Contra viento y marea, la poesía
EL PUNTO MAS LEJANO Por Santiago Sylvestre (Ave del Paraíso) - 87 páginas - ($15)
En los poemas de Santiago Sylvester -especialmente en sus libros anteriores, Escenarios (1993) y Café Bretaña (1994)- el yo suele ser un sujeto que ha declinado su creencia en la espesa identidad y en las certezas de la conciencia. Su mirada se constituye en la sospecha antes que en la confianza para percibir el mundo. El tono conjetural prevalece y en cierto modo domina El punto más lejano , donde se prodiga un yo cuyo juicio procura establecer, desde la incertidumbre antes que desde la convicción, relaciones, vínculos, matices para dar respuesta a los oscuros enigmas de la vida. La mención de la vida no es azarosa: el gesto de esta poética no es confesional, porque ello supondría una confianza demasiado transparente en las posibilidades del poema para comunicar la experiencia y acaso cierta ingenuidad, cierta inocencia elemental. En cambio, la poesía de Sylvester se pregunta constantemente sobre la capacidad para conservar, continuar, evocar y, en suma, representar la vida en el lenguaje: "Pero no es sentido lo que se busca: se busca existencia, preguntar por ella/ para ver quién responde/ y de qué".
Este preguntarse, en una trama de respuestas provisorias y nuevas preguntas, determina el ritmo habitual de este libro. Los poemas son como serenos soliloquios, de dilatados versos que nunca resuelven la tensión por ellos mismos creada. Dicha tensión de lo conjetural, que recorre el conjunto, está centrada en una retórica de lo impreciso y de lo inconcluso. Se basa, por ejemplo, en cierta forma de visión realizada desde un punto de mira particular: "Dos/ imágenes superpuestas forman una tercera: un/ resumen inesperado para que el fondo de ojo empiece a ver de nuevo".
Fuerza de arrastre del poema y, al mismo tiempo, piedra de toque de la vida, "el punto más lejano" crea en la dispersión una ilusión de movimiento, un sentido momentáneo donde incluso brilla lo fugaz, una plenitud de la fluencia. O bien la oscura sensación de que "todo ha ocurrido hace ya mucho, que hasta aquí sólo llegan los restos de la/ creciente", los restos que el poema, balbuceante, apenas recupera.