Crepúsculo. El regreso de un amor menos idealizado
"Mi vida era una noche infinita e inmutable. Para mí, por necesidad, no cabía nada salvo tinieblas. Entonces, ¿cómo era posible que el sol estuviera saliendo en mitad de mi noche eterna? La pregunta que se hace Edward Cullen es la razón por la que Stephenie Meyer bautizó con el título Sol de medianoche a la novela con la que vuelve a sumergirse en el mundo de Crespúsculo, pero esta vez lo hace desde la mirada del vampiro, del hombre que enamoró a Bella Swan. Quince años después, la autora retoma los personajes de la saga que fue un suceso literario con más de cien millones de ejemplares vendidos, traducido a 37 idiomas, cinco películas taquilleras (que consagraron a Robert Pattinson y Kristen Stewart) y miles de fans repartidos en todo el mundo. La misma saga que, además de millones de dólares, le dio a Meyer buenos dolores de cabeza cuando la acusaron de promover una relación abusiva en la que todo lo vale en esa "idea del amor romántico" donde se naturalizan el acoso, la sumisión de la mujer y el ser madre por sobre todo, aunque su vida corra peligro. La fe mormona de Stephenie Meyer claramente influyó a la hora de concebir la historia, en la que se pone énfasis en la pureza espiritual y en la abstinencia sexual. Vale la pena recordar que una manzana es el símbolo central en la tapa de Crepúsculo y como bien declaró en su oportunidad Meyer, representa el fruto prohibido del libro de Genésis, la representación del amor prohibido de Edward y Bella.
Con la llegada del #MeToo y el fuerte avance de movimientos feministas suscitaron la relectura de novelas, la revisión de la concepción de las historias de amor, de lo que llamamos amor ideal, entre esos calurosos debates se incluyó a la saga de Crepúsculo, por lo que la aparición de Sol de medianoche rápidamente llamó la atención.
La mirada hacia este tipo de historias cambió desde la publicación de la novela original. Hoy el feminismo ocupa un espacio fundamental. En la nueva novela, ¿cambió la mirada de Edward hacia Bella?
Crepúsculo está congelada en el momento en que fue escrita, la versión de Edward también está ligada a ese momento. Así que su mirada hacia Bella es exactamente como era en 2005. Quizá las miradas del lector hayan cambiado, pero eso no era algo con lo que pudiera jugar o preocuparme libremente, no si Sol de medianoche iba a ser un verdadero compañero del original. El #MeToo no me dijo nada que ya no supiera sobre cómo son tratadas las mujeres en este mundo, de hecho, no cambió mucho la forma en que son tratadas las mujeres, solo que hora están hablando. De alguna manera, Edward es un antídoto ante esta situación. Aunque definitivamente tiene defectos, nunca vio a Bella como un ser menor, carente de valor o como un objeto. Está muy lejos de eso, todo lo contrario. Siempre vio a Bella como un ser humano completo, como alguien mejor y más importante que él, cuyos deseos y necesidades superan a los suyos, y la trata en consecuencia. Edward no es humano. Eso influye mucho en su voz. Aunque se esfuerza por ser lo más humano posible, sus deseos y necesidades, sus instintos y prioridades son muy diferentes a los de un mortal. Bella lo ve como el héroe romántico [es la narradora de la saga original]; sin embargo, él se ve a sí mismo como el villano irredimible.
El verdadero Edward
"Percibí su olor como la arremetida de un ariete, el estallido de una granada. No había una imagen lo bastante violenta para abarcar toda la fuerza de lo que me sucedió en ese momento. Me transformé al instante. (…) No quedaba ni rastro de los jirones de humanidad en los que había conseguido envolverme a lo largo de los años. Era un depredador y ella era mi presa (…) Yo era un vampiro, y ella tenía la sangre más dulce que había olido en más de ochenta años", describe Edward sus sensaciones y pensamientos frente a Bella en la nueva novela.
En las páginas (795 en total) de Sol de medianoche los lectores descubrirán al verdadero Edward y a una Bella torpe, pero más segura de lo que nos contó Meyer en las primeras entregas. "Creo que se sorprenderán al descubrir lo pesimista que es Edward y de cómo se ve a sí mismo. Él no cree que se merezca un final feliz. Me resultó interesante poder ver el mundo con los ojos de un vampiro, mirar a Bella a través de él. Fue una experiencia diferente".
Como todo fenómeno, hay voces opuestas entre las que se encuentran las que revalorizaron el lugar de Crepúsculo y el de Bella, la adolescente que, pesar de sus claroscuros, de sus dudas, es la que tiene voz, la verdadera protagonista de sus acciones. "Sé lo que quiero", pronuncia muy segura Bella, en la romántica escena del baile de fin de curso. El periodista Noah Berlatsky, autor de Wonder Woman: Bondage and Feminism in the Marston, es un fiel defensor de Bella y en un interesante análisis que publicó en The Atlantic señala que la incomodidad que genera la protagonista de la saga está relacionado con el reflejo de feminidad: "Las feministas han luchado durante mucho tiempo sobre cómo pensar y valorar la feminidad", aporta al debate.
En The Guardian, por ejemplo, con el título Diez años de Crepúsculo: el extraordinario legado feminista de la saga de vampiros criticados, se analizó el valor de la saga como punto de partida para que Hollywood diera lugar a otras "heroínas", desde Katniss Everdeen (Los juegos del hambre) y Beatrice Prior (Divergente) a la apertura y el cambio de rol, de poder femenino, en las mismísimas princesas de Disney (Valiente, Frozen, Moana). Recordemos que Crespúsculo, la película que se estrenó en 2008, fue un éxito de taquilla y lo más destacado es que buena parte del equipo estaba conformado por mujeres. Fue dirigido por Catherine Hardwicke, contó con el guion de Melissa Rosenberg y las directoras de casting fueron Deborah Aquila y Tricia Wood. Todo un antecedente a la seguidilla de films que encontraron en Wonder Woman (2017) el ejemplo más gráfico en este sentido.
"¿Acaso tenía un sentido del humor morboso? Aquello no me cuadraba en absoluto con la noción que tenía yo de su carácter, pero ¿cómo podía estar seguro? O puede que mi idea del ángel insensato fuera real en cierto sentido: Bella no sentía miedo. Valiente. Esa era una palabra para describirla", intenta Edward descubrir cómo es en realidad Bella, en Sol de medianoche.
Fue en 2008 cuando se filtraron los primeros doce capítulos de la novela que Alfaguara editó en octubre de este año en castellano y que ya se ubicó entre una de las novelas más vendidas.
Más allá de los pedidos de los seguidores por retomar aquellas páginas que se conocieron, ¿qué te hizo querer volver a esta historia después de tantos años?
No volví a la historia, porque nunca la dejé. Tomé algunos descansos de aquel manuscrito para trabajar en otras cosas (en 2016 editó La química), pero siempre estuve agregando cosas, corrigiendo. Fue un libro muy lento de escribir, y necesitó de todos estos años.
¿Por qué decidió darlo a conocer ahora?
En el momento que supe que iba a poder terminar el libro comencé con el proceso de publicación. Sabía cuánto tiempo habían estado esperando los lectores y no quería más retrasos. Cuando estaba trabajando en los últimos capítulos, y me di cuenta de que sí iba a terminar (algo de lo que dudé muchas veces a lo largo de los años), le envié un correo electrónico a mi agente y le dije: preparemos las cosas.
¿Planea escribir toda la saga a través de los ojos de Edward?
No. Escribir Sol de medianoche fue muy difícil porque no había espacio para la creación. Ya desde el comienzo estaba trazada toda la trama, hasta las expresiones faciales del protagonista. No podía hacer nada nuevo y eso hacía que el proceso fuera a menudo agotador. La historia no podía cambiar, por lo que la novela tenía que seguir ese mismo guion. Así que tuve que permanecer en ese mundo. Este fue, obviamente, el proceso de escritura más lento y desafiante de mi carrera. Llegar a crear, a imaginar, es lo que me impulsa cuando escribo. Trabajar alrededor de los huesos de una vieja creación fue extremadamente frustrante, así que ahora solo pretendo escribir nuevas historias. Reescribir los viejos textos no resultó tan divertido.
¿Crear la mirada de Edward no fue algo nuevo?
Siempre supe cuál era el otro lado de la historia mientras escribía Crepúsculo. Sí debo reconocer que mis partes favoritas de Sol de medianoche son los lugares donde podía ser más libre en mi creación, los lugares donde Bella estaba fuera de escena, los lugares donde Edward se refugia en sus recuerdos. Esos son los momentos en que fluyó la escritura.
¿Cómo cree que la novela seducirá a los lectores, teniendo en cuenta que ya conocen la historia?
La trama no los sorprenderá. Pero espero que tengan una idea de cómo se ve el mundo a través de los ojos de un vampiro. Ojalá disfruten al descubrir todos los dilemas que influyeron en el comportamiento a veces extraño de Edward. Creo que les gustará pasar más tiempo con los Cullen y poder verlos cuando no estén fingiendo ser humanos. Todos los flashbacks de la vida anterior de Edward resultan divertidos.
Seguramente, la historia cautivará a los fieles seguidores de la saga. ¿Cree que despertará también interés en nuevos lectores?
No tengo ni idea de si este libro será emocionante para los nuevos lectores, espero que lo sea. Es difícil para mí imaginar cómo sería la experiencia de leer Sol de medianoche sin haber leído Crepúsculo. Algún día espero conocer a alguien que haya leído en ese orden para poder preguntarle cómo es.
En medio de las diferentes presentaciones de Sol de medianoche, Meyer anunció en su página web que estuvo expuesta al Covid-19, por lo que tuvo que cambiar su agenda. "Me siento bien, pero obviamente no saldré de mi casa hasta que esté segura", dio a conocer la noticia el pasado 7 de agosto. Esto la llevó a mantener el contacto con los seguidores de la saga de manera virtual. A pesar del tiempo transcurrido, la respuesta de los fans ante el lanzamiento de la novela fue más que positiva. En su primera semana vendió en los Estados Unidos y Canadá más de un millón de ejemplares y fue muy bien recibida por la crítica. La revista Time, por ejemplo, destacó que se trata de un texto más complejo, más sofisticado y menos inocente que Crepúsculo: "Aunque fue la historia de Bella la que lanzó más de una década de heroínas distópicas y de ciencia ficción para adultos jóvenes, resulta que el poder narrativo, y el drama interno convincente, estuvo del lado de Edward todo el tiempo. La sangre fluye más libremente aquí".
En el décimo aniversario de Crepúsculo publicó Vida y muerte; a quince años conocemos Sol de medianoche. ¿Ya está haciendo planes para celebrar los 20 años?
Aún me encuentro en el medio del lanzamiento de esta novela, sumergida en este mundo. Necesito correrme un poco, algo de espacio antes de empezar a pensar en lo que sigue.
¿Piensa volver al mundo de Bella y Edward?
Por un tiempo voy a dejar de lado el universo de Crepúsculo. Quiero crear nuevas mitologías y explorar nuevos territorios, pero no voy a negar que todavía quedan historias por contar en mi mundo de vampiros, y espero volver a ellas algún día.
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