Desastres inminentes
Felipe Fernández
El principio del terror
Por Diego Fischerman
Trece cuentos integran El principio del terror, de Diego Fischerman. Varios evocan, a veces de manera casi imperceptible, el terrorismo de Estado practicado por el Proceso.
El coleccionista de estampillas de "El filatelista", por ejemplo, vive enfrascado en su mundo de sellos y apenas alcanza a intuir que a sus vecinos les ha sucedido algo malo. En "El piano vertical", dos amigos deben deshacerse de unos paquetes de dinamita que uno de ellos encontró dentro de ese instrumento musical. "Colonia de Sacramento" puede leerse como la postal de un exiliado en esa ciudad uruguaya que resalta la lejanía espiritual de Buenos Aires, y observa: "Están, por supuesto, los cadáveres que de tanto en tanto llegan a la playa, pero nadie considera de buen gusto hablar sobre ello y mucho menos con un extranjero". "La bandera" presenta a unos jóvenes de vacaciones en el sur. Cuando uno del grupo muere, deciden esconder el cuerpo en una gruta y hacerlo pasar "por un terrorista al que lo agarraron los milicos". La extensión de este relato, el más largo de la colección, permite una medida caracterización de los personajes y el desarrollo de una certera ambientación generacional. La perspectiva de un niño dirige la narración que da título al libro, un de las más logradas. En cambio, otra voz infantil, la del precoz entomólogo de "Punta Mogotes", parece aludir a la noche de los bastones largos: "Además, a papá lo echaron de la facultad. Incluso los profesores se pelearon con los policías...". En la mayoría de los cuentos, Fischerman sugiere mucho más de lo que dice y se hace necesaria la atenta sensibilidad del lector para una interpretación cabal de las historias. La tendencia minimalista sobresale cuando el autor utiliza una primera persona poco comunicativa, reacia a transmitir emociones, como la del conferencista de "París" que en la capital francesa se topa con una mujer que había visto por última vez diez años atrás. O la del lacónico observador de "Cerca del castillo", cuento que transcurre en un pueblo italiano.
"Una casa en la orilla del mar" trata de una familia atrapada por la subida de la marea, y "Los cuentos del pescador" combina una excursión de pesca con la sospecha de una infidelidad. "Dos mujeres" muestra la tensa conversación entre una madre y una hija que se reencuentran después de mucho tiempo. "El chulupí" describe otro desencuentro afectivo: el de un hombre y una mujer que regresan de un viaje a la selva boliviana. En "Virginia" también se expone la crisis de una pareja, pero en este caso su intento de reconciliación en deriva, de modo eficaz, en la creciente y ominosa presencia de jaurías de perros abandonados.
En El principio del terror predomina un estilo contenido, sin finales concluyentes, que opera lejos del plano en el cual ocurren las cosas. Fischerman favorece una mirada desde afuera que casi siempre esconde una percepción de peligro y una promesa de desastre inminente.