De Córdoba al mundo, sin fronteras ni millones
José Luis Lorenzo abrió un espacio de acceso público con su rica colección de fotografías
José Luis Lorenzo es un caso aparte. Un coleccionista que comenzó comprando paisajes de pintores cordobeses, según la tradición que conecta con maestros como Fernando Fader, Octavio Pinto y José Américo Malanca, hasta que un regalo de cumpleaños cambió el rumbo de su mirada. Era una pequeña caja salida del taller de ese enorme dibujante que es Fernando Allievi. A partir de esa obra fijó su interés en el arte contemporáneo e inició una colección cuya piedra angular es la fotografía.
El meteórico y feliz recorrido del coleccionista se inició en arteBA, siguió en ARCO, de Madrid, y en Art Basel, de Miami; siempre en la búsqueda de fotos vintages y de hallazgos. Clásicos del peruano Martín Chambi, figura de culto e inspirador nada menos que de Mario Testino y un desnudo icónico de Robert Mapplethorpe reciben al visitante en la caja blanca del piso racionalista. Allí también ha reunido imágenes de Grete Stern, Horacio Coppola, Anatole Saderman, y de sus dos artistas fetiches: Nicola Costantino y Gabriel Valansi.
Erudito y sensible, Valansi resultó el guía perfecto en el itinerario de las búsquedas y compras, además de haber participado en la colgada de la colección en Espacio Colón. Un departamento de planta versátil, en pleno centro de Córdoba, proyectado en el tablero de A. U. Vilar, arquitecto moderno que firmó edificios monumentales como el Automóvil Club Argentino sobre avenida del Libertador.
Lorenzo integra el Comité de Adquisiciones de Arte Latinoamericano de la Tate Modern, de Londres, desde 2014; y el de Malba, desde 2016. Es presidente de los Amigos del Museo Caraffa; vicepresidente de Pro Arte Córdoba. Mantiene también una agenda de cooperación con DarA (Decoradores Argentinos Asociados), presidida por el arquitecto Julio Oropel, y organiza de manera periódica clínicas de arte contemporáneo.
La selección de fotografías reúne más de cien obras, pero es solo la parte de un todo, porque la colección se completa con las obras colgadas en su casa, un piso de barrio Cofico, en el corazón corbobés residencial. Liliana Porter, Laura Buccellato, Mercedes Casanegra, Virginia Agote, Florencia Battiti, Ana Battistozzi, Patricia Rizzo, Martín Zanotti, Dolores Cáceres, Fernando Allievi, Valansi, Graciela Sacco y Flor Giordana Braun y Sergio Quattrini, entre muchos otros, coincidieron en la apertura que selló un viejo sueño de la gente del interior: que la movida del arte contemporáneo no termine en la General Paz. "Quiero despertar en los demás el entusiasmo que se renueva en mí día a día", dice Lorenzo mientras la audiencia escucha atenta la explicación de una obra documental del catalán Joan Fontcuberta, maestro del disparo perfecto, que iluminó aspectos secretos de la imagen con su libro El beso de Judas. Se suman obras de Marcos López, de Rosana Schoijett; un imponente aporte de Graciela Sacco y el trabajo político de la chilena Lotty Rosenfeld. Nobleza obliga, están allí las imágenes de cordobeses premiados, como Hugo Aveta, Res y Adriana Bustos. José Lorenzo, en sus tempranos 50, integra la camada de nuevos coleccionistas argentinos, que dieron sus primeros pasos en las canteras de arteBA. Es un modelo posible de acción.
Va de yapa la joya de la colección: el retrato del chico de pantalones cortos de August Sander. Conocido por su obra Hombres del siglo XX, un catálogo de la sociedad alemana durante la República del Weimar, Sander es la figurita difícil del álbum y la descubrió como en una trastienda de Berlín.
Espacio Colón enriquece la oferta visual de Córdoba con la fórmula gestión privada y visibilidad pública. No es poco en un país de presupuestos culturales magros.