De la violencia a la colaboración: el pabellón argentino en Venecia propondrá otra forma de vincularnos
La artista Luciana Lamothe anticipó algunas claves de cómo será la instalación que presentará en la 60ª edición de la bienal, que abrirá al público el 20 de abril; aún no hay novedades sobre el presupuesto para comprar los materiales
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“No les podemos mostrar nada de la obra”, anticipó ayer a modo de spoiler Sofía Dourron, curadora del envío argentino a la Bienal de Venecia, ante el público reunido en la Casa Nacional del Bicentenario. Sin embargo, algo se reveló hacia el final de la charla que ofreció en la Casa Nacional del Bicentenario junto a Luciana Lamothe, creadora de la instalación titulada Ojalá se derrumben las puertas. “Es bastante parecido a lo que se puede ver en el Moderno”, dijo la artista en referencia a la puesta en escena que realizó para la muestra Cien caminos en un solo día, que continúa hasta fines de mayo.
Ambas presentaron también un boceto de cómo se exhibirá la obra en el pabellón argentino durante la 60ª edición de la bienal, que se realizará desde el 20 de abril al 24 de noviembre: está muy a tono con el título elegido por el curador Adriano Pedrosa: “Extranjeros por todas partes”. Cuatro módulos transitables de maderas curvas conformarán “un recorrido sinuoso en el cual el cuerpo se puede ir desplazando, internando”, y que incluirá un par de videos vinculados con el trabajo de Lamothe con el cuerpo y los materiales. “Me gusta pensar la relación entre ambos –dice Lamothe-. El material también tiene conciencia: sabe cuál es su punto de quiebre, cuál es su límite”.
“La colaboración entre el cuerpo y el material es clave: hay resistencia, pero también hay cuidado –observó Dourron-. Tendemos a pensar en polos, pero la obra de Luciana propone formas de habitar que contienen tanto la violencia como el cuidado. Hay que atravesar los momentos de contradicción para pasar a la colaboración. Repensar la forma en que nos relacionamos, como sociedad y con el mundo. Derrumbar los binomios, las categorías, que no nos están ayudando a vivir mejor”.
“La protagonista es la madera, en todas sus situaciones”, dijo Lamothe, que ya estuvo haciendo pruebas de flexión y resistencia con la madera europea con la que trabajará. “Se llama faggio, tiene características similares al guatambú con el que trabajo acá”, agregó con su habitual serenidad, pese a que aún no tenía novedades sobre un dato clave: cuándo estará disponible el presupuesto para comprarla en Italia, donde se instalarán para comenzar a trabajar dentro de un par de semanas. De todos modos, desde Cancillería aseguraron a LA NACION que “está todo encaminado”.
Mientras tanto, Lamothe y Dourron preparan una versión local junto a un gran equipo de colaboradores en un galpón de Quilmes que pertenece al empresario Esteban Deak, representante en la Argentina de la marca de ropa italiana Brooksfield, que inició su colección de arte en 2012 en arteba. “Está armando una fundación y la obra se va a exhibir ahí al público, calculo que unos cinco años”, adelantó Lamothe, que está recibiendo ayuda de coleccionistas y galeristas para financiar su proyecto.
En el marco de la muestra del Premio Adquisición 8M, además de anticipar lo que pudo sobre la obra en Venecia, la artista repasó algunos hitos de su carrera: desde sus primeras intervenciones urbanas a principios del milenio, vinculadas al vandalismo y a registrar acciones como hacer pis en la calle, hasta sus participaciones de los últimos años con grandes instalaciones escultóricas y performances en encuentros como Art Basel Cities: Buenos Aires, Bienalsur y Microcentro Cuenta, centradas en la idea de transformación.
“Uso materiales rígidos de manera que en la obra se vuelven blandos –explicó Lamothe, que vuelve flexibles las placas de madera y crea formas orgánicas con acero-. Intento superar la idea de dureza, hacer que el material se comporte de otra manera, mostrar que puede ser dócil, frágil. Transmitir la posibilidad del movimiento, de la liberación de la estructura. Me gusta esa ambigüedad”.
Además del envío oficial, Pedrosa seleccionó un “Dream Team” de 16 artistas que nacieron o se radicaron en la Argentina que representarán al país en las muestras centrales curadas por él para esta edición de la bienal, entre los cuales se cuentan Libero Badii, Clorindo Testa, Emilio Pettoruti, La Chola Poblete y Mariana Telleria. Por otra parte, el dúo Chiachio & Giannone fue invitado por Swatch, principal sponsor del encuentro, para exhibir dos obras textiles en su espacio del Arsenal.
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