Cuentos de César Aira intervenidos por un artista estadounidense devoto del autor de Pringles
Nate Lowman se inspiró en las historias delirantes del prolífico escritor argentino; Mansalva publicó una edición limitada de “El Hornero y otros relatos” acompañada por una serigrafía firmada por Aira y el artista; los originales se exhiben desde el lunes en una librería porteña
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“La primera vez que leí El Carrito, de César Aira, supe al segundo de digerir sus únicas tres palabras de diálogo que iba a hacer una pintura basada en la historia. El sentimiento era familiar, pero tenía un aspecto nuevo; he tenido el mismo mandato compulsivo que se me ha dado a conocer a través de muchas imágenes, pero de repente iba a pintar una historia”, dice Nate Lowman (Las Vegas, 1979), artista contemporáneo con base en Nueva York. Lowman leyó el relato del escritor argentino como The Cart en The Musical Brain: and other stories (El cerebro musical y otras historias) una antología publicada en Estados Unidos antes de que Patti Smith lo pusiera en el ojo público al prologar la edición en inglés de El Divorcio (The Divorce) en junio de 2021.
“Yo soy el mal” fue lo que leyó Lowman y lo que lo llevó a pintar un carrito de supermarket norteamericano en esmalte sobre papel con la frase “I’m evil” debajo. A partir de ahí se desencadenó la secuencia que ahora lo tiene sentado en Chicho’s, un viejo bar en el barrio de Balvanera. Eneas Capalbo, un curador argentino radicado en Estados Unidos, eligió este lugar para muestras temporarias en las que las obras (Max Gómez Canle, Berni, Pablo Suárez, entre otros) se mezclan con las fotos típicas de una cantina donde los dueños se retratan junto a celebridades del deporte.
Capalbo dirige el proyecto The National Exemplar Gallery, una galería nómade con la que realizó la muestra retrospectiva America, de Lowman, en Iowa en 2019. Intrigado por la imagen del carrito supo que el artista era un ávido lector del autor de La Liebre, entre más de 100 libros. “A partir de ahí empezamos a buscar más traducciones de Aira. De algunos de esos cuentos Nate hizo otras pinturas y el año pasado Francisco Garamona le comentó sobre esas obras a Aira.
De ahí salió la idea de hacer un libro en Mansalva con algunos de esos relatos acompañados por las obras de Nate”, explica Capalbo. El resultado es el libro El Hornero y otros relatos en una edición limitada de veinte copias acompañadas por una serigrafía firmada por Lowman y Aira y la muestra Pringles en la librería La Internacional Argentina (Padilla 865), donde desde el lunes a las 18 y hasta marzo podrán verse las ilustraciones originales junto a algunas de las pocas pinturas de Aira.
Excepto en el caso de El carrito, fechado en 2017, el resto de las ilustraciones fueron realizadas en 2023 para los siguientes relatos de Aira que van de 1994 a 2006: Pobreza, El hornero, Mil gotas, Picasso, Cecil Taylor y Los osos topiarios del parque Arauco. Ninguno de ellos es inédito y casi todos fueron editados en 2013 por Mondadori en el volumen Relatos Reunidos. La habitual incongruencia temporal entre la escritura y la publicación que forma parte del estilo Aira fue uno de los elementos que volvieron atractivo al escritor vecino de Flores para Lowman.
“Mi pintura está fechada en 2017. La historia de Aira está fechada en 2004. Disfruto la forma en que él fecha sus historias hasta ese día. En esta precisión se crea el misterio. ¿La historia se escribió toda de una vez en un día? ¿O la fecha refleja el día en que terminó la historia en curso?”, se pregunta Lowman que llegó al escritor de Pringles a través de una escritora amiga.
Entró a través de Ghosts (Los Fantasmas) pero se volvió devoto luego de leer How I became a nun (Cómo me hice monja) y The seamstress and the wind (La costurera y el viento). Con ese libro supo que tenía que conocer Buenos Aires. Aquí está, entonces, dando cuenta de un generoso churrasco. Y sigue: “Dadas las maquinaciones de la publicación, leo a Aira completamente fuera de lugar… Esta recepción no lineal del proceso, dada a estructuras arbitrarias, es un hogar acogedor. Las fechas añaden una dimensión al humo persistente de la historia. Desde el presente los leo al final de una nueva historia y me pregunto ¿en qué cuadros estuve trabajando ese año? ¿Cómo era mi ciudad entonces? ¿Qué herramientas estaba usando? Estas fechas son luces que proyectan sombras que enmarcan cada historia en el muro de la memoria”.
Lowman pone el acento en el carácter conceptual de los libros de Aira a los que el mismo autor ha llamado “cuentos de hadas dadaístas” y que pueden considerarse como una suerte de gran instalación narrativa.
En el estilo ermitaño del escritor no saldrá una palabra de su boca sobre esta colaboración ni estará presente en la inauguración este lunes, pero si se sabe que, recién llegado de Nueva York, tras esta escala en Chicho’s, Lowman se movilizará a Flores para conocerlo. “César se mostró muy interesado cuando le conté que había un artista en Estados Unidos que se inspiraba en sus textos. Colaboró en todo lo que fuera necesario y los relatos fueron elegidos de forma azarosa siguiendo un poco el material que Nate había leído”, cuenta Francisco Garamona, poeta y editor a cargo de Mansalva. Este es el cuarto libro de Aira ilustrado que publican después de Dante y reina (Max Cachimba), Cecil Taylor (El Marinero Turco) y Haikus (Nahuel Vecino).
Editado originalmente por Eloísa Cartonera, uno de los relatos más fascinantes de este volumen es Mil gotas, que plantea la evaporación masiva de La Gioconda en minúsculas partículas de óleo. “Me hubiera gustado hacer mil cuadros para 1000 Drops, o mejor aún, haber encargado a mil artistas que cada uno hiciera uno. También me hubiera gustado viajar en el tiempo para que Edvard Munch ilustrara la personificación de la Pobreza, pero mis devaneos me llevaron a otra parte de la historia”, describe Lowman, cuyo trabajo suele estar basado en la iconografía de la vida cotidiana de los Estados Unidos y ha exhibido en MoMA, Guggenheim, el Pompidou de París y las galerías Gagosian y David Zwirner de Nueva York y Londres.
De nuevo, Lowman da en el clavo. El icónico gesto expresionista pintado por Munch se corresponde con el comienzo del texto de Aira. Se lee: “Soy más pobre que los pobres, y lo soy desde hace más tiempo; una eternidad de privaciones se despliega en mi fantasía resentida que no se limita a medir la duración del mal. La magnitud de la catástrofe también la ocupa”. Quién hubiera dicho. Una reedición de un relato de Aira llega a tiempo para iluminar el futuro inminente de la clase media como si se tratara de un boedista, un escritor social comprometido con su tiempo (algo que abominaría) a pesar de que el texto tenga treinta años. Welcome to Argentina, Nate.
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