Con unas esculturas de fetos gigantes en Medio Oriente, Damien Hirst logró un nuevo golpe de efecto mundial
Primero fue el tiburón sumergido en formol. Después, la calavera de diamantes valuada en cien millones de dólares y el tesoro ficticio de un supuesto naufragio exhibido en la Bienal de Venecia. Damien Hirst logró dar otro golpe de efecto mundial con catorce esculturas gigantescas, realizadas en bronce, que representan el desarrollo de un feto desde la fecundación hasta el nacimiento de un bebe de catorce metros de altura.
Instaladas en la entrada del Sidra Medical and Research Center, un hospital de 400 camas para niños y mujeres inaugurado oficialmente esta semana en Qatar, las piezas que componen El viaje milagroso permanecieron ocultas durante cinco años, tras haber sido presentadas en octubre de 2013.
El diario El País informó que las obras fueron cubiertas desde entonces supuestamente como consecuencia de las críticas que se viralizaron en redes sociales. Se trata de "la primera escultura desnuda en Medio Oriente", según Hirst, considerado uno de los grandes "reyes del marketing" dentro del mundo del arte.
La serie de esculturas, que habría costado unos veinte millones de dólares, fue encargada por Sheikha al Mayassa Hamad bin Khalifa al-Thani, presidenta de la institución que nuclea los museos de Qatar y hermana del emir de este país árabe rico en gas y petróleo, con la intención de transmitir una imagen de modernidad y apertura.
"No esperamos que les gusten a todos ni que todos las entiendan. Están aquí para generar un debate, un pensamiento", dijo Layla Ibrahim Bacha, curadora de la Fundación Qatar, impulsora del hospital de 400 camas, citada por The Guardian.
Entre más de sesenta obras de arte, la clínica también incluye una instalación realizada en neón por la artista inglesa Tracey Emin, que integra junto con Hirst la generación de los Young British Artists, célebres por su afán de provocación.