Con Le Parc, el Obelisco fue el centro de la Noche de los Museos
Una nutrida asistencia de público acompañó al artista Julio Le Parc en su "intervención" del Obelisco con la técnica del mapping; hubo actividades en 280 espacios porteños hasta las tres de la mañana
Con el Obelisco intervenido con un juego de luces en movimiento y música de Piazzolla, Pugliese, Troilo, Wagner y Beethoven, entre otros, Julio Le Parc fue la gran estrella de la edición número 16 de la Noche de los Museos. A los 91 años, el artista argentino experimentó por primera vez con la técnica del mapping y el resultado fue asombroso: varios fragmentos de sus obras más emblemáticas se proyectaron sobre las paredes del monumento entre ovaciones y aplausos del público. Círculos negros y blancos, líneas de colores que trepaban y descendían, figuras geométricas que pintaban el Obelisco y luego se desvanecían: una coreografía visual al ritmo de música clásica y tango. Emocionado, Le Parc participó del espectáculo, una pequeña retrospectiva al aire libre con la que culminó la serie de homenajes en Buenos Aires al pionero del arte cinético, que incluyó muestras, conferencias y la presentación del libro Julio Le Parc. ¡Sé artista y cállate! Textos 1959-2017, editado por el Museo Nacional de Bellas Artes.
Rodeado de su mujer, hijos y amigos, el artista siguió la intervención Obelisco en mí desde la primera fila del sector vip, donde durante la previa hubo set de música electrónica con DJ en vivo. Minutos antes del inicio, a las 21, Le Parc tomó el micrófono para agradecer el homenaje y leyó un "pequeño texto" dedicado al Obelisco, donde contó que lo vio por primera vez a los 10 años, cuando llegó de Mendoza. Bajo la dirección artística de Yamil Le Parc, uno de los hijos del artista, la intervención incluyó obras elegidas por el propio Le Parc. Además de piezas musicales de Bach, Stravinski, Debussy, Gershwin, Paco de Lucía y Chet Baker, el público pudo escuchar un fragmento del tango "Vuelvo al sur", con letra de Pino Solanas y música de Piazzolla, interpretado por Yamil. "Te quiero, sur" se escuchó cerca del cierre.
Organizado por el Ministerio de Cultura de Buenos Aires, el show visual en el Obelisco se extendió cerca de media hora y luego continuó en loop hasta las 3 de la mañana. Sobre el final de la intervención, la figura de un artista se dibujo en el Obelisco. Tiró de una línea y apareció la frase "Optimismo siempre".
Con cielo despejado, el clima invitó al publicó a caminar por la avenida Corrientes para recorrer algunos de los 280 espacios de la Noche de los Museos, como la histórica casa donde funciona el Museo Mitre, en San Martín al 300, que exhibe la muestra sobre los 150 años del diario LA NACION.
Por el corredor Corrientes, hacia el Bajo, el lugar más convocante fue, sin dudas, el CCK, que ayer abrió las puertas desde las 17 para recibir a los fanáticos de los libros antiguos, exhibidos en la feria de los libreros anticuarios. También, a quienes no se querían perder la gran muestra dedicada a Le Parc, que recorre su producción desde las primeras obras realizadas en la Argentina en 1958 hasta las más recientes. Numerosas familias con chicos hicieron fila desde temprano para acceder a las salas donde, además de mirar las instalaciones, se puede jugar con luces, reflejos y movimientos. Con todo, el récord de selfies (si es que alguien se ocupó de registrar este dato) seguramente se lo llevaron las esculturas de vidrio creadas por el francés Jean-Michel Othoniel para la exhibición "Nudos salvajes" y los más de mil modelos de biromes de la colección Hans Georg Schriever-Abeln en la muestra en homenaje a Ladislao Biró, instalada en el primer piso. Ambas "compitieron" cabeza a cabeza con la imponente Esfera azul, creada por Le Parc. El combo Le Parc se completó con la exhibición "Transición Buenos Aires-París (1955-1959)", en el Bellas Artes, dedicada a la obra temprana del artista mendocino radicado en París. Desde las 20, los chicos (y también muchos adultos) se dedicaron a estampar nombres, frases y monigotes en una pared específica que invitaba al público a intervenir en forma libre y creativa.
La Noche de los Museos, cada vez más amplia y popular, tuvo su apertura oficial a las 19.30, con un concierto de la Banda Sinfónica de la Ciudad de Buenos Aires al pie de la Torre Monumental, ex-Torre de los Ingleses, en Retiro. Mientras muchos disfrutaban de temas de música popular, jazz, tango, folclore y fragmentos de bandas de películas, otros tantos esperaban para subir al mirador de la torre, ubicado a 40 metros de altura, y otros hacían fila para sumarse a los recorridos de los buses turísticos de doble piso que partían hacia el Centro Cultural Recoleta, con una alta concentración de jóvenes y adolescentes; el Museo Fernández Blanco, donde se inauguró un altar en celebración por el Día de los Muertos, con ofrendas dedicadas al artista mexicano Francisco Toledo y al argentino Nicolás García Uriburu; la Usina del Arte, centro del Distrito de las Artes, que ayer inauguró las muestras "Vanitas virtual", de Elisa Insua, y "Herencia vulnerable", de Arte En Foco; el Museo de Arte Español Enrique Larreta, en Belgrano, donde hubo música e intervenciones lumínicas en el jardín, danza flamenca y lectura de poemas; y el Museo Sívori, en Palermo, donde se exhibieron libros de sellos independientes como Niño Editor y Santos Locos. Fue una noche ideal para las actividades y recorrer los espacios culturales del Obelisco al Bajo, de Retiro a Recoleta.
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