De pólvora, emociones y espíritus
Había visto a artistas dibujar en la arena y estéticamente me parece tan lindo como los trabajos con pólvora del artista Cai Guo-Giang que se exhiben en Proa.
Asistí a la muestra [Impromptu, que termina mañana] la misma noche del espectáculo de fuegos artificiales en La Boca; fue un buen combo. Pensaba que iría mucha gente... ¡pero jamás tanta! Tras una larga cola en la que sufrimos el calor sofocante de enero, dimos la vuelta a la esquina y vino todo el fresco del río –también su olor–, y empecé a sentirme muy cómoda. El artista chino explicó cómo cada tipo de disparo de fuego acompañaba a alguno de los instrumentos del show de tango. Yo filmé unos minutos con mi celular, como amateur por supuesto, y cuando lo vuelvo a ver me sorprendo otra vez por la sincronización entre las melodías y el fuego.
Adentro, la exposición hacía un muy buen aporte para saber cómo se llega a toda esa fantasía. Lo que más me gustó está en el segundo piso, y está claro adónde va: representar algunos momentos emocionales. Era importante también lo que pasaba alrededor de mí, la expresión de la gente –sobre todo los chicos– que se preguntaba: ¿y esto cómo lo hizo? Pregunta que también podía hacerme yo y cualquiera, aunque sepa de los antecedentes de los chinos en materia de fuegos: inventaron la pólvora para ahuyentar a los espíritus.
La autora es militante por los DD.HH. y política