Con el monumento Hacia la luz, Le Parc se para en Buenos Aires

Desde ayer los parques de Recoleta no son los mismos. En la plazoleta rodeada por las avenidas Pueyrredón, Figueroa Alcorta y Libertador, se levanta una flecha blanca y ondulada, un rayo intermitente o un haz de luz, según quién lo mire y con qué perspectiva. Es un nuevo monumento que, según su creador, Julio Le Parc, está abierto a la interpretación de quien lo vea. Lo irrefutable es que se trata de la primera obra de este reconocido artista argentino, radicado en Francia desde 1958, emplazada en el espacio público porteño.

De unos cuatro metros de cuerpo, y apoyada sobre un pie que la eleva otros dos, la escultura Hacia la luz es aluminio puro, pintado de blanco, y su extremo señala lo alto. ¿Se inspiró en el Obelisco? “Puede vincularse con un obelisco, pero no pensé en eso. Es una misma forma –una onda–, que se repite. Desde donde se la mire es igual”, explica el artista, muy activo a los 87 años.

Acompañado por su hijo y representante legal, Yamil Le Parc; el jefe del gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta; el CEO de Citi Argentina –que donó la escultura a la Ciudad por el primer siglo de presencia en el país– y otros funcionarios porteños, el monumento quedó inaugurado ayer. La hora del acto fue elegida con premeditación, para que el atardecer acompañara el juego de luces y sombras natural de la obra, al que también se sumó una composición lumínica diseñada por Eli Sirlin. “Elegimos una secuencia de cinco minutos durante los cuales 16 luces blancas suben y bajan su intensidad creando una sensación de movimiento que se integra al del transeúnte que la ve al pasar”, precisó Sirlin.

La sensación de movimiento lleva a levantar los ojos al cielo. ¿Es una obra optimista? Responde Le Parc: “Sin que yo me lo proponga, en general mis obras lo son. Lo he comprobado ahora, que estuve en el Pérez Art Museum Miami; la gente salía de la muestra un poco más optimista de lo que había entrado”. Y la forma que se repite, ¿es una ola? “Pueden ser olas, simples ondas o rayos de luz. A la gente no se le puede decir lo que debe ver”, insiste el artista.

El mismo Le Parc, que llegó media hora antes de la inauguración, sacaba una y otra vez fotos de su escultura con su celular. En diálogo con LA NACION, más tarde, comentó que en verdad Hacia la luz fue una idea que tuvo en los años 70, cuando hizo el boceto que ahora se hizo realidad.

Llegados al país desde Cachan, donde viven en Francia, el artista y su hijo protagonizaron la última semana otras actividades importantes. Primero, se oficializó la donación de la Esfera azul al patrimonio cultural del Centro Cultural Kirchner, y luego recibió el Gran Premio Homenaje del Banco Central por su obra Mobile Bleu Sur Blanc.

“Estoy muy satisfecho de que una de mis obras esté en el espacio público de la ciudad por primera vez. En ese sentido, la ubicación era muy importante, porque las modulaciones de la luz y el efecto cambiante se suman al movimiento permanente de las avenidas que la rodean. Esta instalación permite que el espectador desprevenido se relacione espontáneamente con la obra desde diferentes ángulos, disfrutando de una visión diferente cada vez”, dijo Le Parc.

Rodríguez Larreta agradeció el gesto al Citi, que invirtió unos 140.000 dólares, entre la elaboración de la escutlura y su emplazamiento. Por su parte, Le Parc donó el diseño y los derechos de autor. El proyecto de su emplazamiento en la plazoleta Rubén Darío fue aprobado hace justamente un año por la legislatura porteña. Ahora el mismo banco se ocupará de velar por su seguridad y preservación.

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