Confianza de la gente en la escuela pública
Así lo afirma una encuesta de Graciela Römer; hoy se festeja el Día del Maestro.
Más de 544.000 docentes de todo el país festejarán hoy su día, al celebrarse un nuevo aniversario de la muerte de Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888), el sanjuanino que revolucionó el sistema educativo nacional.
Sarmiento será recordado como el "padre del aula", el hombre que logró crear escuelas en forma masiva, que luchó contra el analfabetismo y que estableció -en 1863- la obligatoriedad de la educación primaria cuando fue gobernador de San Juan.
Hoy, a 112 años de su fallecimiento, la educación forma parte de las tres instituciones más confiables de la sociedad argentina, junto con la Iglesia y los medios de comunicación, según una encuesta del Estudio Graciela Römer y Asociados de agosto pasado.
Así, mientras para el 63% de la población la Iglesia ocupa el primer puesto en cuanto al nivel de confianza, la escuela pública está en segundo lugar (con el 55%) y la prensa en el tercero (con el 48%). La investigación -a la que accedió La Nación - fue realizada a través de 1400 entrevistas domiciliarias en todo el país.
"La alta valoración respecto del rol docente se contradice con el escaso reconocimiento social -opina Daniel Filmus, secretario de Educación porteño-. La jerarquía conceptual que se les otorga y las condiciones materiales que reciben no coinciden."
Por otro lado, el filósofo Enrique Valiente Noailles explica así la diferencia entre la opinión de la gente y lo que pasa en la realidad: "El gráfico que indica confianza generalizada en la escuela pública (ver infografía) me recuerda los gráficos del mercado oficial de divisas en los que el peso valía mucho más que en el mercado negro -afirma-. En el mercado oficial de las opiniones, nuestro aprecio a los maestros es alto. En el mercado negro de los actos, la sociedad ha olvidado a sus maestros".
"A pesar de las frustraciones, hay fuertes expectativas en la escuela pública como instrumento de movilidad social -explica Römer-. Hay un mito: la gente dice, en general, que la escuela funciona mal pero el 80% afirma que está satisfecho con la escuela a la que envía a sus hijos".
Lo cierto es que, aunque ocupen lugares altos en las encuestas, en las últimas décadas el papel de los maestros y su imagen cambiaron. Y no siempre para bien.
En la Argentina, casi 230.000 personas se están capacitando actualmente en institutos públicos y privados para estar al frente del aula, según el Ministerio de Educación. Un docente con 15 años de antigüedad gana, en promedio, $ 8025 al año, según el libro "Educación para todos", que en noviembre último publicó el ministro de Educación Juan Llach. La investigación revela que el sueldo de un maestro argentino equivale a la cuarta parte de lo que reciben sus pares en los EE.UU. ($ 32.533) y menos que los chilenos ($ 12.991).
Otro tipo de maestro
Según los especialistas consultados, en las últimas décadas la composición social de los docentes cambió. A lo largo de los años, y en particular por el bajo rendimiento económico de la profesión, el grupo de jóvenes que elige la carrera es distinto del que optaba por ella hace 50 años.
Antes, la docencia era una de las principales salidas laborales de las mujeres que no accedían a la universidad, una situación que hoy se revirtió, coinciden los expertos. "Cuando uno analiza hoy quiénes eligen la carrera docente, en muchos casos son mujeres de origen de capitales culturales menores que los que tenían tradicionalmente -explica Filmus-. Este cambio impacta fuertemente a la hora de la enseñanza."
Una tarea que muchas veces -y en numerosos puntos del país- implica que los maestros tengan que preparar la comida para sus alumnos o pagar de sus bolsillos las tizas que usarán o los lápices para los chicos.
La autoestima
Según Juan Carlos Tedesco, director del Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación, de la Unesco, el primer dato que hay que observar es que la profesión del maestro "se ha masificado. En la época en que había maestros célebres, la profesión era más reducida".
Para Tedesco, hay una tendencia para tener en cuenta: la desprofesionalización del maestro que se produjo "durante las últimas décadas. Determinados cambios en las políticas educativas -indica- le fueron quitando al maestro cierta autonomía". Así, las decisiones de qué y cómo enseñar, junto con el deterioro del salario y de las condiciones de trabajo, crearon un nuevo escenario.
"Este conjunto de factores explica una cierta falta de moral en el propio cuerpo docente, de autoestima, que hace que tengan esta imagen social asociada a la figura de alguien mal pago, postergado", explica Tedesco. Pero no se trata de un fenómeno puramente argentino, sino que es una "tendencia bastante universal", dice.
"El maestro ha perdido un poco de la jerarquía que tenía antes, cuando tenía un respeto indiscutido; ahora es más cuestionado", reflexiona Juan Martín Biedma, director de la Escuela Argentina Modelo. Con más de 50 años de experiencia en la docencia, Biedma afirma que "tiene que haber un replanteo de los mismos docentes con respecto a su adecuación al mundo que les toca vivir.
"Los maestros de hoy en día, y a pesar de las dificultades, son tan entregados como los que yo tuve cuando era chico -dice Biedma-. Eso sí: en mi época tenían más tiempo para dedicarse a los alumnos, para corregir, para conversar con ellos".
Para Alejandra Birgin, investigadora de Flacso durante 14 años y flamante directora de la Escuela de Capacitación Docente porteña, no hay que olvidar que la compleja situación social y económica que vive el país también atraviesa la realidad de la escuela y del maestro.
"Si uno camina por el país, encuentra maestros que tienen una condición tan precaria como la de los chicos -enfatiza-. Existe un deterioro de las condiciones de trabajo y una mayor complejidad de las tareas que debe asumir la escuela. Pero aún en este contexto, y afortunadamente, las escuelas insisten en enseñar."
¿Cómo salir de los problemas que sufre hoy la educación? "El elemento central es cómo profesionalizar la tarea docente a partir de mejorar su autonomía y sus condiciones materiales -sostiene Filmus-. Hay que permitir que se desaten las fuerzas creativas que existen en la escuela. No se trata de inventar nada mágico."
Para Filmus, y debido a la influencia de los medios de comunicación, el docente debería dejar de centrar su tarea en transmitir información. Hoy, debería concentrarse "en dar herramientas a los chicos para que puedan procesarla y hacerla útil".