Con fines benéficos, subastaron 45 obras donadas por artistas
Fue un encuentro que logró entrelazar el arte, la emoción y un objetivo altruista. La subasta anual de El Arca, la fundación que desde hace casi una década ampara a personas con discapacidad intelectual que se encuentran en situación de abandono y marginalidad, logró su cometido con éxito.
Con la participación de unas cien personas, el remate de 45 obras donadas por sus artistas, realizado en el Museo Latinoamericano de Buenos Aires (Malba-Fundación Costantini), contó con la labor de Teresa Calandra y Gervasio Sáenz Valiente como martilleros. El evento fue presentado por la presidenta de la fundación, María Garciarena de Saguier, quien destacó el crecimiento de la comunidad de El Arca.
"Osvaldo estaba en el Tornú, pero nadie lo visitaba; Sandra era una persona violenta sin valoración de sí misma; Marcos tenía mucha ira y gritaba muchísimo", dijo por su parte María Luisa Malbrán de Gowland, al recordar en qué estado se hallaban quienes hoy viven en El Arca.
Fundadora de la sede en la Argentina, Malbrán de Gowland describió con emoción los avances logrados por las personas recibidas en la fundación, que sintetiza el compromiso de todos los que allí colaboran. "Al aceptarlos como son, uno es aceptado por ellos de la misma forma", señaló. "Sus gestos son de un amor que modifica a la otra persona también", añadió.
La oportunidad de adquirir piezas de artistas que cotizan en el mercado internacional y la posibilidad de colaborar con la construcción de un nuevo hogar para El Arca fue el objetivo buscado con el remate. La obra Sin título , de Eduardo Hoffmann, fue la que alcanzó mayor valor al recaudar $ 82.000 y la siguió Luna, de Eugenio Cuttica, con $ 46.000. Presenciaron la subasta los artistas Nat Orlowski y Pedro Cuevas, cuyas obras se vendieron por $ 9000 y $ 6000, respectivamente. Las que subieron más su valor fueron las de Francisco Travieso, Uri Negvi y Desirée De Ridder; esta última superó ocho veces su base.