Con una frase de “El Aleph”, Sylvia Saítta despide a Beatriz Sarlo
“Perdimos a la gran maestra, pero nos queda lo que nos enseñó y nos seguirá enseñando”, sostiene la encargada del archivo y biblioteca de la escritora y docente que murió a los 82 años; en X, resucitó una cuenta parodia con su nombre
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Ayer, en la página web del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), con el discreto título “El Conicet lamenta el fallecimiento de Beatriz Sarlo” (sin foto), la escritora e investigadora Sylvia Saítta, a cargo del archivo y la biblioteca de la ensayista Beatriz Sarlo (según el deseo expreso de la autora que murió el pasado 17 a los 82 años), despidió a quien fue su mentora y la de otros profesores, investigadores y autores.
“Perdimos a la gran maestra, pero nos queda lo que nos enseñó y nos seguirá enseñando, porque se escribe en presente, pero se lee y se aprende en futuro”, sostiene Saítta, directora de la colección Biblioteca Sarlo en la editorial Siglo XXI que en febrero lanzará la autobiografía póstuma No entender. Memorias de una intelectual. Saítta es además titular de la cátedra de literatura argentina en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires que lideró la autora de Escenas de la vida posmoderna hasta su jubilación, en 2002.
Sarlo -que fue homenajeada tras su muerte en diarios, revistas digitales, portales de noticias y redes sociales- se desempeñó como investigadora del Conicet en el Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani”.
La despedida de Saítta comienza con una cita del célebre cuento “El Aleph”, de Jorge Luis Borges, donde se consgina la muerte de Beatriz Viterbo.
“‘Después de una imperiosa agonía que no se rebajó un solo instante ni al sentimentalismo ni al miedo’”, apenas comenzado el 17 de diciembre, murió Beatriz Sarlo -comienza el escrito-. Se podría ampliar la oración y decir que el 17 de diciembre murió la gran intelectual, docente universitaria, ensayista, crítica literaria y periodista Beatriz Sarlo, aunque tal vez ella hubiera preferido que escribiera, como alguna vez dijo, que el 17 de diciembre murió una editora. Lo cierto es que este 17 de diciembre murió Beatriz Sarlo quien, como afirmé hace algunos años en un dossier dirigido por Judith Podlubne, escribía para entender o escribía, precisamente, porque no entendía. Lejos de la celebración populista y de los prejuicios elitistas, con el desenfado de quien sabía que provenía de una cultura de mezcla, hizo de la práctica de la crítica literaria un instrumento para pensar la política, y de los saberes de la historia y las ciencias sociales un modo de reflexionar sobre la cultura”.
Así prosigue: “Su escritura y los cambios de registro de esa escritura; los temas y objetos de indagación que fue eligiendo a través de los años; la intensa capacidad de cambio en sus modos de abordar un mismo problema, un mismo relato, un mismo poema en diferentes momentos de enunciación, junto con la tozuda perseverancia en aquellas cuestiones que consideraba indispensables para entender qué significa nacer y vivir en Argentina -la escuela y la universidad públicas, el arte y la cultura como dadores de sentido, el lugar de los intelectuales, la centralidad de la política como ámbito de consensos y disputas, los alcances y los límites de las modernizaciones periféricas- son, apenas, una heteróclita enumeración del legado que, a partir de ahora, queda en nuestras manos”.
Tras afirmar que se ha perdido a una “gran maestra”, Saítta hace un llamado a defender la cultura, la investigación y la reflexión crítica. “Nos queda lo que nos enseñó y nos seguirá enseñando, porque se escribe en presente, pero se lee y se aprende en futuro -agrega-. Y ese futuro es nuestro si nos animamos a estar a su altura, a levantar la voz, a equivocarnos y a reconocer que nos equivocamos, a aprender de los aciertos y de los errores, a defender lo que nos importa: la cultura, la investigación, la literatura, la edición de libros, la reflexión crítica, el intercambio de ideas, el diálogo aun en el desacuerdo. De poco valen las palabras y los homenajes si no aprendimos nada”.
No se hacen referencias a las posturas políticas de la escritora que, si bien se consideraba una “intelectual de izquierda”, apoyó el alfonsinismo y el gobierno de la Alianza. Sarlo fue velada en la sede del Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierdas.
Cuenta parodia en X
Después de la muerte de Sarlo, un usuario de X hizo renacer una cuenta parodia (y homenaje) con el nombre de la escritora: @Beatriz_Sarlo. “Ensayista. Yo estoy viva y todos ustedes están muertos”, se lee en la presentación o “bio”. En 2019, Sarlo tuvo que desmentir afirmaciones en contra del gobierno de Mauricio Macri, y en 2020, durante la pandemia, otra publicación en contra de las restricciones sanitarias que se le atribuían desde la misma cuenta que, después de su fallecimiento, ha resucitado.
“Me resulta híper personalista salir a defender la propiedad de mi nombre, como si eso fuera la propiedad sobre un auto -había dicho al ser consultada por la prensa en 2020-. Pero me parece que esta cuenta me va a obligar a hacerlo”. Esa cuenta, activa desde 2011, tenía entonces casi 50.000 seguidores; la actual, donde se informa que está activa desde 2020, menos de cien.
Reconozco a Horacio González en la Biblioteca. Afectuoso saludo. Con su sonrisa de ojos brillantes, me advierte que los libros de los que pasaron por este purgatorio están cambiados. “Nos dan la posibilidad de perfeccionarlos”, dice. “Para después del juicio final”.
— Beatriz Sarlo (@Beatriz_Sarlo) December 23, 2024
Las publicaciones actuales, como si fueran hechas desde el más allá, contienen referencias a otros intelectuales ya fallecidos, como el ensayista Horacio González y el escritor Juan José Saer, y a su última pareja, el cineasta Rafael Filippelli. “Es tiempo discurre sin prisa, sin parsimonia. ¿Extraño estar viva? En cierta medida, sí. Pero la muerte es también reparadora. Recibo un mensaje telepático de Saer”, posteó.
Gracias por los homenajes, but fair enough. El mundo no necesita otra esquela hablando de mí en términos personales, otro shit-post sensiblero que resuena metálico, como la lata de un pordiosero de la palabra en busca de likes. Solicito un poco de pudor.
— Beatriz Sarlo (@Beatriz_Sarlo) December 22, 2024
Desde la cuenta fake también se critican las “intrigas palaciegas” de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA (cuyo Consejo Directivo, en 2001, votó en contra de designarla profesora plenaria), del peronismo y de La Libertad Avanza. “De a momentos soy nube; de a momentos graznido. Itero en un valle de ondas magnéticas que bien podría ser el lecho infinito de la gruesa idiotez y de la encomiable esperanza humana. De pronto alguien, algún demonio, me recuerda la existencia de Manuel Adorni. Y de su hermano”, apunta el personaje de la red social.
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