De las noticias robotizadas al detrás de los Pandora Papers: presente y futuro del periodismo
Del periodismo automatizado a las grandes investigaciones de los últimos tiempos encabezadas por reconocidos periodistas de todo el mundo, la 77 asamblea general de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) celebró ayer el cierre de sus cuatro jornadas de debate con nuevas invitaciones a repensar el presente y futuro de la profesión.
¿Cómo se trabaja detrás de un proyecto titánico como los Pandora Papers? ¿De qué herramientas se dispone para el cruce de datos a gran escala? ¿Cómo se sostienen los medios tradicionales en entornos cambiantes? ¿De qué forma maximizar el impacto y alcance de los contenidos periodísticos? ¿Qué función y características presenta una noticia escrita por un robot? Expertos de la comunicación ofrecieron algunas claves para dar respuesta a múltiples interrogantes de un mundo en cambios.
En representación de la compañía sueca United Robots, dedicada a la automatización de noticias a gran escala mediante inteligencia artificial y ciencia de datos, Robert Shaw explicó que esta apuesta permite idear robots en base a las necesidades del sector y adaptar los textos al estilo de cada medio, a modo de extensión de la redacción. “La idea no es producir robóticamente textos idénticos para cada medio sino modularlos al estilo del medio en cuestión. Construimos el robot para que escriban según sus directrices”. En su opinión, esto “ayuda a hacer más con menos, a cubrir lo rutinario y a tener un volumen de textos nunca antes posible. Si bien hoy los contenidos automatizados abundan en el segmento de los deportes y en las noticias diarias, del clima, la bolsa o el tráfico, cada vez se está tratando de innovar más y de mirar hacia otras áreas, como la política. El contenido automatizado facilita modelos de negocio”, apuntó.
Un medio del continente que ha dado el salto a la generación de contenidos automatizados es Antorcha Deportiva, actual plataforma multimedia surgida en Guatemala hace más de dos décadas. En su representación, Francisco Aguilar explicó que la medida fue “la única manera de crecer” para el medio, que no podía aumentar el tamaño de su redacción, compuesta por una docena de profesionales. “Para evitar que quedaran fuera las coberturas de eventos masivos, de importancia para los picos de audiencia, se empezó a visualizar que solo podríamos lograrla con la cobertura de hechos robotizada, notas automatizadas para alcanzar a más población”.
En un panel sobre métricas y audiencias como pilares del negocio de los medios, moderado por Candela Martin de Cabiedes, de EuropaPress, expertos como Enrique Yarza, fundador y presidente de Media Hotline, y Ramón Alonso Aranegui, de la Asociación de Medios Informativos (AMI), de España, explicaron los cambios de paradigma incorporados en los últimos períodos y apuntaron a la necesidad de homogeneizar las métricas de los soportes en papel y el ámbito digital. “Cómo saber cuántos lectores tiene un medio: esa respuesta no existe, por eso trabajamos en crear en una piedra de homogeneización, y la clave es tener el dato del día, una media diaria. Lo tenemos en el papel, en la difusión, pero no en la digital. Y ese dato de media diaria tiene que servir para cualquier métrica”, señaló Yarza.
David Sánchez, de la agencia de medición GFK, capaz de medir el consumo digital de cada lector independientemente del dispositivo que utilice, explicó que, “más allá de cómo navegues, el foco está puesto -mediante este sistema de métrica- en cómo los individuos consumen y en que el dato sea utilizado para tomar decisiones estratégicas”.
Los Pandora Papers, quintaesencia del periodismo de calidad, fue el título de uno de los paneles más esperados de la asamblea. En esta cita, fueron tres investigadores claves quienes explicaron cómo se llevó a cabo la investigación en distintos países de América Latina y los principales retos a la hora de destapar los entresijos de una industria que ayuda a evadir impuestos.
Emilia Díaz-Struck, coordinadora para América Latina del Consorcio Internacional de Periodistas Investigadores, respondió a la pregunta sobre cómo se articuló el proyecto. “Gracias a un trabajo de años”, dijo. Y agregó: “La primera colaboración entre colegas fue en Offshore Leakes, hace diez años. Hay todo un engranaje detrás de ese proceso que permite que las colaboraciones crezcan con coordinaciones regionales, equipos de data, equipos editoriales y online y tecnologías. Cuando empezamos, vemos qué países están representados en una plataforma y tienen presencia en estos documentos, y se llama a los colegas con reglas del juego claras: estamos de acuerdo a colaborar y a compartir todos con todos la información, estamos juntos en esto, para mantener el proyecto de forma confidencial hasta que publicamos”. La periodista señaló que, a modo de una cooperativa de búsqueda e investigación, se fueron compartiendo documentos, pistas y hallazgos. ¿Cómo se evitaron las filtraciones de información? “Hay un acuerdo de confidencialidad, estamos trabajando con grandes periodistas de todos los países y salir antes puede poner en riesgo a colegas. Y si alguien rompe los acuerdos es más difícil que alguien luego quiera trabajar con él. Es la confianza que se ha generado por años. Compartimos todo todo el tiempo. La exclusiva la tenemos juntos”.
Díaz-Struck también se refirió a las diferencias entre los Panama Papers y los Pandora Papers, con similar volumen de documentos a investigar. “La diferencia viene en qué mirada nos da Pandora del sistema offshore. Panama llega vinculada a una firma, Pandora, a 14, y de distintas partes del mundo. Eso nos da una mirada más expansiva, nos permite ver dimensiones a esa escala y cómo se comporta el sistema más allá de un solo proveedor”.
Mónica Almeida, jefa de la unidad de investigación del periódico ecuatoriano El Universo, explicó que el proceso contempla el sopesar y valorar hasta dónde se pueden probar las hipótesis. “Cuando uno entra en estos archivos es como un poco el fin de un trabajo. Yo conocía de anteriores investigaciones a personas y no podía saber quién estaba detrás. Cuando llegás con este conocimiento, es como ver una película y empezar a buscar el antecedente, qué pasó, el contexto”, dijo.
El multripremiado periodista de investigación Hugo Alconada Mon, prosecretario de redacción de LA NACIÓN, se refirió al trabajo llevado a cabo en Argentina. Cuando se empezaron a analizar los documentos, ¿se sabía lo que contenían? “Cuando abrís cada carpeta de esos millones de documentos puede ocurrir que haya una página o mil en cada carpeta, entonces hay que poder mensurar esa locura de datos. Hay que hacer una búsqueda manual y por base de datos, nombres que todos tenemos en la cabeza, más el desafío de no descartar que estén mal escritos”, detalló.
En su investigación, el periodista trabajó en conjunto con otros colegas y contó con participaciones claves como la de Ricardo Brom, ingeniero y analista de sistemas de LA NACIÓN, en el desarrollo de una base de dato en la que se cruzaron nombres de políticos del país, personalidades publicadas en el listado de la revista Forbes, prefijos telefónicos, casos de corrupción y otros datos posiblemente vinculantes. “Hoy hay más de 42.000 nombres de personas físicas y jurídicas en la base de datos. A partir de ahí hay que reconstruir el contexto en que pasó cada hecho, si es lícito, los antecedentes, qué ocurrió y dónde. La esencia es armar un rompecabezas… ¡Aunque esto es un verdadero dolor de cabeza!, porque solo la ínfima minoría aparece con nombre y apellido en los paraísos offshore, operan mediante testaferros”, advirtió Alconada.
Tras su intervención, la SIP organizó un panel en el que los ex presidentes Mauricio Macri, Jorge Quiroga (Bolivia) y Luis Alberto Lacalle (Uruguay), respondieron a la pregunta: ¿La gobernanza global amenaza las libertades? Tras debatir otros temas, como el estado de la libertad de expresión en Internet, la jornada concluyó con un discurso de cierre a cargo del director de LA NACION, Fernán Saguier.
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