De cartonera a editora
La "Osa" Miriam vivía de vender cartón y hoy lo colorea para hacer portadas de libros; junto a otros compañeros, trabaja en Eloísa Cartonera, cooperativa fundada en 2003 por Washington Cucurto
A metros de la Bombonera, la "Osa" Miriam, Ricardo, Juan, Alejandro, Celeste y Carolina ("Cartolina" para sus compañeros) se rebelan contra la tiranía azul y amarilla. En un pequeño local de Brandsen 467 pintan a mano pedazos de cartón para transformarlos en coloridas portadas de libros que se imprimen allí, en el barrio de La Boca.
Eloísa Cartonera surgió en 2003. "En ese momento, con los precios disparados, la única manera de seguir imprimiendo era usando el cartón que recogíamos de la calle. Eloísa surgió con lo que teníamos a mano", asegura Washington Cucurto (seudónimo de Santiago Vega), responsable del proyecto, junto a Javier Barilaro y Fernanda Laguna.
Desde su página , la "editorial más colorinche del mundo", que funciona como cooperativa, toma posición: "Ni un producto de la crisis ni un intento por estetizar la miseria". Se definen como un grupo de personas que se juntó para hacer las cosas de otra forma.
Y eso se nota sólo con verlos trabajar sobre el cartón que cubrirá los ejemplares de La Noche , relatos fantásticos para chicos escritos por David Wapner. El infantil es el género más vendido. Casualidad o no, agarran una caja de Nesquik. La "Osa", que solía ganarse la vida como cartonera, se entusiasma ahora al imaginar las posibilidades que le ofrece ese material. "Me gusta cuando una tapa me queda re linda y la ven todos", dice.
El cartón lo compran a cartoneros que recorren el barrio a 1,50 pesos el kilo o 0,25 centavos la caja. Una cifra muy superior a la ofrecida en otros puntos de reciclaje. Los libros salen 5 y algunas ediciones más acabadas como El sol albañil , de Ernesto Camilli, cuestan el doble. También hay cuadernos por 15.
El catálogo contiene más de 120 títulos, todos de autores latinoamericanos con diferentes grados de visibilidad. "Cedí dos obras y, como muchos, habría cedido más, de puro amor a Cucurto. Nunca cifré expectativas en el proyecto Eloísa, pero celebré su existencia como recordatorio de la condición lumpen y marginal de toda buena literatura", asegura el escritor Rodolfo Fogwill, autor de Los Pichiciegos , a lanacion.com .
Como él, hicieron Ricardo Piglia, Tomás Eloy Martínez, Alan Pauls, Pedro Lemebel, César Aira, Leónidas Lamborghini, Fabián Casas y Gabriela Bejerman, entre otros.
Eloísa propone una estética sustentada en fuertes principios sociales y comunitarios que ya trasciende las fronteras. Existen iniciativas similares en varios países de la región. Como Brasil (Dulcineía Catadora), Perú (Sarita Cartonera), Paraguay (Yiyi Jambo), Chile (Animita Cartonera) y Bolivia (Yerba Mala Cartonera), por nombrar algunos.
En nuestro país, no es necesario irse hasta la Boca para conseguirlos. Se venden también en varias librerías: Boutique del Libro, Antígona, Rincón del Anticuario, Prometeo, De la Mancha, Otra Lluvia, Crack Up, Eterna Cadencia, Zivals, Club Dumas, De Avila, MU, Librería de las Madres, Fundación Proa.
Aunque acercarse a la calle Brandsen (lunes a sábado de 14 a 20) es una buena oportunidad para entrar a la cocina del proyecto y hasta pintar un libro, o encargar el armado del propio. Klaus Stadmuller, un turista alemán, llega para retirar la caja de ejemplares de su 50 por Buenos Aires . Postales de cartón que repartirá a su regreso.
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