Daniel Divinsky perdió De la Flor
Su ex mujer y codirectora se quedó con el prestigioso sello
"A veces, es el cielo; a veces, el infierno, y otras, las dos cosas al mismo tiempo." Así definía Daniel Divinsky, hace tres meses, la situación laboral con Kuki Miler, su ex mujer desde 2009 y socia en Ediciones De la Flor desde la fundación del sello hace casi 50 años. En una entrevista que lanacion publicó en junio pasado, Divinsky fantaseaba con un retiro cercano, pero no imaginaba las condiciones en que se daría su abrupta salida de la editorial.
El viernes pasado, el editor firmó la cesión de su parte de De la Flor a Miler, con quien estuvo casado por casi cuarenta años. Según contó él mismo en un mail que hizo circular entre sus allegados, fue una "decisión dolorosa, que me tiene muy triste, pero al mismo tiempo aliviado: la convivencia laboral se había tornado imposible y todo proyecto mío se estrellaba con su enconada negativa". En ese mensaje. Divinsky afirma que la cesión de su mitad del negocio fue "a precio irrisorio" y que se concretó "luego de complicadas negociaciones en una mediación". El acuerdo entre ambas partes incluía "el uso exclusivo" de su despacho en las oficinas de De la Flor, ubicadas sobre la calle Gorriti. El domingo pasado, cuando Divinsky llegó al lugar se encontró con una escena terrorífica: su espacio había sido saqueado. Así lo detalla en su mail: "Me encontré con que vándalos, seguramente bajo la influencia de sustancias tóxicas o en estado de desequilibrio mental, ingresaron el sábado en el edificio con llaves iguales o ganzúas y arrasaron con el contenido de mi despacho, vaciando cajones de escritorio y estantes de la biblioteca y ficheros, sustrayendo papeles, documentos y hasta medicación recetada y hurtaron mi computadora y aparato telefónico, cuyo uso estaba concedido dentro de ese espacio exclusivo que conservaré dentro de la Editorial". Agrega que "incluso, para despertar sospechas sin duda injustificadas, dejaron papeles manuscritos imitando la letra de Kuki con textos insultantes y amenazadores". El editor registró con su cámara el estado en el que se hallaba su oficina, y presentó la imagen como prueba en la denuncia policial donde consta el delito.
Con un catálogo de alrededor de 850 títulos, De la Flor maneja los derechos de la obra de Quino, Rodolfo Walsh y Nik. Como parte del acuerdo judicial, Divinsky no podrá realizar tareas de edición con su nombre en los próximos tres años. A los 73, dijo en aquella entrevista, no se imagina haciendo otra cosa: "Seguiré eligiendo libritos y haciéndolos con los editores amigos si no se pudieran hacer acá. Es una adicción sana".
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