Cómo se dice: ¿borgeano, borgiano o borgesiano?
En su “notícula sobre el adjetivo”, el profesor Pedro Luis Barcia explica por qué prefiere uno por sobre los otros, el mismo que eligió una vez el mismísimo Jorge Luis Borges
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“Para la denominación de la obra de Borges, la crítica ha usado, inicialmente, dos adjetivos: ‘borgeano’ y ‘borgiano’, como si el apellido de origen fuera Borgia. Siempre me pareció arbitraria esta elección, por eso, comencé a proponer el uso de ‘borgesiano’”, dice el profesor Pedro Luis Barcia en un texto que explica las razones de su preferencia por este último adjetivo, que se publicó en la edición homenaje a Jorge Luis Borges de la revista digital Ulrica. Mañana se conmemora un nuevo aniversario del nacimiento del escritor argentino, razón por la que además el 24 de agosto se celebra en la Argentina el Día del Lector.
“Mi respaldo muy válido es que la única vez, en todos sus escritos, en que Borges se refirió al adjetivo aplicable a su obra, prefirió “borgesiano”, por sobre los otros muy socorridos. Lo dice en una entrevista Jean Pierre Bernés, quien preparó el tomo con las Oeuvres completes del autor para la Pleiade”. La entrevista a la que alude Barcia, titulada La universidad del mundo, se publicó en LA NACION el 14 de junio de 1987.
“Como se sabe los franceses usan ‘borgien y borgesiéne’”, sigue Barcia y explica que el Diccionario del habla de los argentinos (Academia Argentina de Letras-Emecé), en sus ediciones de 2003, 2008 y 2010, incluyó “borgiano” y “borgesiano”, pero en la edición de 2019 (Colihue) se ha suprimido “borgesiano”, “a contrapelo del uso que van adoptado estudiosos europeos”.
Barcia usa ya este adjetivo en un trabajo hace dos décadas largas, “Los temas y los procedimientos de la literatura fantástica según un texto desconocido de Borges”, de 1999 y posteriormente lo frecuenté en otros ensayos. “Dado el carácter de cita personal del propio autor, es atendible mi preferencia electiva, que no va ni hacia ‘borgeano’ ni ‘borgiano’, ni borgien, sino ‘borgesiano’ para aludir a su obra. Desde entonces, he preferido “borgesiano”.
“En el campo lingüístico, la insistencia trabaja a favor de la pertinencia. Así lo espero”, remata el doctor en Letras, lingüista e investigador universitario. “Uso y abuso del adjetivo, porque tanto uno anda con la miel que algo se le pega. Aunque los resultados no siempre sean veloces (...). Un adjetivo se puede imponer a fuerza de repetirlo, especialmente si hay razón que lo fundamente.”