Cumbre político-cultural en la reinauguración de Clásica y Moderna, ahora como C y M Libros
Los flamantes funcionarios de Ciudad y Nación, escritores y artistas como Santiago Kovadloff, Amelita Baltar y Sandra Mihanovich, académicos, productores y empresarios asistieron ayer a la reapertura de un lugar mítico
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En el primer día de la “nueva era” anunciada por el presidente Javier Milei en el Congreso Nacional, como un ave fénix reabrió sus puertas Clásica y Moderna, ahora C y M Libros, en Callao 892. Empresarios y académicos, escritores, sacerdotes y funcionarios nacionales y de la ciudad de Buenos Aires, filósofos, cantantes y artistas se dieron cita en la librería-restaurante que Natu Poblet había convertido en una “fortaleza cultural” y que, tras años de permanecer cerrada y en custodia judicial, revivió apoteósicamente por iniciativa de la empresaria y profesora Raquel Rodrigo.
Por acumulación de deudas, Clásica y Moderna había cerrado en 2019, dos años después de la muerte de la librera y gestora Natu Poblet. En 2023 la celebración es doble: la reapertura coincide con el 85° aniversario de la fundación mítica de Clásica, en 1938, por Francisco Poblet y Rosa Ferreiro.
Por la red carpet colocada en la vereda desfilaron el escritor Santiago Kovadloff y las cantantes Sandra Mihanovich y Amelita Baltar, las actrices Alejandra Radano y Ana Fontán; el secretario de Cultura de la Nación, Leonardo Cifelli, y la ministra de Cultura porteña, Gabriela Ricardes; los integrantes de la Academia Argentina de Letras Alicia María Zorrilla, Luis Felipe Oteriño, Pablo Cavallero, Leonor Acuña, Eduardo Álvarez Tuñón, Antonio Requeni y Oscar Conde; el empresario Francisco de Nárvaez (yerno de Rodrigo) y el sindicalista Luis Barrionuevo, el compositor y gestor artístico Gustavo Mozzi, el coreógrafo Gerardo Litvak y el editor Mariano Roca, los escritores Jorge Sigal y Josefina Delgado, las curadoras Cecilia Molina y María Teresa Constantin, y las periodistas Nora Lafón y Susana Reinoso. Sus nombres figuraban en la lista de los más de ochenta invitados. Muchos de ellos fueron amigos de Natu Poblet.
“¿Estás en la lista?” debe haber sido una de las preguntas más formuladas en la puerta de C y M Libros, ayer a la tarde. Y la emoción predominante, no solo entre los invitados sino también entre los vecinos del barrio y los transeúntes, fue la alegría por la recuperación de una librería que se convirtió en un centro cultural y artístico que muchos otros supieron emular. Del artista Patrick Gläscher, de la galería Praxis, se exponen en el local tres imponentes pinturas que se pueden apreciar incluso desde la calle.
El director general de la Fundación El Libro, Ezequiel Martínez, que no estaba en la lista, intercambió en la puerta de C y M Libros unas palabras con el secretario de Cultura, y le anticipó que le pedirían una reunión para hablar de la presencia de Nación en la próxima Feria del Libro porteña. “¿Hay que poner plata? Miren que no hay plata”, bromeó a medias Cifelli. Javier Martínez, que sí estaba en la lista, conversó con Cifelli dentro del local. El saliente ministro de Cultura porteño Enrique Avogadro llegó en bicicleta al concurrido evento y expresó su satisfacción por la reapertura.
El tenor Fermín Prieto y el pianista del Coro Polifónico Nacional, Claudio Santoro, interpretaron el Himno Nacional. A continuación, Cifelli, Kovadloff y Rodrigo dijeron unas palabras. En su discurso, Rodrigo contó detalles del modo en que había rescatado el lugar. Hubo incluso una pequeña ceremonia religiosa. Se sirvieron empanaditas de carne picante, ravioles artesanales y, de postre, flan con crema y dulce de leche.
“Qué alegría estar acá, rodeado de historia, artistas y amigos -dijo Cifelli luego de que los asistentes cantaran el Himno Nacional-. Para mí es un honor acompañar a Raquel en este emprendimiento que significa esfuerzo personal, inversión y, al mismo tiempo, un aporte a la cultura argentina. Porque eso es Clásica y Moderna, parte de nuestra cultura. Hoy Raquel nos demuestra que cultura, inversión y trabajo van de la mano. Acá está el ejemplo de lo que queremos hacer en la Secretaría de Cultura: proyectos de calidad que promuevan la cultura nacional y generen trabajo”.
El funcionario destacó que el país tiene un “potencial increíble” y que la cultura sería parte del crecimiento del país. “La Argentina que viene va a premiar el esfuerzo de quienes trabajan por un país mejor, la industria cultural va a cumplir un rol protagonista de la escena -dijo-. Hoy es el primer día de gestión de Javier Milei y no encuentro mejor forma de honrarlo que reabriendo este espacio emblemático para la cultura argentina. Clásica y Moderna hoy es el símbolo de lo que viene: una Argentina mejor, que con una gestión eficiente, que ponga las cosas en orden, va a reabrir sus puertas al mundo, va a generar confianza y esperanza”.
En un momento, Cifelli salió a conversar con la prensa. “Yo vengo del teatro y soy así, simpático -se definió el funcionario-. Javier y Karina me dicen que no soy como el típico político, pero tengo experiencia en la gestión”. Cifelli adelantó que este año no habría en la agenda de cultura “esos shows de treinta millones de pesos”.
E insistió: “Como dijo el presidente, no hay plata”. A su vez, disipó el temor de que en su área se ejecutaran grandes recortes y despidos. “La gente que quiere trabajar se va a quedar”, afirmó, y dijo que los nombramientos que faltan para completar su equipo se harían en el transcurso de esta semana o, a más tardar, la próxima.
“En el país de la fuga de capitales, de las empresas que cierran y de los jóvenes que emigran en busca de un horizonte previsible y provechoso para desarrollar su porvenir, nadie tiene sin embargo la última palabra -dijo Kovadloff, que en el encuentro leyó un poema de Requeni y recitó textos con el grupo Orfeo, que integra con Ana Chaves y Federico Mouján-. También aquí, pese a todo y contra todo, es posible lo inesperado y lo que parece inverosímil: renacer, volver a la vida, desbaratar al pájaro de mal agüero y dar signos de energía y creatividad donde ya no se los esperaba. Clásica y Moderna, ahora rebautizada como C y M Libros, vuelve a abrir sus puertas. El emblemático café, escenario de los buenos libros, los espectáculos gratos y las comidas placenteras reinaugura esta noche su propuesta cultural y culinaria luego de algunos años. Lección para descreídos, ventura para quienes nos reencontramos con ese lugar tan querido y tan porteño”.
“Para mí fue como si hubiera estado ayer -dijo la escritora Josefina Delgado a LA NACION-. Fue todo muy lindo y emotivo para los amigos que estuvimos con Natu hasta su muerte. El lugar está muy bien conservado y adaptado al presente; el espíritu del lugar está intacto”.
La profesora brasileña Ida Guberp se detuvo emocionada en la puerta de C y M. “Siempre venía aquí antes de la pandemia, a cenar y a buscar libros; qué felicidad que haya abierto otra vez”, expresó. Por la avenida Callao, los conductores reducían la velocidad para asomarse por la ventanilla y preguntar qué pasaba. “¡Reabrió!”, les respondían a viva voz desde la vereda.
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