Coronavirus. Un tercio de los museos del mundo están en peligro de extinción
Muchos museos están en peligro de extinción por los efectos de la crisis causada por el Covid-19. El Consejo Internacional de Museos (ICOM), la mayor organización internacional en este sector (ligada a la Unesco), ha hecho pública una encuesta a 1600 centros de todo el mundo, realizada en estos meses de cuarentena, y asegura que el 12,8% va a cerrar de manera definitiva.
Además, mientras el 67,8% de los encuestados sostiene que seguirán abiertos al público, el 19,2% duda de poder reanudar su actividad. Es decir, el 32% de los museos está bajo amenaza de cierre, según este estudio. "Estos porcentajes son una señal de alarma para el futuro de nuestro sector", sostiene la organización, tal como había advertido la semana pasada Suay Aksoy, presidenta del ICOM.
El informe —realizado entre el 7 de abril y el 7 de mayo en 107 países de los cinco continentes— indica que los cierres afectarán, sobre todo, "a las regiones en las que los museos son recientes y escasos, con estructuras todavía frágiles": países africanos, asiáticos y árabes. En estos, la amenaza se dispara hasta el 24%, el 27% y el 39%, respectivamente. Son porcentajes que vaticinan un futuro muy diferente al de Latinoamérica, Estados Unidos y Europa, donde la encuesta desvela que el 12%, el 10% y el 8% de los centros no volverán a abrir.
La gran mayoría de los encuestados asegura que cerraron sus puertas a mediados de marzo y el 94,7% se manto sin actividad durante los 30 días en los que se elaboró el estudio. ICOM reconoce que la pandemia "amenaza su supervivencia financiera así como el sustento de miles de profesionales de los museos". De hecho, alerta sobre las repercusiones económicas de la crisis, que no se acabarán con la reapertura de estas instituciones. El 30% pronostica despidos en su plantilla, el 41% asegura que va a perder parte de sus ayudas de los fondos públicos y un 43% prevé la desaparición de la financiación privada. Todos los museos se verán afectados por la pandemia, señala la organización.
Los museos también han tenido que repensar la gestión de la seguridad y la conservación de sus colecciones durante el confinamiento. Llama la atención que el 11% de los centros piensa que no se han tomado las suficientes medidas adicionales (para prevenir robos, para cuidar los depósitos y para preservar lo expuesto) y hacer frente a los riesgos del cierre. De hecho, el 18% de los participantes en la encuesta cree que sus sistemas de seguridad son inadecuados para garantizar la conservación de los objetos en las nuevas condiciones ambientales.
Derechos cuestionados
Hace un mes la división española de ICOM desarrolló un protocolo de sanidad para la reapertura de los museos, en fase uno. ICOMOS apuntaba que la brecha económica iba a determinar la apertura y, de esta manera, a poner en cuestión la accesibilidad a estos lugares, que se reconoce como derecho en el artículo 44 de la Constitución: "Los poderes públicos promoverán y tutelarán el acceso a la cultura, a la que todos tienen derecho". De hecho, la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Cultura ha decidido retrasar dos semanas — hasta el 7 de junio— la reapertura de los museos de gestión estatal "por falta de suministros". ICOM alertaba de la existencia de casos con una importante dependencia del turismo internacional y de público escolar, "por lo que no prevén su reapertura pública hasta que no sea viable hacerlo".
"Los resultados coinciden en señalar una situación crítica, con graves repercusiones económicas en todos los diferentes aspectos de las actividades", indica el estudio de ICOM. "Según los encuestados, se reducirá el número de proyectos y programas al menos en el 80% de los museos, cifra que roza casi el 90% en África, Asia y Pacífico", añaden. La caída de programas y actividades tiene una consecuencia directa sobre el empleo: el 24% de los museos europeos reconoce que se verá en la obligación de reducir la plantilla de personal. En el caso de Estados Unidos y el Pacífico, el porcentaje de despidos será mayor que en el resto del mundo: 39% y 43%, respectivamente.
"Para entender el impacto económico a corto plazo de la crisis, el 14% dice que una parte de los empleados de su museo ha sido incluida en un ERTE, y el 6% ha sido despedido o sus contratos temporales no se han renovado tras el cierre", cuentan. El 84% de los trabajadores de museos está desempeñando sus funciones desde casa. "Los datos mundiales ponen de relieve las dificultades que experimentan los profesionales de los museos en todo el mundo para garantizar las actividades fundamentales de sus instituciones", concluye el informe de ICOM.
La peor parte la asumen los profesionales autónomos del sector. La organización define su situación como "alarmante": el 16,1% ha sido incluido en un procedimiento de ERTE; al 22,6% no se les renovó el contrato. El 56,4% de los museos reconoce que tendrá que suspender el pago de sus salarios. Hace unas semanas, la presidenta y directora ejecutiva de la American Alliance of Museums, Laura Lott, también puso cifra a la debacle económica: los museos en los Estados Unidos pierden al día 33 millones de dólares (30,6 millones de euros) durante la pandemia. Al inicio de la crisis, el MoMA de Nueva York, uno de los museos más ricos del mundo, notificó a sus educadores un mensaje demoledor: "Pasarán meses, si no años, antes de que podamos volver a los niveles de presupuesto y operaciones para requerir los servicios de los educadores". Despidió a todos.
EL ESPEJISMO DIGITAL
A pesar de lo que pudiera parecer, la experiencia digital de los museos se ha reducido a animar las redes sociales. El 47,5% reconoce haber aumentado su actividad en estas plataformas. Sin embargo, el 77,1% de los museos admite que no ha cambiado nada su estrategia de colección online; solo el 16,1% dice haber transformado sus exposiciones temporales en versión digital; el 67,9% no ha pensado ningún evento en vivo para la web; el 70,4% de los encuestados tampoco ha ampliado su oferta de cursos; únicamente un 10,4% de los museos asegura haber creado un podcast sobre sus contenidos públicos. Estas cifras arrojan dudas sobre la accesibilidad construida online mientras los museos han permanecido con sus puertas cerradas.
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