Con el recuerdo de Jobs, mil periodistas buscan respuestas
Se analizaron las tendencias de la prensa mundial, tanto en papel como digital
VIENA.- A esta ciudad, a la que el paso del tiempo consiguió identificar con Schubert, Freud y Mozart, no le hubiera molestado tenerlo ayer a Steve Jobs como invitado en el acto inaugural del 63° congreso de la Asociación Mundial de Periódicos y Editores de Noticias (WAN-IFRA, por sus siglas en inglés).
La ocasión era perfecta. Más de mil periodistas y propietarios de medios de 80 países colmaban el moderno y despojado centro de convenciones Reed Messe Wien, atraídos por conocer la situación actual de la prensa, las nuevas tendencias y las ideas que se debaten para captar audiencias, anunciantes y expandir las fronteras de la información. Es un desafío enorme, a la medida de un hombre que revolucionó para siempre la manera en que se comunica el planeta. En ese ámbito hablar de Jobs era invocarlo.
Christoph Riess, director general de WAN-IFRA, fue el encargado de continuar con la tradición de presentar los números que documentan cambios notables de intereses y de humor, tanto de las audiencias como de la sociedad respecto del periodismo escrito y digital. Lo hizo con el tono y la cadencia de alguien que sabe que no todo lo que tiene que informar son buenas noticias.
Riess explicó que la caída mundial de la circulación de periódicos impresos el año último se vio más que compensada por un aumento en la audiencia digital. Para explicarse mejor echó mano a la astronomía: "La circulación es como el Sol, asciende por el Este y desciende en el Oeste". Después fue el turno de la prensa gratuita, uno de los sectores más afectados, porque "dejaron de estar de moda". Reconoció, sin embargo, que aún es atractiva para los lectores jóvenes.
Los periódicos, según el estudio, siguen siendo considerados por los anunciantes "más eficaces" que los otros medios. "El tiempo que el lector dedica siempre fue bajo respecto de los elevados ingresos publicitarios que genera", sostuvo Riess. Un diario captura sólo el 8% del tiempo de las audiencias que buscan información, pero atrae el 20% de la inversión publicitaria. El estudio de WAN-IFRA confirma que Internet crece en todas las latitudes a expensas sobre todo de la radio. Medida en minutos, perdió un 23% de audiencia respecto de 2006; en el mismo período los diarios tuvieron el 7% menos de circulación.
La TV mantuvo en 2010 su liderazgo entre los anunciantes con una facturación global de 180.000 millones de dólares. La siguen los periódicos, con US$ 97.000 millones; Internet, US$ 62.000 millones; revistas, US$ 43.000 millones, y radio, US$ 32.000 millones. En el ranking de países con mayor cantidad de lectores, Islandia alcanza niveles que, como sugirió un colega español, "parecen dibujados": el 96% está suscripto o compra; le siguen Japón (92%), Noruega, Suecia y Suiza (82%) y Finlandia y Hong Kong (80%).
La agenda de los próximos días contempla preguntas cuyas respuestas pueden acelerar la recuperación o la pérdida de valor de un medio. ¿Hay que asumir los riesgos que implica profundizar una estrategia de contenidos pagos? ¿Tiene sentido la propuesta editorial del diario sueco Svenska Dagbladet de crear contenidos "rápidos" para el papel y "lentos" para la edición digital? ¿Cuál es la relación última que quiere establecer Google con los medios, después de demostrar su interés por actividades tan dispares como el correo público de los Estados Unidos y compañías aéreas en Europa?
Horas antes los asistentes debatieron sobre la defensa de la libertad de prensa, objetivo que WAN-IFRA apoyó siempre. La diferencia, esta vez, fue que los propios periodistas que sufrieron abusos y torturas estuvieron ahí para contarlo.
Eynulla Fatullyev fue acusado de difamar al gobierno de Putin y pasó cuatro años en un "calabozo de la Edad Media" en Azerbaiján. Fue liberado gracias a la intervención de Obama, Clinton y organismos internacionales, después de que la Corte Europea de Derechos Humanos exigió su libertad.
El mexicano Horacio Nágera contó que, amenazado de muerte por los carteles de la droga, debió dejar el periodismo, Ciudad Juárez y el país después de ver el cadáver de una bloguera amiga a la que los narcos le cortaron la cabeza y la colocaron junto a un teclado de computadora. Shahira Amin, periodista de Nile TV, fue amenazada y echada de su trabajo por negarse a dar la versión oficial de lo que ocurría en la plaza Tahrir durante la rebelión que acabó con el gobierno de Mubarak.
Dawit Isaak fue el gran ausente de este año. Nacido en Eritrea, se asiló en Suecia pero regresó a su país para trabajar en un diario reformista. Lo encarcelaron sin juicio en 2003 y fue repetidamente torturado. Ayer tenía que recibir la Pluma de Oro de la Libertad de Prensa en Viena, pero sigue en prisión.
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