Conflicto entre artistas y el gobierno por el tarifario de artes visuales y el pago del Salón Nacional
Organizaciones protestan porque el Fondo Nacional de las Artes organizó una exposición sin reparar en los honorarios de las participantes; además, reclaman la demora de seis meses en el pago a los premios del SNAV
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Agrupaciones de artistas feministas protestan desde la semana pasada por redes sociales por la decisión del Fondo Nacional de las Artes (FNA) de organizar una muestra sin pagarles por la participación con sus obras. Para esto, Nosotras Proponemos, Artistas Autoconvocades, La Lola Mora, Trabajadoras del Arte de Córdoba y Agrupación Artistas de Rosario difundieron por redes sociales placas donde recuerdan que el trabajo artístico no es un hobby y que existe un tarifario disponible que instituciones públicas y privadas pueden consultar antes de convocarlas a exposiciones, homenajes y ciclos.
“A lxs artistas se les paga por su trabajo. Siempre -se lee en una de las placas-. El FNA organiza una exposición y decidió no pagarles a lxs artistas participantes. El pago por nuestro trabajo es una lucha que llevamos hace años. Ninguna institución puede desconocerla. Para orientar respecto de esto hicimos junto con otras agrupaciones de artistas un tarifario”.
Desde el FNA informaron a LA NACION que, en efecto, a partir del jueves 17 se exhibirá en la Casa de la Cultura (Rufino de Elizalde 2831) la muestra colectiva Marzo, Mujer y Memoria con obras de mujeres artistas que, “de acuerdo al programa federal del organismo, representan a todas las provincias argentinas, de Jujuy a Tierra del Fuego, y que exploran a través de distintas disciplinas el legado de las Abuelas de Plaza de Mayo en la búsqueda de la verdad, la justicia y el derecho a la identidad”. La exposición permanecerá abierta hasta el 17 de abril, de jueves a domingo, y se la podrá visitar entre las 14 y las 19, con entrada gratuita y sin necesidad de inscripción previa. La arquitecta Diana Saiegh preside el FNA, organismo autárquico creado en 1958 que en gran parte se financia con lo que recauda del dominio público pagante, un impuesto por el uso de la obra de un creador nacional o extranjero fallecido hace más de setenta años.
La institución envió un comunicado a las artistas. Luego de recordar que la función principal del FNA es apoyar a la comunidad artística, y que desde la institución se acompaña “la lucha por la adquisición de nuevos derechos de los trabajadores del arte”, se indica que “dado el carácter de la iniciativa y porque existe la estricta obligación de ceñirnos a la normativa vigente no es legítimo pagar sin haber hecho selección por convocatoria abierta, que es la manera de operar del FNA”. Agregan que se está trabajando con el Ministerio de Cultura de la Nación para encontrar formas legales de incluir honorarios de producción para las personas involucradas en actividades culturales, “ya sea originadas por el FNA o acompañadas por el organismo hacia el futuro”. Para la muestra, el FNA se hará cargo de los gastos de seguro, enmarcado y traslado (este último en conjunto con los gobiernos locales) de las obras.
“Este es un evento de homenaje a las Abuelas de Plaza de Mayo en el mes de la mujer y la memoria -se lee en el comunicado-. Por tal razón, invitamos a una artista de cada provincia de la Argentina que empatizara con el homenaje y la inquebrantable entrega de las madres y abuelas hacia la sociedad toda, se sumara de manera voluntaria a este abrazo federal con una obra de su autoría que funcionara como su envío de energía amorosa y de reconocimiento a estas mujeres pioneras en la lucha por la memoria, la verdad y la Justicia”. A continuación, se solicita el “visto bueno” de la participación voluntaria y gratuita.
Las participantes de la exposición firmaron una carta donde expresan su postura, con el objetivo de encontrar una solución conjunta. En ese texto recuerdan numerosos casos en los que son los artistas quienes deben pagar costos de transporte y montaje, por ejemplo. Se refieren también a la muestra homenaje: “Desde los inicios de nuestras carreras, la mayoría de nosotras ha encarado su práctica en torno al trauma de la última dictadura, y en ese contexto, de la misma manera que luchamos hoy por honorarios dignos, lo hemos hecho por el reconocimiento estatal de las demandas de asociaciones como Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, donando muchas veces nuestro trabajo en forma de participación gratuita con nuestra obra o nuestra capacidad organizativa de eventos de distinta naturaleza vinculadas a sus reivindicaciones”. Por último, anuncian que formarán parte de la muestra promovida por el FNA, aunque, destacan, “por última vez en la condición que se nos propone”.
Entre las firmantes, está Diana Dowek, invitada en representación de la ciudad de Buenos Aires. “Como artista plástica, creo que es necesario el reconocimiento cultural y económico del aporte de las y los artistas por parte de las instituciones que nos convocan -dice a LA NACION-. En este caso, del FNA, del que he recibido un apoyo artístico y económico muy importante para mi desarrollo profesional. Por lo tanto, las artistas cuentan con mi apoyo en general. En esta oportunidad por tratarse de un homenaje a las Abuelas de Plaza de Mayo, a quienes siempre he apoyado, mi participación en esta muestra en el FNA será ad honorem”. Dowek exhibe hasta el 6 su muestra A la primera línea, con pinturas e instalaciones que la artista realizó durante las cuarentenas, en el Pabellón de las Bellas Artes de la Pontificia Universidad Católica Argentina (Alicia Moreau de Justo 1300).
Laura Rudman, convocada para representar a Mendoza en Marzo, Mujer y Memoria, encuentra “una enorme contradicción” en la convocatoria. “Es verdad que el FNA ha sido, especialmente en pandemia, el único ente cultural oficial que ha sostenido a los artistas; en Mendoza, si no fuera por las becas Sostener Cultura y por el trabajo de la Asamblea de Artistas Visuales, muchos compañeros ni hubieran tenido para comer. ¿El estado provincial? Bien, gracias -dice-. Por otro lado, el homenaje que propone esta muestra es algo que de por sí te incentiva de manera especial, así que es un honor participar. Pero la organización es un lío total. A algunas nos pagan el viaje y el traslado de obras; a otras, una cosa no y la otra sí. Y cuando se planteó que las artistas deberíamos cobrar, con el tarifario como guía, como ya se hace en muchos museos y espacios, se nos envió una carta durísima”.
Confirmaron su participación Marcela Alonso (Tucumán), Cecilia Teruel (Santiago del Estero), Inés Drangosch (Buenos Aires-Mar del Plata), Abigail Albornoz (Catamarca), Ileana Dell’Unti (Formosa), Lucía Sbardella (Corrientes), Diana Campos (Entre Ríos), Nadia Guthmann (Río Negro), Mónica Millán y Gisela Bollini (Misiones) y Adriana Miranda, invitada para representar a la provincia de San Juan.
Carta pública por los premios del Salón Nacional
Días atrás, artistas premiados en la última edición del Salón Nacional de Artes Visuales reclamaron por medio de una carta pública el pago que el Ministerio de Cultura de la Nación les adeuda, y que lleva seis meses de atraso. Debido al “contexto económico altamente inflacionario” esto representa una pérdida del 25% del valor de los premios concedidos en septiembre de 2021. Según el reglamento del Salón Nacional, los premios deben ser pagados dentro del plazo de 180 días luego de la exposición de las obras. Ese plazo se cumplió el pasado 3.
“Hoy el Palais de Glace está incumpliendo su propio reglamento -se lee en la carta-. La demora en los pagos del Salón Nacional es histórica y ha sido transversal a cualquier bandera política; todos los años hay una nueva argumentación que los excusa. La demora y la humillación han sido sistemáticas, y se anclan en un proceso burocrático ridículo y abusivo que necesita ser reformado. Es difícil de entender que un Ministerio necesite seis meses para depositar en un puñado de cuentas un presupuesto designado de antemano”. La carta está firmada por Gabriela Golder, Jorge Mónaco, Ana Benedetti, Nushi Muntaabski, Martín Di Girolamo, Andrés Paredes, Silvia Rivas, Queen Cobra, Lulú Lobo, Adrián Sosa, Ezequiel Verona, Cynthia Kampelmacher, Lux Lindner, Lucas Bragagnini, Alejandra Fenochio, Daniel García, Leila Tschopp, Débora Pierpaoli, Florencia Califano, Rosalba Mirabella, Viviana Zargon, Kenny Lemes, Rodrigo Sebastián Etem, Guillermina Baiguera, Yaya Firpo y Lia Porto. Fuentes del Ministerio de Cultura de la Nación informaron a LA NACION que los funcionaros “están moviendo los expedientes” para acelerar los pagos por un total de 3.080.000 de pesos.
En respuesta al comunicado de los artistas, la secretaria de Patrimonio Cultural, Valeria González, hizo llegar a LA NACION una carta en la que informa que “los 180 días se inician en el momento en que se firma la Resolución Ministerial, la cual, en el caso de los citados premios es la 1966/21 firmada el 1 de diciembre de 2021″. Por ese motivo, los seis meses de plazo se cumplirán el 1 de mayo. Y agrega que, más allá del dolor que personalmente le genera “el uso de la palabra humillación”, cinco de los artistas firmantes, “a pesar de sucesivos reclamos por parte de la administración del Palais de Glace”, aún no han completado la entrega de la documentación. Si estos no incurren en mayores demoras, su situación se sumará a la de los cinco artistas que ya han cobrado y a la de los diecisiete que están próximos a cobrar.
La buena relación entre organismos del área de Cultura del gobierno nacional y agrupaciones de artistas empieza así a desgastarse con la crisis socioeconómica que atraviesan los trabajadores del arte, agravada por la pandemia y la alta inflación. Las políticas de asistencia a artistas y artesanos impulsadas por el Ministerio de Cultura de la Nación y el FNA durante 2020 y 2021 fueron calificadas de insuficientes y casi no hubo políticas públicas desarrolladas por parte de ministerios y secretarías de Cultura provinciales. Por otro lado, como agravante, renombradas instituciones privadas, como museos y fundaciones, en ese periodo impulsaron de modo virtual exposiciones, ciclos y charlas con artistas que en su gran mayoría participaron sin cobrar. La Unesco alertó en repetidas ocasiones que la situación en que viven los artistas es muy preocupante.