Cuestiones de fondo
En Mamba 112 artistas argentinos exponen sus obras. Corresponde aclarar que escribo como artista participante en dicha muestra. Y aclaro también que no me retracto de mi decisión y compromiso de donar mi obra para el acervo de dicha institución, por lo cual no adherí a la solicitada lanzada por un numeroso grupo de artistas cohesionados bajo las siglas AO (Artistas Organizados), que circula con 732 firmas a la fecha ( www.artistasorganizados.wordpress.com ). Mi desacuerdo con AO es básico: no me parece correcto que más de 100 artistas adultos, conscientes de sus propias decisiones, luego de aceptar donar sus obras, pongan en suspenso dicha donación dos semanas antes de la inauguración de la muestra. Vale aclarar que, sin compartirla, respeto la estrategia de AO y entiendo que ha resultado un camino válido para llamar la atención sobre cuestiones de fondo cuya discusión viene siendo postergada. Más allá de ciertas desprolijidades de montaje, las obras en su mayoría tienen una altísima calidad que todavía no pudo ser valorada, pues ha quedado opacada por el conflicto desatado, conflicto que pone sobre el tapete cuestiones que ya no pueden ser eludidas por los distintos agentes que integran el sistema del arte (artistas, Mamba y Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires): ampliación del presupuesto del museo, incorporación de obras no exclusivamente por donación, producción de muestras y reconocimiento profesional del artista y los trabajadores del museo. Lamentablemente, el reclamo de los artistas ha quedado reducido en la prensa a la categoría de escándalo. Se ha hecho foco en las donaciones en suspenso, como si se tratara de un berrinche de ocasión, lo que dio lugar a notas simplificadoras y tendenciosas.
Confío en que la situación sobrevuele las rencillas personales, las vanidades de turno, el oportunismo político, la utopía inconducente, el deseo liso y llano de bajar al funcionario de turno (en este caso, la directora del Mamba, Laura Buccellato).
Creo cuestionable el título de la muestra Últimas tendencias II , pienso que hubiera sido más acertado y menos coercitivo un título como "Últimas donaciones".
Más allá de los múltiples vericuetos circunstanciales, no deberíamos dejar de ahondar en la cuestión principal: ¿cómo queremos que funcione el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de Buenos Aires? Y lo más arduo: ¿cuáles son las estrategias realistas y efectivas para que esto se lleve a cabo?