Con una rebelión de mozos nudistas y otras conspiraciones, abrió la Bienal de Performance
Artistas, curadores y otros invitados a la inauguración de la BP23 fueron sorprendidos anoche con una intervención con baile, tortas con la cara de Marta Minujín y un cocinero dark con garras
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Todo transcurría con normalidad anoche en la inauguración de la quinta edición de la Bienal de Performance en un galpón de Villa Crespo. Lo normal para una fiesta del arte: luces bajas, música alta, gente creativamente vestida, charlas animadas y baile acompasado. Artistas como Nicola Costantino, Gaby Messina, Marcela Sinclair y Zoe Di Renzo, participantes de ediciones anteriores, compartían el animado agasajo con referentes del circuito, como la galerista María Casado, Julia Converti (curadora de Fundación Larrivière) y la Directora Institucional de Malba, Guadalupe Requena, al ritmo de la música y con nutrido bandejeo de delicias.
Hasta que algo ocurrió: alguien perdió una pastilla de un reconocido ansiolítico y los mozos empezaron a buscarla con la luz del celular. “¿Quiere servirse? Todas menos ésta, que me la voy a comer yo”, advirtió un mozo y empezó a masticar. Otra mesera pasó ofreciendo bebidas y de pronto dejó de hacerlo y empezó a tomar a gusto. Uno soltó la bandeja y se puso a bailar, otros comenzaron a besarse apasionadamente. Un compañero suyo decidió estirar su espalda con posiciones de yoga... en medio del evento.
No pasó mucho tiempo hasta que estalló una gradual rebelión, que terminó con toda la troupe de mozos semidesnudos (o desnudos, pero con el delantal de servicio) bailando en el centro de la pista. Pronto se les unieron los artistas que protagonizarán las performances de esta edición, como Romi Sak y Natalia Chami del dúo Lindalinda, Ian Kornfeld, Fabián Gandini, el jurado integrado por Luciana Acuña, Mercedes Claus y Natalia Laube, la curadora general Maricel Álvarez y otros. Una de las camareras roció con perfume a la concurrencia.
De pronto, las luces se apagaron y sonó una voz inconfundible. “Bienvenidos al arte, arte, arte”, se escuchó decir a Marta Minujín y los mozos ingresaron con cuatro tortas con su inconfundible cara. Las cortaron con estilo salvaje, a los cuchillazos y en forma facetada, como las esculturas de Minujín, y un cocinero dark con garras tecnológicas se unió a la escena. Cosas que pasan en la Bienal de Performance.
El convite salió bien. Porque no se trató de una protesta gremial, sino de Velada, una performance que al principio estaba en estado latente pero que se fue activando por distintas señales, con una sutil dramaturgia del dúo Alejandro Ross y Pablo Schanton. A la manera del relato Nota al pie, de Rodolfo Walsh (en el que un discurso marginal del pie de página se va apoderando del relato central), la conspiración de mozos en marcha terminó subvirtiendo el orden de las cosas.
“Los que toman el poder son los mozos y se apropian del vernisagge para divertirse ellos con música dance. El que está solo para servirte y ser invisible, termina siendo el más visible. Se lo visibiliza. Esa fue la idea”, explica Schanton. El perfume que esparcían es el mismo que Perfumancia, una pieza anterior del dúo que se presentó en la feria Arco, Madrid, hace algunos años.
La Bienal deparará muchos más momentos de extrañeza hasta el 16 de marzo. “Está llena de propuestas que invitan a pensar la arena pública y a ensayar nuevos imaginarios artísticos en su estrecha relación con el poder”, dijo en su discurso inaugural la directora general de la bienal, Graciela Casabé. Desde 2015, se realiza cada dos años y siempre coincide con años electorales. “Juntos y colmados de incertidumbre, pero también tomados de algunas certezas. La performance es sobre todo lenguaje y pensamiento en acción. ¿Y qué otra cosa podemos hacer ahora, sino pensar un futuro en movimiento? No podemos darnos el lujo de quedarnos quietos”, añadió.
“Hay una necesidad de volver a reconocer el cuerpo, a sentir el cuerpo y volver a darle entidad. Viene perdiendo mucho terreno frente a los dispositivos tecnológicos y las redes sociales. Las artes del cuerpo son fundamentales y tienen una relevancia hoy”, señaló Guido Ignatti, que este domingo a las 18 en Proa 21 hará la performance Acabar con los homosexuales, un mural que deja entrever vestigios de una manifestación política, en el marco del Festival de Arte Queer. La BP.23 recién comienza.
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