Costantini lleva su Baile récord a la Academia de Bellas Artes española
La obra de Diego Rivera, por la que se pagaron 15,7 millones de dólares, es la estrella de la muestra
MADRID.- Como en una carrera de postas, el Baile de Tehuantepec, que Diego Rivera pintó en 1928, ha llegado a la Academia de San Fernando para ponerle un marco extraordinario al premio que la Fundación Arco entregará hoy a Eduardo Costantini.
Del avión a las salas, el fundador del Malba disfruta de esta muestra homenaje, organizada por Arco y el Ministerio de Cultura argentino, mientras conversa con la curadora Estrella de Diego. Académica, crítica, escritora y docente, De Diego tiene pasión por Diego Rivera, a quien no duda en calificar de un antiguo maestro, y al Baile como una obra de museo.
La pintura está en el lugar indicado, rodeada de las telas del barroco hispánico, que al llegar a México incorporó una paleta exultante. Para colgar el Rivera ha descolgado un Tintoretto, nada menos, de la sala majestuosa del edificio de la calle de Alcalá, sede de la academia desde 1773. Tiene la mayor colección de Goya después del Prado, y obras de Arcimboldo, El Greco, Sorolla y Zurbarán, más una biblioteca pródiga que es fuente de consulta permanente.
Es mayo de 1995 en Nueva York. Antes de la subasta, en Sotheby's, Eduardo Costantini vio por primera vez Baile de Tehuantepec, tela de gran formato, procedente, al igual que el Autorretrato con chango y loro, de Frida Kahlo, de la colección IBM. El presupuesto del coleccionista, que aún no soñaba con un museo, no daba para los dos.
Eligió el Frida, y el Rivera quedó en la memoria, hasta que veintiún años después, una llamada inesperada del experto Augusto Uribe, de la casa Philips, le advirtió que el Baile estaba de nuevo en danza. En mayo último Costantini pagó 15,7 millones de dólares -precio récord en el arte latinoamericano- para quedarse con la pintura que sella la calidad de una colección considerada única en el mundo. Frida y Diego volverán a estar juntos en las paredes del Malba.
Protagonismo femenino
La muestra de la Academia de San Fernando tiene dos escalas. En el primer piso está Rivera con los maestros del barroco y en el tercero, la exquisita selección de arte argentino hecha por De Diego. Son obras de artistas que marcaron un punto de inflexión en la narrativa del arte argentino: Yente, Lidy Prati, León Ferrari, Grippo, Xul Solar, Grete Stern, Anne Marie Heinrich y un majestuoso Concepto espacial, de Lucio Fontana.
La selección, debe decirse, otorga un gran protagonismo a las artistas mujeres. "Aunque no es una cuestión de género -se sonríe Estrella de Diego-, creo que el Malba les ha dado una visibilidad inédita a las mujeres artistas, a partir de esas dos obras icónicas que son Autorretrato, de Frida Kahlo, y Abaporu, de Tarsila do Amaral."
Los premios al coleccionismo ya son una tradición instituida por la Fundación Arco, pero es la primera vez que el coleccionista premiado exhibe parte de su colección en una muestra en Madrid. Un privilegio que críticos y observadores interpretan como el premio al coleccionista-mecenas, que en septiembre de 2001 decidió fundar un museo para hacer pública su colección privada.
Estrella de Diego no duda al afirmar que "hoy sería imposible formar una colección de ese calado. Simplemente, porque los cuadros no están más disponibles". Desde que se fundó el Malba, el interés por el arte latinoamericano creció en la agenda de los grandes museos. Primero fue el MoMA, después la Tate, el Met y ahora el Museo Getty, que prepara para noviembre un despliegue histórico de arte latinoamericano en Los Ángeles.
Desde hoy, y hasta el 2 de abril, el selecto conjunto de obras de la colección Costantini dialogará con los cuadros de la Academia de San Fernando. Es el contrapunto de dos universos estéticos.
Además de Costantini, recibirán también el premio de la Fundación Arco al coleccionismo Eduardo Hochschild (Perú), la Fundación EDP (Portugal), Galila Barzilai-Hollander (Bélgica), Helga de Alvear (España) y Agustín Coppel (México).
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