Con foco en la naturaleza, empieza el festival de literatura infantil Filbita
Llegó el día. Hoy, a las 14, arranca una nueva edición del festival de literatura infantil Filbita con seis actividades en la sede central de la Alianza Francesa (Av. Córdoba 946). Con la naturaleza como eje del programa y el lema #Somos huella, somos semilla, el festival se desarrollará a lo largo de cuatro jornadas en nuevos escenarios que se suman este año como el Jardín Botánico y la Usina del Arte.
Habrá cerca de 50 actividades para chicas y chicos de todas las edades como talleres participativos, charlas con autores (cinco extranjeros invitados y más de cincuenta locales) y mesas temáticas, todas con entrada gratuita.
“El tema de este año es la naturaleza. La idea del lema la pensamos a partir de una tendencia en los libros para chicos: una mirada atenta del entorno, de los seres vivos, una búsqueda poética de acercar la naturaleza. Pensamos en el modo de acercarla a los más pequeños. Algunas teorías dicen que, si se les acerca la preocupación por el medio ambiente muy tempranamente, más que generar conciencia, puede generar miedo o lo que algunos teóricos llaman ecofobia”, dijo María Luján Picabea, programadora del festival, a LA NACION.
Y agregó: “Buscamos los libros que están disponibles en el mercado local para ver cómo trabajan los temas relacionados con la naturaleza. Lo que encontramos es que muchos se acercan de un modo cariñoso y amoroso al entorno para generar curiosidad y dar indicios y señales de lo que somos parte. No transmiten preocupación sino afecto. Y pensamos que la literatura y la poesía son el mejor lenguaje para hacerlo, más en chicos que viven en una ciudad como Buenos Aires donde la naturaleza siempre se experimenta un poco mediatizada. Además, la relación que hicimos en tanto huella y semilla fue pensar lo literatura como una semilla que se planta en la primera infancia y que, más tarde o más temprano, va a germinar”.
Así, la naturaleza (en especial, a través de las plantas, las flores, las semillas) estará presente en la mayoría de las actividades. El primer día, a las 14, el escritor catalán Alex Nogués dictará el taller de escritura “Cuando la naturaleza se transforma en libro”; a las 18, habrá un panel titulado “Ecosistemas de lectura” con la comunicadora, mediadora de literatura infantil y fundadora del sitio UpaUpa Español, Cynthia Rodríguez; el autor brasileño Roger Mello y la profesora de Filosofía Úrsula Pose. También esta tarde, a las 19.15, Cristina Macjus, Irene Singer y Juan Lima conversarán sobre “Naturaleza y poesía”.
“Quien quiera verde que lo siembre”, invita Lima, que es autor de libros ilustrados como Botánica poética, en el que se pregunta, entre otras cosas, “¿Qué metáforas puede inspirar la radicheta?”. Será un diálogo distendido con Virginia Ruano sobre los vínculos entre la naturaleza y la poesía, “las infinitas alquimias posibles entre las texturas, los colores, los ciclos naturales y las palabras”. Dice el poeta e ilustrador: “Habrá circulación de ideas, imágenes y poemas con la idea de plantar la palabra y que la vengan a cosechar”.
Otra participante de esa mesa es Macjus, autora de La remolacha gigante y El jardín de Lili, entre muchos otros libros, que dijo a LA NACION: “Trato de sentarme bajo de un árbol cada vez que la escritura se me complica. Crecí en un pequeño pueblo en la selva misionera, por el jardín de mi casa pasaban animales salvajes. Cada tanto nos hacíamos amigos de uno de ellos, no eran mascotas, no éramos dueños, usábamos el afecto y el salvajismo para entendernos. Me gustaría que la poética de mi literatura tuviera algo de eso: la sorprendente variedad de plantas y bichos que existe en el monte se comunica con el ser humano de múltiples maneras, no siempre de formas claramente comprensibles, y eso me interesa. Querría que lo intuitivo y no lineal estuviera en mis textos”.
En un festival con eje en la naturaleza y la literatura no podía faltar Singer, artista e ilustradora que trabaja “desde siempre” con lo natural en sus obras. Uno de sus libros recientes es Vademécum de la Flora naturalis imaginaria, publicado por Calibroscopio, donde pinta y describe flores de ficción en un diálogo poético con una investigadora misteriosa llamada Brenda Twiler. “Mi trabajo tiene un anclaje en la botánica, mis cuadros tienen que ver con lo orgánico. En este conversatorio, voy a proyectar imágenes de mis obras y, si hay tiempo, un video que hice a partir de un cuadro mío y un poema bellísimo, Polen, de la irlandesa Moya Cannon”, contó.
“Y este polvo sobrevive / la muerte de las eras. / Duerme en profundas capas de barro, / negro, rojo y ocre oscuro: / duerme debajo del húmedo pelaje / de una colina de noviembre / donde el pasto crecido es el color del zorro; / duerme profundo debajo de lagos; / a doce metros sobrevive, / polvo de praderas árticas, / antiguo y duro / como el amor”, dicen los versos de Cannon citados por Singer, que el sábado dictará en la Usina del arte el taller “El nombre de las flores”, con el editor y autor Walter Binder, dirigidos a chicos desde los 10 años acompañados de un adulto.
El Jardín Botánico, además de sede, participa del festival con su equipo educativo y material de su biblioteca de la naturaleza. El sábado y el domingo, a partir de las 11.15, habrá un recorrido con taller, “Semillas viajeras”, que incluirá lectura, exploración y creación de una historia. “La propuesta será pensar cuáles son las aventuras de esas semillas que viajan para encontrar un lugar donde crecer”, dijo Picabea.
Así como el plato fuerte del primer día será el diálogo “Entre portadas”, entre Isol y la ilustradora belga Anne Herbauts, a las 20.15, en el auditorio de la Alianza, el cierre del festival será a pura música y poesía. “Canciones y lecturas botánicas”, con curaduría de Mariana Cincunegui, participarán con lecturas Sylvie Neeman, Cristina Macjus, Melina Pogorelsky, Paula Bombara; con ilustraciones, María Elina, Istvansch, Lorena Ruiz, Leila Iovine y Pablo Elías; y con música, Juan Mayo, Agustina Gómez y Cincunegui. La despedida del Filbita 2022 será a las 18.30, en el patio central de la Usina del Arte. Todos invitados.