De Quinquela a la realidad aumentada: nueva transformación de La Boca
Piezas virtuales de artistas de distintos continentes, solo visibles a través del celular, se presentarán desde mañana en el espacio público gracias a otra propuesta innovadora de Fundación Proa
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Sobre los adoquines de color, pintados en homenaje a Benito Quinquela Martín, flota un personaje que se tapa los ojos. En ese lugar de la Vuelta de Rocha, donde el popular pintor que transformó La Boca se instalaba hace un siglo a recrear los paisajes del puerto, surge ahora una nueva etapa del cambio: la exhibición de esculturas virtuales, creadas por artistas de distintos continentes y solo visibles en realidad aumentada a través del celular.
Una mujer desnuda siempre nos da la espalda aunque intentemos rodearla, gracias a un original trabajo de Julie Curtiss, y una versión de Companion, popular personaje parecido a Mickey creado por el estadounidense Kaws, flota sobre el Riachuelo. Cruzando la calle, sobre la vereda de Fundación Proa, una araña gigante ocupa el lugar donde se exhibió en 2011 la imponente Maman, de 22.000 kilos y nueve metros de alto, realizada por Louise Bourgeois en acero inoxidable, bronce y mármol. La actual, que forma parte del proyecto Arachnophilia del tucumano Tomás Saraceno, no pesa nada e incluso baila frente a la pantalla.
Todas ellas fueron producidas por Acute Art, una aplicación gratuita impulsada por Daniel Birnbaum, curador sueco que dirigió el Museo de Arte Moderno de Estocolmo y tuvo a su cargo la dirección artística de la Bienal de Venecia en 2009. Ahora está ampliando aún más las fronteras del arte, al ofrecer los artistas contemporáneos la posibilidad de unir su visión creativa con tecnologías de vanguardia.
“Es un proyecto experimental, pero me alegra que algunas instituciones estén dispuestas a probarlo. Creo que expandirá las audiencias más allá del mundo del arte. Algunos pueden ser escépticos o incluso críticos, pero al mismo tiempo llega a personas que nunca han estado en un museo”, dice Birnbaum a LA NACION desde Londres, meses después de haber sorprendido con estas mismas obras en el centro cultural The Shed, en Nueva York.
Además de las de Saraceno, Curtiss y Kaws, incluye otras del danés Olafur Eliasson: un sol y una nube lluviosa sobre hierba, creadas durante la cuarentena global para llevar la naturaleza al interior de los hogares cerrados. Estas últimas podrán verse desde mañana en el primer piso de Fundación Proa, institución que trajo la muestra al país para potenciar la celebración de sus 25 años. Dialogará con Arte en juego, otra propuesta lúdica y familiar curada por Rodrigo Alonso, y la expandirá hacia el barrio en dos etapas.
“Estamos recuperando como espacio expositivo el espacio público, donde siempre estuvimos presentes con obras contemporáneas como las de Bourgeois y Ai WeiWei –señaló a LA NACION Adriana Rosenberg, presidenta de Proa-. Esta vez nos pareció que una parte de la actualidad tiene que ver con la virtualidad: va proponer un buen territorio de debate acerca de si la realidad aumentada es arte o no”.
Parte de ese debate se concentrará probablemente en la grieta que produce el acceso a la tecnología, ya que la forma óptima de ver estas obras es a través de un iPhone de un modelo superior a un 10, o un sistema Android 12 con ocho gigas de RAM. Para facilitar la experiencia, el Gobierno de la Ciudad habilitó WiFi gratis en la zona. “No es muy fácil de usar la primera vez; depende del teléfono que tenga cada uno y la conexión a la red –reconoce Birnbaum-. Pero es interesante porque es independiente de las galerías de arte, los museos, las ferias de arte y la estructura habitual”.
En esta versión porteña de la muestra, titulada Un panorama de este mundo –poética alusión a obras de autores locales como Adolfo Bioy Casares y Marcelo Cohen-, Birnbaum compartió la responsabilidad curatorial con la argentina Solana Chehtman, directora de prácticas creativas e impacto social en The Shed. Juntos seleccionaron también trabajos de Nina Chanel Abney, Lu Yang y Koo Jeong A, quienes aportarán desde marzo su cuota de fantasía: un “amigo imaginario” parecido a un Cristo negro en posición meditativa sobre la fachada, un avatar gigante cubierto de tatuajes y un cubo de hielo flotante, que parece a punto de derretirse bajo la luz directa del sol.
Aunque las diversas propuestas solo coinciden en la “curiosidad de los artistas sobre cómo traducir sus visiones a este nuevo medio inmersivo”, según Birnbaum, los temas ecológicos inspiran las obras de Saraceno, Eliasson y Koo Jeong A. Y esa conciencia sobre la contaminación y el uso de los recursos se relaciona con el espíritu de los proyectos públicos de Acute Art, cuya primera versión –titulada Unreal City- se realizó a fines de 2020 en Londres, sobre la rivera del Támesis, desde el Puente de Waterloo hasta la Tate Modern. Entonces el mundo ya estaba en cuarentena, y Gran Bretaña solo permitía algunos paseos individuales al aire libre. Fue un éxito.
Al año siguiente llegó la “conquista de América” en The Shed, una de las primeras instituciones que reabrieron en Nueva York durante la pandemia. Pero entonces las obras se presentaron todas juntas, en la plaza seca del centro cultural y en espacios cercanos del High Line. Ahora, en Buenos Aires, se amplía el diálogo de las obras con el contexto de la ciudad. “Esta experiencia abre a otras formas de arte público y propone la participación activa del tradicionalmente pasivo espectador -dice Chehtman, mientras inaugura la muestra más importante de Saraceno en Estados Unidos-. Ya no es ir a ver una obra sino que yo acciono, me muevo en relación con ella y hasta posiciono a mis amigos para tomar una foto o filmar un video. Todo eso ofrece mucho por explorar”.
“La pandemia aceleró este tipo de arte”, señala Birnbaum, que acaba de producir una muestra virtual de Kaws con la Serpentine Gallery de Londres dentro de Fortnite, uno de los juegos más populares del mundo. “El viejo modelo, donde era normal que las galerías y los coleccionistas volaran a otro continente y compraran arte que se enviaba en avión, o que los críticos o curadores iban a otro país a hablar sobre el calentamiento global y luego volvían volando a casa, no va a ser sustentable. El mundo del arte como lo conocíamos va a cambiar. La pregunta es cómo cambiará. ¿Será solo local? ¿Será que a Buenos Aires solo le importará Buenos Aires? Espero que no. Espero que sea una conversación internacional. Y creo que estas tecnologías pueden ser parte de una plataforma futura”.
Cómo usar la aplicación:
- Descargá la App Gratuita Acute Art
- Buscá e ingresá al perfil de Proa
- Buscá y acercate a la ubicación de las obras
- Ubicá tus pies en las huellas marcadas sobre el piso, y enfocá hacia adelante
- Desde la aplicación podés tomar fotos o grabar videos, y compartirlos en redes sociales con el hashtag #RAenProa
Para agendar:
Un panorama de este mundo en Fundación Proa (Av. Don Pedro de Mendoza 1929) y sus alrededores, desde el 12 de febrero hasta el 12 de abril