Del choque de culturas a la diversidad sexual, los escritores argentinos reflexionan sobre las “tendencias actuales”
Continúa hoy el Diálogo entre autores en la Feria del Libro sobre temas que atraviesan a la sociedad y la literatura de hoy
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Tras la conversación, entre la periodista Patricia Kolesnicov y la escritora Gabriela Cabezón Cámara en la Sala Victoria Ocampo, anteayer se dio por inaugurada en la Feria del Libro la novena edición del ciclo Diálogo de Escritoras y Escritores de la Argentina. Cabezón Cámara leyó un fragmento de Las aventuras de la China Iron, su celebrada “secuela” del Martín Fierro, y recomendó enfáticamente la lectura de Una ballena es un país (Rosa Iceberg), de la escritora mexicana Isabel Zapata. Kolesnicov contó que Cabezón Cámara había querido abordar la relación entre literatura y política.
“Vengo pensando hace un montón en esa relación tan compleja”, dijo la autora y sostuvo que para ella la literatura es “una música polifónica”. “Muchas voces participan de la lengua, que es lo más social que existe -destacó-. Al escribir, estás trabajando con la materia más social. Para mí, mi patria es el rioplatense, no es otras formas de hablar”.
Mostró su preocupación por los altos índices de pobreza en la Argentina, consideró que el país es “un enclave colonial” proveedor de materias primas (en este punto, un señor y una señora se levantaron y salieron de la sala) y denunció la criminalización de comunidades indígenas. “Ahora cada indio que alza la voz es indio malo y terrorista -dijo-. Si se queda calladito y se caga de hambre, o se deja morir o matar, es bueno”. Luego, reflexionó sobre el modo en que el contexto sociopolítico impregna la literatura y dio su punto de vista sobre las críticas de un sector al uso del lenguaje inclusivo. “No sé cómo entran en la literatura los chicos y adolescentes ahora, pero cuando en mi infancia leía palabras en francés y en inglés que no entendía y seguía adelante, o traducciones hechas en un madrileño extremo”, recordó. Para Cabezón Cámara, lo interesante del oficio de escribir es la invención de nuevos procedimientos, formas y enfoques. “Las cosas se pueden hacer de otra manera”, remarcó.
En las cuatro mesas programadas del ciclo, los invitados conversarán sobre algunas “tendencias del presente” en la literatura (algunas más recicladas que novedosas). Los ejes de los debates son las narraciones que indagan la relación con los pueblos originarios y el “choque de culturas”, la relevancia de los lazos familiares, el creciente protagonismo de los animales en la ficciones y la puesta en relato del amor, la sexualidad y la diversidad. De las mesas participan diez escritoras y seis escritores cuyos libros se encuentran en los stands de la Feria.
Ayer, de 19 a 20, en la mesa redonda “Alteridades, historia y ficción” se presentaron Marina Closs, Roque Larraquy, Sylvia Iparraguirre y Fabián Martínez Siccardi (modera Susana Rosano). De 20.30 a 21:30, Mariana Mariasch, Gloria Peirano, Mauro Libertella y Miguel Sardegna conversaron con Ariel Dilon sobre el revés de la trama en los lazos familiares en la mesa “La mano que sostuvo la mía”, en alusión a la novela de la ascendente escritora Maggie O’Farrell.
“Me gusta que la charla se llame ‘Parentescos biológicos’”, dice Santiago Craig a LA NACION sobre la mesa en la que participará hoy, de 19 a 20, junto con Alejandra Kamiya, Sonia Budassi y Paula Pérez Alonso.
“Da esa idea trágica, irrenunciable, del parentesco -agrega el autor de Animales (Factotum)-. Da la impresión de que nos tuviera agarrados sin remedio de las células eso de estar vinculados a los otros: padres, hermanas, zorros, pulpos. No hay forma de escaparse. En todo caso, conversar con otros de los otros, sobre todo si el tema son los animales, que aparezca esa ajenidad, eso que no somos nosotros, que no podemos entender nunca del todo, y con lo que sin embargo tenemos que lidiar, es muy interesante. Porque la escritura, pero más que nada la lectura, muchas veces es un dispositivo que se arma con eso: tener que enfrentarse a lo inabarcable, a lo que no sabemos del todo qué es y, a la vez, se nos vuelve familiar y propio. Como un oso o un pariente”.
“En la mesa del Diálogo de este viernes vamos a dialogar sobre amores diversos, amores iniciáticos, nuevas formas de amar y su representación en la literatura argentina hoy: esa salida del clóset -dice Gabriela Saidon a LA NACION-. En mi caso, voy a hablar de dos amores en mi última novela, Cartas quemadas (Galerna), el de Génesis, una académica devenida novelista y su exalumna del secundario, Simona. Génesis intenta reconstruir las cartas que Louise Colet le envió a Gustave Flaubert y su sobrina destruyó. Pero fracasa y sale novela”.
La mesa “La educación sentimental. Amor, sexo y diversidad” tendrá lugar en la Sala Victoria Ocampo de 20:30 a 21:30. Concurrirán al flaubertiano debate Tamara Tenenbaum, Marina Yuszczuk, Saidon y Gael Policano Rossi, también conocido como AstroMostra, autor de la novela Machito (De Parado), en la que un gay pasivo, durante 2010 (el año en que se sancionó la ley del matrimonio igualitario en la Argentina), tiene que volverse activo (o ”machito”) por amor. Para hacerlo, recurrirá a la enciclopedia del siglo XXI: internet. Intentará moderar Natalia Ginzburg.
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