasar por una comisaría, quedó arrestado en una cárcel para extranjeros.
Al día siguiente fue "interrogado, en buen tono, durante dos horas. Todo lo que querían saber era si yo soy periodista. Lo que negué todo el tiempo. Les dije, en cambio, que era docente en un centro educativo y un turista curioso. Yo quería evitar que me levantaran cargos por haber violado las condiciones de ingreso para trabajar". Pasó otros tres interrogatorios a lo largo del día.
El miércoles, luego de ser sometido a una revisación médica, permaneció en una celda hasta que a media tarde el cónsul, doctor José Aller, y el primer secretario de la embajada, Eduardo Porreti, se presentaron en el lugar. En "claro lenguaje diplomático se quejaron porque la autoridad cubana no había comunicado mi detención", dijo Ruiz Parra.
-¿Usted solicitó la visa como periodista que le permitía ingresar para investigar en Cuba?
+No. Quiero aclarar que este trabajo es académico. Si yo hubiera pedido el visado especial no sólo me lo habrían negado, sino que también habrían quedado alertados para cuando la pidiera como turista. La única manera de poder hacer la investigación es con visa de turista. Yo quería ver cómo y dónde vivían y trabajaban estos periodistas independientes. Pero siempre supe que las casas donde estuve estaban "marcadas".
-¿Cómo trabajan ellos en la isla?
-Con absoluta frontalidad. De madrugada, se levantan a escuchar las radios de Miami. Hacen publicaciones donde figuran sus nombres y sus direcciones. Es una forma de defenderse para que no se los acuse de hacer tareas clandestinas. Algunos tienen computadoras y se comunican con el exterior. En el video que hice ellos me pidieron que no tomara imágenes de las computadoras. Pero sobre todo evité grabar alguna impresora, porque eso es lo que le preocupa al régimen.
-¿Por la difusión interna?
-Sí, para el gobierno no es tan grave que ellos difundan lo que hacen en el exterior como que impriman y distribuyan en la isla. El periodismo independiente, con sus pequeñas publicaciones, está logrando atravesar el discurso de mármol de Fidel Castro. Un discurso sin matices y sin diversidad que blinda el discurso social. El régimen les prohíbe cruzar "la línea roja", que es darle a un cubano algo impreso. Esa línea se está cruzando a través de boletines, revistas y otras publicaciones precarias.
Ayer, desde Cuba, dos comunicados de la Sociedad de Periodistas Márquez Sterling y una red de reporteros disidentes condenaron la expulsión de Ruiz Parra de su país.
La travesía
Lunes 3 de febrero: Fernando Ruiz Parra entró en Cuba con visa de turista, para realizar una investigación sobre el crecimiento del periodismo independiente en la isla.
Lunes 10: fue detenido e incomunicado por la policía local cuando se aprestaba a ir a la localidad de Matanzas para entrevistar a un reportero disidente.
Miércoles 12: Ruiz Parra fue liberado, pero las autoridades cubanas retuvieron todo el material que había recogido.
Jueves 13: tomó un vuelo regular a Panamá, desde donde voló a Buenos Aires. Arribó ayer al aeropuerto de Ezeiza, previa escala en Santiago de Chile.
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