De la Argentina con amour: la historieta criolla y sus lazos con Francia
Una muestra en la Alianza Francesa de Buenos Aires pone el ojo en el intenso intercambio entre el universo de las viñetas y novelas gráficas de aquí y de allá
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En el principio, hubo algo de je ne sais quoi francés. Porque a fines del siglo XIX la cultura francesa pisaba fuerte en el Río de la Plata, y de ese origen eran los litógrafos y dibujantes que dieron forma a las primeras narraciones gráficas –eso que hoy llamamos historieta- publicadas por estas tierras.
Un siglo después, entre los años sesenta y setenta, el recorrido fue inverso. Numerosos dibujantes e historietistas argentinos viajaron a Francia, se abrieron paso en el mundo de la bande dessinée, comenzaron a publicar sus trabajos allí.
Y justamente de esta historia de cruces, intercambios y desplazamientos hacia uno y otro lado del océano se trata BD: Historieta. De Palermo a Montparnasse, muestra recientemente inaugurada en una de las sedes de la Alianza Francesa de Buenos Aires.
“Conocemos mucho a los autores franceses de BD, a los que solemos invitar a la Argentina. Pero se suele hablar menos de los argentinos que hicieron sus carreras en Francia, insertados en el mercado editorial francés –explica María Concepción Sudato, responsable de mediación cultural de la Alianza e impulsora de la exhibición-. Me pareció interesante mostrar ese aspecto poco conocido de la historieta”.
Por cierto, para cualquiera a quien le gusten las artes visuales –y ni que hablar la historieta, los cómics o la novela gráfica-, De Palermo a Montparnasse no defrauda. Allí se pueden observar algunas de las primeras narraciones gráficas divulgadas en el país, firmadas por el francés Alfred Michon en El petróleo, publicación cercana al espíritu de la Comuna de París que circuló alrededor de 1875. Pero también se puede descubrir una edición francesa de Mafalda (presentada como “la petite philo”). O encontrar la carta en la cual, en 1983, el ministro de Cultura francés, Jack Lang, recomendaba a Héctor G. Oesterheld para la Orden de las Artes y las Letras. O atisbar las huellas de lo que fueron publicando en Francia los argentinos Copi y Mordillo en los años sesenta y setenta y, más acá en el tiempo, Leopoldo Durañona, María Alcobre, Juan Sáenz Valiente, Cuneo y Sole Otero, entre otros. Historietas y novelas gráficas; humor, experimentación, testimonio histórico, poesía, ciencia ficción: todo convive entre trazos de colores o en austero blanco y negro; entre la potencia de la masividad y la sofisticación de la indagación artística.
De Palermo a Montparnasse comenzó a gestarse en 2019, cuando la Alianza Francesa convocó a José María Gutiérrez, del Centro de la Historieta y el Humor Gráfico Argentinos de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno (todo el material exhibido forma parte de su acervo), para realizar la curaduría junto a Lucía Schachter. 2020 iba a ser el Año de la Historieta en Francia, y la idea era unir celebraciones. La irrupción de la pandemia de Covid-19 obligó a posponer el proyecto. Hasta este año.
“En la Argentina tenemos una relación culposa con la historieta”, asegura José María Gutiérrez, al tiempo que destaca el contraste con lo que ocurre en Francia, país donde el universo BD, de similar prestigio al del mundo literario, cuenta con legitimidad propia, espacios críticos en la prensa, festivales y un mercado consolidado.
Eso lo convirtió en un territorio particularmente acogedor para la creación gráfica argentina, dueña de una notable calidad, profesionalismo y continuidad en el tiempo. El flujo ha venido siendo constante desde hace unas siete décadas, motorizado tanto por vicisitudes políticas como económicas. De hecho, más de un trabajo publicado y distribuido en el circuito argentino tuvo antes su primera edición en francés.
De Palermo a Montparnasse ofrece una bella ventana a este universo. Lo hace, además, en los propios términos del material que se exhibe, enfatizando el aspecto mestizo –¿migrante?- que, casi por definición, posee la historieta. Cruza de registros diversos, encuentro de la palabra escrita con la imagen, zona de llegada del código fotográfico y del lenguaje del cine al mundo de los dibujos: en pocas expresiones lo popular, lo masivo y la vanguardia se encuentran tan cerca y tan cómodos.
Esa mixtura está en la muestra. En sus contenidos y en sus formas. Por ejemplo, las impresiones y sellos característicos del correo postal –esa especie en extinción- asoman en las inscripciones al lado de cada obra expuesta, aludiendo al océano que los autores cruzaron en una y otra dirección. Una encantadora plancha de estampillas, creación de la diseñadora Silvina Colombo, reproduce trabajos de los historietistas Mandrafina, Mancini y Cuneo. Y el afiche que identifica a la exposición, reproducción de un trabajo del argentino Leopoldo Durañona, es a su vez un homenaje a los mundos imaginarios creados por el historietista francés Jean Giraud, más conocido –y muy leído en nuestro país- como Moebius.
Para agendar
BD: Historieta. De Palermo a Montparnasse. Hasta el 3 de febrero de 2023. En la Alianza Francesa de Buenos Aires, Av. Córdoba 946. De Lunes a vieres, de 10 a 20; sábados, de 9 a 14.
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