De la profunda tristeza de Poe al rostro de Marilyn: los sorprendentes retratos 3D de Hadi Karimi
El ingeniero iraní esculpe la imagen de artistas clásicos y contemporáneos con herramientas del arte digital; interpretar y reconstruir gestos y rasgos clave, el gran desafío de una galería con casos muy llamativos
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El lenguaje facial se traduce a través de los músculos que definen el rictus o tensionan la frente, el arcoíris de la mirada, las huellas del tiempo sobre el tejido cutáneo o la forma en que el cabello enmarca un rostro. Con ojo experto sobre tales manifestaciones no verbales, el ingeniero iraní Hadi Karimi esculpe en tres dimensiones retratos fotorrealistas de icónicos personajes históricos y contemporáneos del mundo del arte.
“Cada ser humano posee una expresión única por la que normalmente se lo reconoce. Algunos siempre están sonriendo, otros entrecierran un ojo, otros fruncen el ceño”, explica el artista a LA NACION desde su país y se explaya sobre el paso a paso de su trabajo. En poco más de un año, Karimi dio nueva vida en el plano virtual a una treintena de personajes. De gran parte de ellos se conservan escasos retratos de época como punto de partida, como ocurre con los compositores clásicos -Mozart, Bach, Beethoven, Brahms- o con el escritor Edgar Allan Poe. ¿Cómo lucían aquellos rostros?
En otros casos, el desafío se dio a la inversa, al llevar a la representación 3D íconos de la música contemporánea como Amy Winehouse, David Bowie, Freddie Mercury, Björk, Michael Jackson, o estrellas de Hollywood como Grace Kelly, Marilyn Monroe, Tom Hanks, Will Smith, Anne Hathaway o Cate Blanchett. De ese gran volumen de imágenes disponibles, ¿cuáles se presentan como las más reales?
“El flujo de trabajo tanto para la imagen de celebridades como para los personajes históricos es básicamente el mismo. La única diferencia importante es la referencia: cuantas más referencias existan, más preciso será el resultado”, apunta el autor, cuya obra puede visitarse en www.hadikarimi.com y en su cuenta de Instagram. “Todos los rasgos son igualmente importantes para lograr un buen parecido, y la expresión es siempre un reflejo de la personalidad”.
El gesto de “profunda tristeza” que analizó en las representaciones que se conservan de Edgar Allan Poe es el rasgo que mayor contundencia expresiva aportó al retrato realista y tridimensional del escritor. Lo mismo menciona de la “leve sonrisa” que ilumina el rostro de Audrey Hepburn en la mayoría de sus fotos, de las actuales “arrugas” de Eric Clapton o del “desafiante cabello, incluso más que su cara”, de Marilyn Monroe, el cual requirió semanas de trabajo.
Tras un análisis detallado de las imágenes existentes de cada personaje, Karimi da forma al cráneo, las facciones del rostro y el torso superior, con sus respectivos atuendos. Lo hace a través de una técnica denominada escultura 3D, mediante un software en tres dimensiones llamado ZBrush, herramienta similar a una maza digital. Luego, arregla el cabello con Autodesk Maya y, en la etapa final, llega el momento de iluminar la escena y crear los sombreados y referencias adecuadas para definir al conjunto.
“Comprender las expresiones es realmente importante para poder hacer un retrato que parezca vivo”, remarca Karimi. El artista e ingeniero también menciona que el ojo humano está entrenado para reconocer los rostros de otras personas. “Es algo completamente intuitivo y no necesita de ningún entrenamiento. La mayoría de los animales tienen habilidades similares, así que supongo que se podría decir que es una especie de instinto que ayuda a ser conscientes de los aliados y los enemigos. Durante la evolución, los humanos hemos perdido parte de los sentidos intuitivos e instintivos pero hemos conservado éste, que nos ayuda a reconocernos de un vistazo. Lo hacemos todo el tiempo, pero no podemos enseñarlo ni explicarlo. Al igual que no enseñamos a nuestros hijos a caminar o a hablar, simplemente se aprende mirándonos y escuchándonos. Y los retratistas aprovechamos esta habilidad de una manera más técnica, entrenando nuestros ojos para capturar mejor los rasgos faciales y replicarlos”.
Nacido en Teherán en 1990, Hadi se declara un apasionado del arte digital tanto como de la música, lo cual explica que gran parte de sus retratados sean referentes de esta disciplina. Sus primeras reconstrucciones fueron, de hecho, los compositores clásicos, cuyas obras escucha con devoción y por cuyas historias personales se siente especialmente atraído.
Cuando su apuesta tiene como objeto a una superestrella contemporánea reconocida mundialmente, que el planeta entero tiene fresco en la memoria, aumenta su ansiedad frente a las reacciones del público: “¿Les va a encantar o lo odiarán?”
Hadi pronuncia el nombre de Frédéric Chopin cuando se le pregunta por el retrato más complejo de su repertorio. “Era mi primera reconstrucción facial y me llevó dos meses completarlo”. ¿Han llegado a ojos de los protagonistas: Tom Hanks, Will Smith o Björk, sus creaciones? “¡No lo creo! Las celebridades reciben obras de artes de sus fanáticos a diario y sería una locura pensar que las ven todas. Quién sabe, tal vez lo hayan hecho, pero hasta ahora no he recibido ningún comentario de ninguno de ellos”, expresa el creador iraní, quien lamenta que en su país no abunden mayores oportunidades para los creadores digitales -arte que en Argentina tiene entre sus referentes a Ramiro Ghigliazza, con sus recreaciones de próceres nacionales- ni oportunidades para trabajar de forma remota debido a las sanciones.
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