Coronavirus: ¿se suspende o no la Feria del Libro de Buenos Aires?
Sería histórico que, este año, por primera vez desde 1975 no se realizara durante el otoño porteño la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Según consta en su página web, ni siquiera se suspendió durante la Guerra de Malvinas, en abril de 1982, ni en 2002, cuando la recesión alcanzó picos de desempleo y pobreza en el país. Sin embargo, el coronavirus parece que se impondrá al directorio de Fundación El Libro, institución que organiza la Feria y que está presidida por María Teresa Carbano. Hoy, en un mensaje en su cuenta de Twitter (@ferialibro) la Fundación hizo saber que informaría oficialmente "a la brevedad sobre el tema que es de dominio público", esto es, la suspensión o postergación de la FIL de Buenos Aires. "Les pedimos tranquilidad y comprensión hasta ese nuevo anuncio", concluía.
A un día del decreto del presidente Alberto Fernández (que a su vez llegó horas después de la resolución del jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta), el comunicado de la institución organizadora del máximo evento cultural en el país no se dio a conocer todavía ni, por lo que trascendió, se emitirá hoy. Como se publicó en LA NACION, el caso de la Feria es paradójico. Al congregar a más de un millón de personas en las últimas ediciones, queda comprendida por el artículo 1 del decreto 140-20 del gobierno porteño que obliga a suspender "todo acto, reunión o acontecimiento de carácter eventual cuyo objeto sea artístico, musical o festivo mayor a doscientos (200) asistentes ". No obstante, no está alcanzada por el artículo 8, que establece esas medidas por un plazo de 30 días. La 46ª edición de la Feria comenzaría dentro de 45 días.
Al mismo tiempo, en un comunicado que difundió ayer La Rural (en cuyo predio se realiza la Feria del Libro), se informa que "en cumplimiento del decreto 140/2020 del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires" la compañía está trabajando en la reprogramación de los distintos eventos comprendidos en el período de suspensión establecido por esa norma, que no incluye la Feria del Libro.
Es prácticamente imposible que la Feria comience el 30 de abril, como estaba previsto. Aunque el plazo propuesto por las autoridades para esa medida excepcional concluye el 12 de abril, se podría prorrogar si la emergencia sanitaria por el coronavirus persiste. Por otro lado, la logística y las inversiones que presuponen la organización de un evento como la FIL porteña necesitan más que dos semanas para instrumentarse. Uno de los atractivos de la Feria es la visita de escritores internacionales. Ante el avance del coronavirus, varias editoriales cancelaron los pasajes de invitados de América Latina y otros países del mundo, algunos de los cuales están identificados por la Organización Mundial de la Salud como "países de riesgo" en la transmisión del virus (España e Italia, por ejemplo).
La Feria iba a extenderse hasta el 18 de mayo, en pleno otoño de lloviznas y gripes de todas las letras, a las que ahora debe sumarse el Covid-19. Para evitar que la epidemia se generalice, la reglamentación oficial establece el cierre de museos, espacios culturales, congresos y conferencias internacionales. Festivales literarios, como el LEER de San Isidro, y muestras artísticas que iban a realizarse en museos públicos y privados durante el próximo fin de semana, fueron suspendidos en las últimas horas.
Ahora, puertas adentro de la industria, se espera conocer cómo la Fundación El Libro va a responder a los compromisos económicos que tiene con los sellos que ya pagaron una buena parte del valor de los stands con los que la Fundación, a su vez, pagó también buena parte del alquiler a La Rural. Desde la primavera de 2019 las editoriales pagaron en cuatro cuotas "la tierra" en ese predio ferial. La suspensión de la FIL de Buenos Aires representa un golpe inesperado para la industria editorial argentina, cuyos representantes se habían ilusionado luego de cuatro años de caída consecutiva en producción y ventas. Para muchos sellos, la Feria representa casi un mes extra de facturación. Trascendió que varios gerentes de editoriales locales, aun antes de la emisión del comunicado de los organizadores, solicitaron que se les reintegre el dinero que habían depositado por el alquiler del stand.
A la cantidad de ferias del libro que se suspendieron en el último mes, como la gran cita de Londres, se sumaron ayer los aplazamientos de la Feria Internacional del Libro de Bogotá, que iba a comenzar una semana antes que la porteña, y la de Madrid, que iba a comenzar a fines de mayo. Esta última fue reprogramada para octubre. No es improbable que en la primavera porteña, en La Rural o en otro espacio público (como Tecnópolis) se realice la 46ª edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, aunque solo sea para darle continuidad a su historia.