Cómo triunfar en la vida
ANGELICA GORODISCHER es una mujer de probado coraje. Ofrecemos algunos testimonios: 1) Si está haciendo una cola para pagar un impuesto -las colas son para eso- y alguien pretende infiltrarse, con palabra conminatoria, tono enérgico y mirada asesina, Angélica lo desalentará. 2) Puede organizar un congreso de escritoras, invitar a 500 mujeres, oírlas durante cuatro días seguidos y conservar intacta la cordura. 3) Casada con un arquitecto, diseñó para su estudio unas curiosas ventanas finitas a fin de evitar el fuerte sol rosarino, distraerse con el paisaje y limpiar los vidrios todos los días. 4) Recibe a sus cuatro nietos varones y, no obstante, puede atender el teléfono con serena cortesía. 5) Para definir al escritor brasileño Guimarâes Rosa, me dice: "Pero, bueno, ¡Guimarâes es Gardel!".
Más allá del coraje, otras virtudes alientan en A.G.: su infatigable pasión por la literatura -ha publicado docena y media de libros- y su capacidad para ir de un género a otro, de la novela al cuento o de la ciencia ficción al policial, con igual eficacia. En estos días, precisamente, acaba de aparecer Cómo triunfar en la vida , un volumen que reúne ocho cuentos policiales. Y Angélica me cuenta:
-Lo primero que publiqué fue un cuento policial que ganó un concurso de la revista Vea y lea . Además de publicarlo, me dieron dos mil pesos, cifra que era una enormidad. Los cobré y me los gasté en seguida en una robe de chambre paquetísima, una cartera y otra cosa que me he olvidado.
-Este libro, por lo que te he oído decir, nació un poco por casualidad.
-Sí. No pensaba escribir cuentos policiales duros y éstos son muy duros.
-Más bien despiadados. La madre y la hija de "Una joven rebelde", sin ir más lejos, no conforman un modelito de bondadosa moral.
-No, y todo lo que hay detrás es terrible. Fue así: Jorge Lafforgue me pidió un cuento policial, suponiendo que ya estaba escrito. Pero no tenía nada como la gente y me puse a trabajar. No me parece mal escribir por encargo, ¡tantos grandes lo han hecho! Lo terminé, me gustó y escribí otro y otro más y un día le avisé a Goro, "Che, terminé un libro". Mi marido me contestó: "No sabía que estabas escribiendo uno nuevo". "Yo tampoco", le dije. Y estoy contenta porque recuperé el gusto por el crimen, literario por supuesto, que es muy atractivo.
-Angélica, casi toda tu vida ha transcurrido en Rosario. ¿Fue difícil que se valorara tu obra literaria por el hecho de no estar en Buenos Aires?
-No. Sé que la gente de provincias se queja. En el interior hay que escribir bien, en Buenos Aires igual, pero acá la gente puede "fabricar" alguna cosa; tiene amigos: Fulana está en la televisión y Mengano en tal revista... Durará o no, eso no importa. En el interior necesitás escribir bien desde el vamos y luego conectarte con Buenos Aires, con editores, con periodistas. Porque aquí se recoge todo y todo se disemina. Hay que venir, incluso haciendo sacrificios, como hice yo.
-¿Como ves desde Rosario la literatura argentina?
-Mucho no la veo porque estoy metida en la cosa. Me parece bastante gris pero hay chispazos muy interesantes y hay gente que trabaja en serio; lo que me enoja es la literatura oportunista. Los que dicen: "¡Ay! Fulana tuvo tanto éxito. Intentemos algo parecido". ¿Te acordás cuando había que escribir sobre Perón o sobre Evita?
-Sí, para estar en la cresta de la ola.
-Y para ganar guita, no seamos inocentes. Tampoco me parece mal que se quiera ganar dinero, todos queremos hacerlo, pero creo que uno escribe para averiguar qué quiere escribir, cosa nada fácil.
-¿Por qué el 90 por ciento de la literatura de ficción la firman mujeres?
-Eso habla de un movimiento muy grande, un movimiento político y mundial, obviemos a Afganistán. Se está saliendo de un "silencio histórico", más bien de un "silenciado", porque todas esas escritoras del pasado, conocidas como excepciones, tenían detrás una tradición que ahora se está descubriendo. Y eso ocurrió en todos lados y en todos los tiempos. Las mujeres siempre hemos escrito.
-De todos los cuentos de tu libro Cómo triunfar en la vida , ¿cuál considerás más complejo?
-El que da título al volumen. Varios personajes se mueven haciendo lo suyo y viendo qué pueden conseguir. El personaje del espectador-narrador sabe que algo pasa, pero no sabe qué es. Se le escapa algo así como una fotografía fuera de foco, donde hay figuras veladas, una detrás de otra. En apariencia todo está bien, pero en el fondo ocurren cosas terribles. Creo que detrás de todo el interés literario hay, por mi parte, un rechazo de la hipocresía y una busca de la justicia en sucesivas vueltas de tuerca, imprescindibles para atraer el interés del lector.
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