Con “La memoria residual” la pintura se vuelve escultura gracias a Juan Carlos Distéfano
Una veintena de obras clave de la historia del arte salen de la pared y cobran volumen en la exposición con la que el reconocido creador, de 88 años, desembarca en el Bellas Artes
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La nena descalza retratada en La Urpila tomó cuerpo, y ya no está con las manos vacías como en la pintura de Ramón Gómez Cornet, sino que lleva un carrito de cartonera donde cargó al perro que dormía a sus pies, sus cacharros, la bolsa de choclos y algo más: un pequeño obelisco. La Urpila vino en Buenos Aires modelada por el escultor Juan Carlos Distéfano en poliéster reforzado y tiene a sus pies incrustadas las monedas que sus padres almaceneros guardaban en un frasco.
En la muestra que se inaugura hoy en el Museo Nacional Bellas Artes aquella y otras pinturas claves de la historia del arte salen de la pared y se resignifican. La memoria residual, en el Pabellón de exposiciones temporarias, reúne 19 esculturas creadas entre 1972 y 2022, junto con 16 estudios para su realización. Todas están inspiradas en obras pictóricas, reproducidas en pequeñas figuras en la pared, a excepción de La Urpila, que es parte del acervo del museo y está en la sala.
La muestra está al cuidado de María Teresa Constantín, curadora del envío del artista a la Bienal de Venecia en 2015. Seis de aquellas obras que representaron al país están en la exposición, como el Cristo de Persona (1979-1980), que remite a Brueghel, Grünewald, Signorelli o los cristos del románico catalán. Algunas citan al renacimiento italiano o alemán. Desde la torsión de un cuerpo o un ínfimo detalle encienden la imaginación de Distéfano. “Son citas creativas, como diría Beatriz Sarlo. Hace una obra completamente diferente que dispara para cualquier lado”, señala la curadora.
Otras obras remiten a pintores argentinos, como Emma Traviesa, Homenaje a Spilimbergo (2015). Presenta a la prostituta de los grabados originales en tamaño natural y en su versión más descarnada. Emma es ahora una travesti y la cubren los avisos clasificados que promocionaban sus servicios. Hay dos versiones, y una es parte de la colección del museo desde 2018, cuando Distéfano fue distinguido con el Premio Nacional a la Trayectoria Artística.
La obra más reciente es La necesidad del arcoíris. Hasta último momento Constantín le reclamaba que terminara. “Trabaja dos años en cada obra”, cuenta. La desarrolló en pandemia. “Tuve que trasladar las herramientas de mi taller a mi casa en la provincia. El arcoíris para mí representa todas las posibilidades que hay en el ser. Todas son importantes. Que cada cual cuente y haga la suya sin ser prohibido”, dice Distéfano, de 88 años y en plena actividad.
Cosmé Tura en los pagos de Don Enrique (2019), otro de sus trabajos más nuevos, es un guiño a Policastro y además un ejemplo de una de las grandes particularidades de Distéfano: el tratamiento del paisaje en la escultura. Van Gogh aparece en dos obras. Los famosos girasoles del pintor holandés están volcados en el piso, con el agua derramada, en Florero roto (1988-1989). La sillita amarilla de El dormitorio en Arlés está ocupada por alguien que hace equilibrio sobre ella, en Hasta cierto punto (1985).
¿Por qué escultura? Responde Distéfano: “Traté de ser pintor, pero al pasar a la tercera dimensión y tomar la arcilla nunca más la pude dejar por el placer que me da. El cariño que tiene la arcilla es extraordinario: es tocar carne. Es maleable, se hace lo que se quiere con ella. Una vez que la probé no pude parar, por la sensualidad que tiene tocar el material”.
La exposición remite a la historia desde un lenguaje contemporáneo. Las obras se presentan sin base. Ícaro (1979), con reminiscencias de Brueghel, se estrella directamente contra el parqué del Bellas Artes. Las nueve figuras de Kinderspelen (2003-2009) se transforman en una instalación. El color aparece por capas y transparencias, y la textura es aportada por materiales reales que les superpone. Tampoco se ocultan huellas del procedimiento que sigue desde el boceto hasta la figura en resina o poliéster. “Una exposición íntima, donde se exhiben hilos de la memoria, imágenes latentes. Aquello que fue atesorado y retenido desde sus tempranos viajes a Europa, la amada Italia (memoria también de sus orígenes), un modo de estar en el mundo, los desgarros que produce y, siempre, el consuelo del arte”, señala Constantín.
En su obra siempre hay ecos del pasado argentino, de su exilio en Barcelona durante la dictadura militar y de los crímenes de ese entonces. Portadora de la palabra (2005-2006) lleva impresos dolores del mundo. Flotante (1987) la hizo en Barcelona cuando leyó la noticia de que había en el Río de la Plata cadáveres anclados en el lecho, y tiene los rasgos del San Sebastián del Greco. “Creo que nunca he salido de la realidad”, dice el artista.
Pintor, diseñador gráfico, dibujante y escultor, nació en Villa Celina el 29 de agosto de 1933. En 1952, inició sus estudios en la Escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano. Tres años después, se casó con la escritora Griselda Gambaro, que lo sigue acompañando. En la década del 60, organizó el Departamento de Diseño Gráfico del Instituto Di Tella, que marcó un hito en este campo. Por esa época, ya experimentaba con materiales diversos con los que sigue trabajando en la actualidad. “Yo no tengo ideas, tengo imágenes. Es lo primero que sale, y después con esas imágenes comienzo a trabajar. Sobre todo, me importan cuando hay errores. Estoy muy atento a los errores, y si hay algo bueno en ellos se abre un camino que yo no imaginaba. Aparece la aventura que es lo mejor que hay en mis trabajos: lo irracional. Salvando las distancias, es como cuando Leonardo Da Vinci aconseja que para hacer una batalla miraba las manchas de humedad de la pared. De alguna manera, es eso. Creo en la imagen”.
Para agendar
Juan Carlos Distéfano. La memoria residual. Hasta el 31 de julio en el Pabellón de exposiciones temporarias del Museo Nacional de Bellas Artes, en Av. del Libertador 1473. De martes a viernes, de 11 a 20, y los sábados y domingos, de 10 a 20, con entrada libre y gratuita
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