Cuatro poemas de la “insumisa” Cristina Peri Rossi, ganadora del Cervantes 2021
“Elogio de la lengua” y “La pasión”, entre sus versos más conocidos, muestran cómo escribe la autora que es una singularidad en la historia de este premio
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“Enganchada a una lengua / como a una madre, es tremenda Peri Rossi, feroz como una loba a la que han dejado sola (aunque podríamos encontrarle una hermana en Susana Thénon). Sarcástica, impiadosa, descarnada, trató a la poesía como la hembra de otra hembra y escribió con desparpajo el desgarro del exilio y el deseo lésbico. Lo suyo no es la ternura ni el lamento, lo suyo es el aullido”, dijo la escritora María Teresa Andruetto sobre la obra poética de la uruguaya Cristina Peri Rossi (Montevideo, 1942), flamante Premio Cervantes. El verso citado por Andruetto proviene del poema “Elogio de la lengua”, donde Peri Rossi -exiliada en España desde 1972 a causa de la persecución política desatada en su país por la dictadura militar- reconoce sin embargo que está atada a una lengua: ”el español más dulce del mundo” (esto es, en el poema, el español de Uruguay).
Peri Rossi, que este viernes cumplirá 80 años, fue calificada por la crítica como “poeta de travesías”, “poeta migrante”, “diaspórica” (en alusión a su hermoso libro “Diáspora”, de 1976), “ser híbrido” y también como una “escritora múltiple” por no atenerse a un solo género literario. Es autora de varios libros de poemas y de relatos -con Los museos abandonados obtuvo el Premio de los Jóvenes de Arca a los veintiséis años-, de grandes novelas como La nave de los locos y El amor es una droga dura, textos periodísticos y ensayos, entre ellos, uno sobre su amigo y sostén en los primeros años de exilio en Europa, el escritor Julio Cortázar. “Cortázar fue el más innovador, original y rupturista de todos y retomó la noción de juego y de humor que habían inaugurado los surrealistas”, dijo en 2019, cuando recibió el Premio Iberoamericano de Letras José Donoso. Fue ella quien declaró que Cortázar no había muerto de cáncer ni de leucemia, sino de sida, “con la desgracia de que le contagió la enfermedad a su querida esposa, Carol Dunlop”.
La ganadora del Cervantes se definió a sí misma como un “animal literario”. Mujer, lesbiana y exiliada, Peri Rossi constituye una singularidad en la historia del Premio Cervantes.
Este año, proféticamente, el sello cordobés Caballo Negro dio a conocer Detente, instante, eres tan bello. Poesía reunida, el primer libro de la autora (créase o no) publicado en la Argentina (su obra solía llegar, importada, desde España). “Explícita, a contrapelo, insumisa, la obra de Cristina Peri Rossi es de la más influyentes de la lengua castellana, sin lugar a dudas, y tan relevante como ella ha sido el recorrido fiel y delicado que ha construido la poeta, un recorrido que es un motor político para intervenir en el lenguaje, porque más allá del activismo, es parte de una generación que transformó el lenguaje y la poesía en campo de batalla”, se lee en la nota editorial del volumen que reúne poemas seleccionados de los dieciséis libros publicados por Peri Rossi entre 1971 y 2016, de Evohé a Las replicantes, pasando por los imprescindibles Las musas inquietantes (con poemas inspirados en pinturas de René Magritte, Gustave Courbet y Paolo Uccello, entre otros), Otra vez Eros y Estrategias del deseo.
“Los amigos comenzaron a llamarnos con la noticia, no teníamos idea, así que nos tomó por sorpresa -dice a LA NACION el editor de Caballo Negro, el escritor Alejo Carbonell-. Para nosotros es un orgullo total y una gran emoción, porque Cristina tiene una trayectoria y una obra enorme, con una inmensa cantidad de lectores en todo el mundo y se merece largamente este reconocimiento, que pienso que no es solo a su obra, sino también a su ética”. A brindar por el segundo Premio Cervantes, después de Ida Vitale en 2018, otorgado a una escritora uruguaya en el siglo XXI.
Cuatro poemas de Cristina Peri Rossi
Elogio de la lengua
Me vendió un cartón de bingo
y me preguntó de dónde era.
”De Uruguay”, le dije.
”Habla el español más dulce del mundo”,
me contestó mientras se iba
blandiendo los cartones
como abalorios de la suerte.
A mí, esa noche,
ya no me importó perder o ganar.
Me di cuenta de que estaba enganchada a una lengua
como a una madre,
y que el salón de bingo
era el útero materno.
De Estado de exilio
Cabina telefónica 1975
El exilio es tener un franco en el bolsillo
y que el teléfono se trague la moneda
y no la suelte
-ni moneda, ni llamada-
en el exacto momento en que nos damos cuenta
de que la cabina no funciona.
De Estado de exilio
La pasión
Salimos del amor
como de una catástrofe aérea
Habíamos perdido la ropa
los papeles
a mí me faltaba un diente
y a ti la noción del tiempo
¿Era un año largo como un siglo
o un siglo corto como un día?
Por los muebles
por la casa
despojos rotos:
vasos fotos libros deshojados
Éramos los sobrevivientes
de un derrumbe
de un volcán
de las aguas arrebatadas
y nos despedimos con la vaga sensación
de haber sobrevivido
aunque no sabíamos para qué.
De Babel bárbara
Sueño
Soñé que estábamos juntas en el cine
la película era la misma
tu butaca estaba frente a la pantalla
pero la mía
miraba hacia el otro lado
el cartel luminoso que decía SALIDA.
De La noche y su artificio