Debate patrimonial en Francia por los anillos olímpicos: ¿se quedarán en la Torre Eiffel?

El debate cultural que encendieron el fin de semana las declaraciones de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, quien aseguró sin consultar que los anillos de los Juegos Olímpicos se quedarían instalados en la Torre Eiffel tiene en puerta una segunda polémica en puerta: los agitos de los Paralímpicos, que están el el Arco de Triunfo, también querrán su sitio de permanencia.

El caso comenzó cuando Hidalgo dio por hecho que el emblema deportivo podría continuar instalado en el monumento que es inequívoco sinónimo de la ciudad, con protección patrimonial. “Es una decisión que me concierne como alcaldesa de París y el COI, Comité Olímpico Internacional, está de acuerdo. Así que, sí, van a permanecer en la Torre Eiffel”, había afirmado. La alcaldesa también expresó su deseo de que la ciudad se quede con otros elementos temporales utilizados en los JJOO, como las estatuas de mujeres emblemáticas que emergieron a orillas del Sena durante la ceremonia de inauguración o el globo que aún está en el jardín de las Tullerías. Pero enseguida la ministra de Cultura Rachida Dati, opositora, reclamó que era necesario hacer “consultas” acerca del tema.

“Los Juegos Olímpicos y Paralímpicos son un momento de alegría que reúne a todos los franceses. También les une la protección de nuestro patrimonio común en el tiempo -subrayó Dati en la red social X-. La Torre Eiffel es un monumento protegido, obra de un inmenso ingeniero y creador. El respeto a su gesto arquitectónico y a su obra requiere, antes de realizar cualquier modificación sustancial, una autorización de obra y una evaluación de impacto, de acuerdo con el código del patrimonio. La legislación olímpica exime excepcionalmente de colgar los anillos olímpicos, pero con carácter temporal. Antes de tomar cualquier decisión y cualquier anuncio al respecto, es importante que se respeten todos los procedimientos y consultas encaminados a proteger el patrimonio”.

El cruce no quedó solamente entre las funcionarias y contendientes políticas, sino que los herederos del célebre arquitecto Gustave Eiffel (1832-1923), que levantó su gran obra para la Exposición Universal de 1889, sumaron su voz contraria a la iniciativa de que los cinco anillos de colores entrelazados permanezcan en la mayor obra de su ilustre familiar. “La Torre Eiffel, que se ha convertido en el símbolo de París y de Francia, tiene una vocación más amplia que la de estar permanentemente asociada a una organización como los Juegos Olímpicos”, declaró a la prensa Savin Yeatman-Eiffel, vicepresidente de la asociación de descendientes de Gustave Eiffel. Enfatizaron también que la torre no es una plataforma publicitaria.

Mientras tanto, la página web oficial de la torre la exhibe en una espléndida vista del paisaje nocturno de la ciudad, con los anillos a la altura de la primera planta.

Y los paralímpicos, también

Mientras el debate por los anillos suma voces de patrimonialistas, el Comité Paralímpico Internacional manifestó ayer que también busca “un lugar donde los Agitos (símbolo de los Paralímpicos) puedan quedarse en la ciudad”. Estas pequeñas medias lunas en rojo, azul y verde están instaladas en la parte alta de la fachada del Arco del Triunfo y miran a los Campos Elíseos. “Hay mucho debate acerca de dónde deben quedarse los anillos y no debemos olvidarnos de los Agitos”, alertó el portavoz del Comité Paralímpico Craig Spence en una rueda de prensa, sumando un nuevo tema para resolver. “Creo que debemos encontrar un lugar para que los Agitos se queden en la ciudad y celebremos así lo que yo creo que son, de lejos, los Juegos Paralímpicos más espectaculares de la historia”, añadió. Y ejemplificó: “En cada edición de los Juegos, buscamos dónde colocar este símbolo”, con referencia a Tokio, donde “todavía hay Agitos por la capital japonesa”, tres años después de la celebración de los Juegos en 2021.

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