Cuáles son las alternativas del gobierno para rescatar a Clásica y Moderna
Después de la repercusión pública que tuvo el anuncio del cierre por desalojo de la librería Clásica y Moderna, de la avenida Callao 892, el ministro de Cultura, Enrique Avogadro, se reunió con el actual administrador de la librería, Fernando Monod. Anoche, en una mesa del bar La Americana, conversaron sobre el futuro de la librería.
Luego de ganar un juicio por una deuda en el pago de alquileres y expensas, el dueño del inmueble cambió la cerradura del local y se declaró una custodia judicial por treinta días. Muchos daban por perdida la batalla de Clásica y Moderna, tras ochenta años de actividad cultural. Pero esta historia tiene una tercera parte y un mes para escribir el final.
"Hasta que se resuelva el problema de fondo, estamos dispuestos a acompañar la reapertura de la librería con una programación cultural", dijo hoy el ministro Avogadro a LA NACION. Incluso para el problema de fondo, es decir, el pago de la deuda acumulada, el Gobierno de la ciudad está dispuesto a ofrecer un "crédito blando" para que la familia Monod, a cargo de la librería, pague la deuda. "Les pedí que en la siguiente reunión participara el dueño del local", agregó el ministro.
Para Avogadro, la crisis de Clásica y Moderna no se vincula tanto con la situación que atraviesa el sector de las librerías en la Argentina, que tuvo fuertes aumentos en los costos y caída en las ventas, sino con una crisis familiar, que se agravó luego de la enfermedad y la muerte de Natu Poblet, que ocurrió en 2017. "Reconocemos que es un momento difícil para el sector, pero lo de Clásica y Moderna es diferente. Administrar una librería, y un bar y lugar de espectáculos, es complicado. Desde la muerte de Natu, las cosas no fueron bien y muchos amigos de la librería se alejaron", dijo. Confió, además, que muchas personas se habían manifestado interesadas en continuar con el legado de los Poblet en el caso de que la familia Monod decidiera dar un paso al costado.
Se informó también que los Poblet, que habían sido propietarios del local, debieron venderlo años atrás por problemas financieros vinculados con el pago de indemnizaciones y juicios laborales. Por su parte, el ingeniero Monod contó a este diario que estaba a la espera de una comunicación por parte del equipo de Cultura del gobierno de la ciudad. "Nos interesa mantener el tema vigente", señaló, en alusión a la respuesta de la ciudadanía ante el cierre de la librería. "Creo que el dueño del inmueble estaría en disponibilidad de negociar", agregó. Como el propietario no se encuentra en la ciudad, la próxima reunión, en la que participarían el administrador, el propietario y el ministro, sería recién el lunes próximo.
"Es un espacio cultural emblemático de la ciudad y nuestro primer objetivo es mantenerlo abierto, pero para eso debemos reunirnos con el dueño del local", ratificó Avogadro, que estaba al tanto de la situación delicada de Clásica y Moderna desde fines de 2018. Como a muchos porteños, el desalojo por orden judicial de la librería, ayer a la mañana, lo tomó por sorpresa.
La librería, fundada por Francisco Poblet y Rosa Ferreiro en 1938, había sido declarada sitio de interés cultural en 1998 por la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires. Darío Lopérfido, entonces a cargo de la Secretaría de Cultura, había manifestado su apoyo a esa iniciativa. Ayer, por su cuenta de Twitter, se expresó en contra de que el Estado apoyara a privados. "La única ayuda que podés dar es colaborar con reuniones para que sponsors contribuyan. Incluso dinero tuyo. Pero si ponés dinero del Estado estás haciendo que el que paga impuestos (incluso de bajos recursos) financien un lugar en Barrio Norte. Era un lindo lugar, pero sería injusto", escribió ayer Lopérfido en respuesta a la foto de Avogadro junto con Monod.
Pero ese sería, eventualmente, un debate posterior, y solo si prosperara la vía de una ayuda financiera por un ente oficial. Por ahora, el "plan de rescate" tiene muchas puertas abiertas, para que la librería no cierre definitivamente.