Con arañas gigantes y récords de vuelo, Saraceno conquista el planeta
El artista tucumano exhibe en Londres y Nueva York impactantes obras virtuales, accesibles desde el celular; además, mañana le reconocerán los hitos de transporte sustentable que marcó el año pasado en la Argentina
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Transformar el miedo en amor, o la aracnofobia en aracnofilia. Eso es lo que se propone Tomás Saraceno, artista tucumano que rompió más de treinta récords al impulsar el vuelo más sustentable de la historia de la humanidad, con las gigantescas arañas virtuales que aparecen en estos días en las Serpentine Galleries de Londres y en el High Line de Nueva York. También la que ocultó en un lugar secreto de Manhattan, que cualquiera puede “llevarse al hogar” si envía una foto de la araña real a la aplicación Acute Art.
“Le gusta el aspecto de la araña en realidad aumentada, pero le importa más que prestes atención a las arañas reales”, señaló a The New York Times Daniel Birnbaum, director y curador de esta aplicación, que jugó un papel clave en la carrera de Saraceno. Fue él quien lo invitó a participar de la muestra central de la Bienal de Venecia en 2009, un punto de inflexión en su extraordinaria carrera internacional. Saraceno supo aprovechar la oportunidad: creó con cuerdas elásticas una instalación tridimensional que ocupaba toda una sala de piso a techo, titulada Galaxias formándose a lo largo de filamentos, como gotitas en los hilos de una telaraña.
Su pasión por el comportamiento de las arañas, y lo que podemos aprender de ellas para imaginar un futuro más sustentable, no solo lo llevó a meter miles de ellas en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires para que llenaran sus salas de tela. También fundó Arachnophilia, una red de trabajo abierta e interdisciplinaria dedicada a la investigación sobre el tema, y Arachnomancy, proyecto que presentó en la última edición de la Bienal de Venecia –esta vez, invitado por Ralph Rugoff-, con la intención de “celebrar la interconexión radical de todas las cosas, vivas y muertas”.
Este último tiene su propia aplicación para el celular, que invita a fotografiar telas de arañas reales y compartir la imagen para unirse a “un ejercicio colectivo de cartografía contra la extinción”. El componente “artivista” de esta idea, de fuerte contenido ecológico, llamó la atención de Hans Ulrich Obrist, otro de los curadores más prestigiosos del mundo. Además de convocarlo para su campaña Back to Earth, destinada a responder de forma creativa a la crisis ambiental, el director artístico de las Serpentine Galleries le ofreció presentar Webs of Life, una colaboración entre Arachnophilia y Acute Art que hace posible la aparición de gigantescas arañas virtuales en cualquier lugar del mundo. Las mismas que, hasta el domingo, también sorprenden en espacios públicos de Nueva York.
La muestra del High Line de Manhattan, realizada en colaboración con el centro cultural The Shed -que alojará una gran muestra de Saraceno el año próximo-, incluye también creaciones en realidad aumentada y virtual de otros desatacados artistas como Olafur Eliasson, Cao Fei y Alicja Kwade. A diferencia de las muestras habituales, en las que uno se encuentra con esculturas físicas mientras pasea al aire libre, esta vez no se ve nada salvo que uno apunte con el teléfono a un código QR. Recién entonces se “activan” en la pantalla obras virtuales que van desde una mujer desnuda hasta un personaje parecido a Cristo que levita con las piernas cruzadas.
“El proyecto se llama The Looking Glass, en homenaje a Alicia en el País de las Maravillas”, explicó a LA NACION desde Nueva York la argentina Solana Chehtman, directora de programas cívicos de The Shed. La muestra estuvo a cargo de Emma Enderby, curadora en jefe de esa institución, junto con Birnbaum y Cecilia Alemani, responsable del circuito Rayuela en Art Basel Cities: Buenos Aires (2018), que además de ser curadora del High Line lo será también de la próxima edición de la Bienal de Venecia.
¿Estará también Saraceno en esa edición? Aún no hay anuncios oficiales. Por ahora, sin embargo, al tucumano radicado en Berlín no le faltan motivos para celebrar: los 32 récords que alcanzó el año pasado en Jujuy, con el primer vuelo humano sin combustibles fósiles, serán reconocidos mañana por la Federación Aeronáutica Internacional (FAI).
Un globo impulsado solo por el calor del sol, y tripulado durante 16 minutos por Leticia Marques, se consagró entonces entre otras cosas como “el vuelo más sustentable de la historia de la humanidad y uno de los experimentos más importantes de la historia de la aviación”, según un comunicado difundido hoy por la comunidad Aerocene.
“Juntos volamos con Aerocene Pacha, con los pies en la tierra, como planeta tierra, con un ritual andino que conectaba lo que hay debajo y arriba de la superficie terrestre con los confines del cosmos, uniendo espacio y tiempo”, declaró Saraceno, confiado en que somos capaces de crear en forma colectiva una nueva era. Estamos todos invitados a participar.