Del día en las calles a la mininoche de los museos
El casco antiguo reunió 30.000 personas sin carteles políticos; la vigilia siguió hasta tarde
Los museos nacionales se sumaron a la vigilia por el Bicentenario con actividades y propuestas culturales para toda la familia: desde visitas a las colecciones de objetos históricos y recorridos por muestras de arte hasta conciertos, espectáculos de danza y teatro y charlas sobre las costumbres criollas de hace 200 años. Del casco antiguo al corredor de avenida del Libertador, las puertas de los museos estuvieron abiertas hasta la medianoche.
Mientras miles de personas (unas 30.000, según estimaciones del gobierno porteño) optaron por celebrar el Bicentenario al aire libre, la mininoche de los museos tuvo una convocatoria bastante menor que la que logra su hermana mayor desde hace varios años. Desde la mañana, la Avenida de Mayo se colmó de gente que salió a la calle con banderas argentinas en la mano y escarapelas en el pecho, sin carteles ni cantos políticos. En familia y en grupos, grandes y chicos recorrieron los puestos de comidas y bebidas típicas de las colectividades, entre bailes y música. Cuando comenzó a anochecer, se fueron encendiendo las luces azules y blancas que decoraron las fachadas de edificios porteños y monumentos como la Catedral, el Cabildo, la Pirámide de Mayo y el Obelisco. El celeste y blanco también se vio en la escultura Floralis Genérica, el Planetario y la cúpula vidriada del CCK.
De los valiosos objetos de 1800 que conserva el Museo Histórico Nacional, el más fotografiado fue el tintero con el que los congresales reunidos en Tucumán firmaron el acta de Declaración de la Independencia. Además de sacarse selfies frente a la vitrina, los visitantes pudieron escribir su propia declaración en reproducciones del acta original con lapiceras que imitaban antiguas plumas. En el subsuelo del edificio de Defensa al 1600, el orfebre Juan Carlos Pallarols cincelaba dos rosas de metal.
A las 20, el camino de San Telmo a Recoleta estaba despejado. En la Casa Nacional del Bicentenario, la Compañía de Funciones Patrióticas representó una adaptación de El gigante Amapolas, de Alberdi, mientras una bandera fluorescente del artista Sergio Avello recibía a los asistentes en el Bellas Artes.